Cu�l ser�a mi sorpresa cuando dentro de la misma se encontraba una recensi�n de don Octavio Gil Farr�s, anterior propietario de la publicaci�n, en dos versiones, manuscrita y mecanografiada, as� como otro folio con las notas que tom� de su pu�o y letra del art�culo. Ignoro si finalmente esta rese�a lleg� a publicarse, dado que no la he encontrado, por lo que la transcribo �ntegramente.�
D. Mariano Arribas Palau.
��ARRIBAS PALAU, MARIANO: datos sobre una moneda marroqu� acu�ada en Espa�a. Al-Qantara, Vol. IV, fasc. 1 y 2, p�gs. 185-263. Madrid, 1983.
� � � � � � �En este interesante art�culo-de tipo hist�rico y numism�tico-se trata de las gestiones realizadas por el sult�n Sayyidi Muhammad b. Abd Allah, cerca del gobierno de Carlos III para acu�ar en Espa�a moneda de su pa�s. La pretensi�n consist�a en labrar ducados, onzas y blanquillos. El ducado equival�a a 10 onzas, con el peso de un peso fuerte espa�ol m�s dos blanquillos. La onza equival�a a 46 blanquillos. Seg�n Tom�s Bremond, c�nsul en Marruecos, apenas se labra ahora moneda, �pues viene toda acu�ada de Am�rica�. Esto supon�a un serio inconveniente para los deseos del monarca marroqu�. Adem�s, �ste solicitaba que el oro y plata a utilizar fuese el proveniente de Indias, a fin de que la moneda tuviese la misma ley que los doblones y pesos fuertes espa�oles. El pago se efectuar�a con el producto de las exportaciones de grano desde el puerto de Casablanca. Tras diversos titubeos por ambas partes, se determin� hacer cuatro millones de piezas de plata: blanquillos, que 40 de ellos fuesen del peso de un real de a ocho, o sea de 0,675 gramos. Asimismo, un mill�n de piezas de plata, mayores, u onzas, que 10 equivaliesen a un peso fuerte, o sea de 2,70 gramos. Tambi�n diez mil monedas grandes de oro (solamente se hicieron �stas) con valor de 10 pesos fuertes cada una. Se indicaba que una parte se enviase a N�poles, para que el rey Fernando IV rescatase cautivos de Malta. En 1787 se hicieron pruebas por el grabador general Pedro Gonz�lez de Sep�lveda, ayudado por Miguel Casiti �por ser el hombre sabio que tenemos en esta clase de letra�. Como problema fundamental se indicaba que dos volantes trabajando sin interrupci�n y produciendo seis mil piezas diarias, requerir�an cuatro a�os para rematar la operaci�n. En las piezas fabricadas se consign� siempre la fecha 1201 y Madrid, como ceca de la operaci�n.
O.G.F.�
�En la versi�n manuscrita cambia un poco la �ltima parte. Tras citar al grabador y a su ayudante, don Octavio escrib�a:
�Uno de los inconvenientes se�alados por los espa�oles era que las altas temperaturas a que deb�an someterse dichos metales reducir�a (�) su contenido original, y se a�ad�a que con dos volantes trabajando�
Asimismo, inclu�a un comentario final: �Como an�cdota, se se�ala que en la devoluci�n a Marruecos de parte del metal que deb�a emplearse, se hundi� en T�nger un caj�n conteniendo dos mil pesos fuertes, que no pudieron ser rescatados.�
�El dicharachero due�o de la �Librer�a Anticuario Bellver� me explic� c�mo hab�a llegado parte de la colecci�n de don Octavio a sus manos, y aprovech�, como buen comerciante, la ocasi�n para endosarme otros dos libros que pertenecieron a nuestro ilustre numism�tico, y un diccionario de arte de regalo.
�Se pueden consultar los escritos originales aqu�