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Febrero2015, Edición 113    31 de marzo de 2015

La moneda espa�ola en circulaci�n en las islas Malvinas en el siglo XIX�

La moneda española en circulación en las islas Malvinas en el siglo XIX 

El peque�o archipi�lago de las Malvinas, deshabitado hasta mediados del siglo XVIII, fue motivo de fricciones pol�ticas entre Espa�a, Francia y el Reino Unido, hasta que finalmente fue poblado y posteriormente abandonado por los espa�oles. Tras su hasta la fecha definitiva ocupaci�n brit�nica en 1833 y hasta mediados del siglo XIX, las onzas y los pesos espa�oles y de otros pa�ses iberoamericanos fueron comunes en la circulaci�n monetaria entre la exigua poblaci�n de estas islas.

Compuesto de dos islas principales, Gran Malvina y Soledad, y m�s de doscientos islotes, se discute sobre qui�n fue su descubridor, aunque est� documentada la visita desde el siglo XVI por marinos espa�oles, ingleses y holandeses. No fue hasta el 3 de febrero de 1764 cuando Bougainville tom� posesi�n de las islas en nombre del rey de Francia, construyendo un fuerte en la isla Soledad y fundando la colonia de Port Louis. Los espa�oles requirieron a los franceses la evacuaci�n de las islas, que fueron entregadas el 1 de abril de 1767 al gobernador espa�ol designado, don Felipe Ruiz Puente, que se hizo cargo de la colonia y de sus 115 habitantes.

Simult�neamente, el capit�n Mac Bride fund� una colonia brit�nica, Puerto Egmont, en la isla Trinidad. Tras dos a�os de presencia de ambos establecimientos y de desconocimiento mutuo, dos nav�os, uno de cada nacionalidad, se encontraron en la bah�a de la Soledad y dieron noticia a sus respectivos gobiernos. El gobernador de Buenos Aires, Francisco Bucareli y Ursua, envi� a Puerto Egmont cinco fragatas con 1.500 hombres de desembarco al mando de Juan Ignacio de Madariaga, que enfrent�ndose a un contingente brit�nico muy similar y tras encarnizados combates se apoderaron de la colonia inglesa el 10 de junio de 1770.

�Los ingleses protestaron en�rgicamente, y si bien se les permiti� volver a tomar posesi�n de Puerto Egmont, fue s�lo para posteriormente abandonarlo. Los colonos espa�oles no consiguieron aclimatar la flora y los �rboles tra�dos de la isla del Fuego y retornaron al continente, quedando el archipi�lago como lugar de destierro y presidio, con una exigua guarnici�n en su extremo occidental que finalmente fue evacuada en 1811.

Luis Vernet.

�En 1829, abrog�ndose todos los derechos de la Corona de Espa�a en las tierras cercanas al Cabo de Hornos, la Rep�blica Argentina expidi� un decreto de 10 de junio recogiendo que las islas Malvinas tendr�an un gobernador pol�tico y militar, con residencia en la Isla de la Soledad, donde se levantar�a una bater�a. El cargo de gobernador recay� en el hamburgu�s Luis Vernet, que parti� con cuarenta colonos para comenzar a poblar las islas. Seg�n una carta del capit�n King, citada por Lacroix, la poblaci�n de las mismas se reduc�a a unas cien personas, entre las que se encontraban 25 gauchos, cinco indios, dos familias holandesas, tres familias inglesas, una alemana y algunos comerciantes portugueses y espa�oles.

�Goleta �Salandi�.

�Las medidas represivas tomadas por el gobernador contra los balleneros anglo norteamericanos levaron a que en 1831, tras apoderarse los argentinos de una embarcaci�n norteamericana, el capit�n estadounidense Silas Duncan, de la corbeta Liexngton, atacase la colonia, saquease sus propiedades, arrasase las viviendas y se llevase cautivos a muchos de sus habitantes. El 2 de febrero de 1832 la fragata Clio fonde� en la bah�a de Berkeley, y la Tyne en Puerto Egmont, enarbolando ambas la bandera brit�nica, y la peque�a guarnici�n argentina se rindi� sin resistencia y se traslad� al continente en la goleta Sarand�.

� � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � �� Con anterioridad a la ocupaci�n brit�nica de las islas circulaban en las mismas unos vales expresados en pesos, que hab�an sido emitidos por el gobernador Vernet� para el pago del personal asalariado y para la provisi�n de bienes. Los mismos estaban impresos en tinta negra y ten�an valores faciales de 1, 2�5 y 10 pesos, y s�lo ten�an el anverso coloreado, estando su reverso en blanco.

Lord Robert Chalmers.

�Este papel moneda sigui� circulando como moneda local hasta tiempo despu�s de la ocupaci�n, incluso una d�cada m�s, si bien, seg�n el bar�n Robert Chalmers, era muy impopular entre los gauchos. Aunque se utilizaba el numerario esterlino como moneda de cuenta, seg�n este autor el circulante estaba compuesto de reales de a ocho-d�lares- �y de doblones importados de R�o de Janeiro o tra�dos por los barcos, siendo las principales monedas en uso para los 78 habitantes de las islas.

Chalmers citaba que el 31 de marzo de 1842 el gobernador hab�a recibido 1.183 d�lares y 8 peniques, con la misma valoraci�n que en las colonias inglesas ten�an en 1825 de 4 chelines y 4 peniques cada peso fuerte, y el 6 de abril del mismo a�o que hab�a recibido una bolsa con 44 doblones espa�oles y 217 � pesos de plata desde R�o.

Debido a la escasez de moneda en 1844 el gobernador emiti� temporalmente papel moneda por un valor nominal de 1.000 libras esterlinas, expresados en pesos espa�oles-d�lares-, seg�n el siguiente cuadro:

Hasta 1849 los pesos siguieron circulando en las Malvinas a un valor de 4 chelines y 4 peniques, hasta que de acuerdo con las instrucciones recibidas el gobernador emiti� una Proclamaci�n el 31 de julio de 1849 declarando la estimaci�n de los doblones y d�lares espa�oles en 64 chelines y 4 chelines y 2 peniques, respectivamente, proveyendo que s�lo las monedas perfectas podr�an recibirse como pago.

Fue en esta �poca seg�n Chalmers cuando el creciente valor del metal �ureo desplaz� al numerario arg�nteo y se comenz� a importar moneda esterlina, convirti�ndola en el modo habitual de pago en las islas, a pesar de los fallidos intentos de importar pesos espa�oles desde Montevideo. Tambi�n citaba en circulaci�n a finales de la centuria monedas estadounidenses de oro y plata, pesos mexicanos, uruguayos, de Montevideo, chilenos y peruanos, moneda brasile�a de oro y plata y piezas francesas de 5 francos, todos ellos a una estimaci�n de 4 chelines por peso �d�lar-. Se habr�an encontrado en 1863 pesos chilenos y otras monedas falsas en circulaci�n.

El oro era escaso, dado que los particulares lo atesoraban para cambiarlo por plata a los ovejeros que emigraban a Patagonia, que pagaban m�s de un 7 � % de premio por el oro para llevarlo con ellos al continente. Cuando escribi� su obra, Chalmers afirmaba que s�lo quedaban en circulaci�n como moneda for�nea 20 o 30 medios d�lares y una moneda de 200 reis, y que eran muy impopulares.

Bibliograf�a

Chalmers, R.,� History of currency in the British Colonies, London, 1893

Lacroix, F., Historia de la Patagonia, Tierra de Fuego e Islas Malvinas, traducida al castellano por una sociedad literaria, Barcelona, 1841.

Numism�tica de las Islas Malvinas Argentinas, del Museo Hist�rico y Numism�tico Jos� Evaristo Uriburu (H). Banco Central de la Rep�blica Argentina, 2008.

www.bcra.gov.ar/pdfs/institucional/cuadernillo_malvinas_web.pdf

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