Marzo 2017, Edición 114 4 de octubre de 2017
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Por Jos� A. Jim�nez Peris
El reino de Epiro podr�a pasar por ser un territorio a orillas del mar J�nico sin especial relevancia excepto por tres detalles: Fue el lugar de nacimiento de la princesa Olimpia, madre de Alejandro Magno; en sus tierras se hallaba enclavado el or�culo de Dodona, segundo en importancia en Grecia tras el de Delfos; y en �l rein� Pirro, el rey guerrero de las victorias p�rricas.
Por Pedro Dami�n Cano Borrego
La antigua moneda macuquina, acu�ada durante siglos en las cecas de los Reinos de las Indias durante siglos y que tantas veces se hab�a intentado recoger por las autoridades espa�olas, segu�a todav�a en circulaci�n en grandes cantidades en el Virreinato de Nueva Granada a comienzos del siglo XIX. Tras la independencia de las nuevas rep�blicas, se intent� nuevamente amortizarla en varias ocasiones, pero sigui� a pesar de estas medidas igualmente en circulaci�n hasta su definitiva retirada en Colombia en el a�o 1847.
Por Lanzarote
En 1762 se baten las �ltimas monedas hisp�nicas con el escudo de armas completo en el anverso. Dise�o nacido en tiempos del reinado de los Reyes Cat�licos con la Pragm�tica de Medina del Campo de 1497 (Foto 1), que se modific� sustancialmente en el reinado de Felipe II con la Pragm�tica de la Nueva Estampa de 1566, nuevo dise�o con las armas heredadas de Felipe el Hermoso (Foto 2), al que se le a�ade, a partir de 1586, el escus�n portugu�s durante un siglo, tras la adhesi�n a la Corona de dicho reino por herencia de Felipe II (Foto 3).
El presente art�culo es el primero de una serie dedicada a las actividades industriales que mediaban entre la extracci�n del mineral en las minas y su acu�aci�n o labra en las Casas de Moneda durante los tres siglos de presencia espa�ola en los Reinos de las Indias.
Por Jos� A. Jim�nez Peris
Con este cap�tulo dedicado a Eubea, la veneciana Negroponte, finalizamos el recorrido mitol�gico-monetario por la Grecia central y meridional para adentrarnos a continuaci�n por los m�s ex�ticos territorios del norte como el Epiro del rey Pirro, el de las victorias p�rricas; Tesalia, el presunto escenario de la Titanomaquia; y la misteriosa y salvaje Tracia, residencia de B�reas, el cruel dios del viento del norte. M�s tarde continuaremos visitando las colonias griegas en Asia Menor e islas adyacentes. Pero no adelantemos acontecimientos y veamos qu� dicen las leyendas sobre la isla de los buenos bueyes, como la conoc�an los atenienses.
Por Pedro Dami�n Cano Borrego
Desde 1765 hubo protestas por la falta de moneda de cobre de un maraved� en toda la naci�n. Esta moneda era necesaria para los pagos de � real, o 17 maraved�es de vell�n, para los que no se pod�an obviamente utilizar monedas de 2, 4 y 8 maraved�es, que eran las especies en circulaci�n. Las capas m�s humildes de la poblaci�n se quejaban de que, con esta falta, los pagos menudos en maraved�es sueltos normalmente costaban uno de m�s, al no ser posible realizar el cambio. Asimismo, los comerciantes afirmaban que la sobreabundancia de moneda de vell�n forzaba su cotizaci�n a la baja. Adem�s, era de forma defectuosa, de una gran variedad, y su desgaste por su uso continuado hac�a que fuese dif�cil distinguir los faciales.
Presentamos las �ltimas Onzas macuquinas y las primeras Onzas �redondas� o acu�adas a molino, prensa, m�quina o como se quiera llamar a los primeros artefactos capaces de acu�ar moneda completamente redonda y con canto labrado en mayor o menor medida. La diferencia en el resultado es abrumadora, no se parecen en nada en cuanto a la pl�stica o presencia, aunque la ley y el peso sean iguales.
El mito m�s conocido de la isla de Creta fue el del Minotauro. Existe discrepancia entre los autores sobre qui�n era Minos. Para unos fue el hijo de Zeus, pero la versi�n ateniense es distinta. La interpretaci�n de Atenas parece m�s l�gica y ha servido de base para la siguiente narraci�n.
Durante la primera mitad de la centuria encontramos numerosos testimonios que reflejan la escasez de numerario menudo de vell�n en Castilla, que incid�a en los precios al alza. En este sentido se manifestaba Vicente Cangas en una representaci�n dirigida a Felipe V, en la que comentaba que la falta de cornados, de � de maraved�, especie ya extinguida, y de blancas, de � de maraved�, afectaba al comercio, al ser la moneda m�s usual para el comercio de las cosas menudas.
Por Jos� A. Jim�nez Peris
Zeus ten�a m�s que sobrados motivos para otorgar su distinguida consideraci�n a la mayor y m�s meridional de las islas griegas. All� naci� el todopoderoso rey de los dioses. All� vivi� los primeros a�os de su infancia. All� contrajo nupcias con su hermana Hera. All� regres� tras raptar a la princesa Europa.
Por Pedro Dami�n Cano Borrego
La Guerra del Asiento, conocida tambi�n como de la �Oreja de Jenkins� por el incidente que la provoc�, fue un conflicto que enfrent� a Espa�a y el Reino Unido entre los a�os 1739 y 1748 y que coincidi� cronol�gicamente con la Guerra de Sucesi�n Austriaca.
Por Ricardo M�ndez Barozzi
En el anterior cap�tulo, publicado en �Numism�tico Digital�, junio de 2015 (Ver La moneda circulante en Argentina hasta la Ley de peso como moneda nacional i), coment�bamos que despu�s de la Revoluci�n del 25 de mayo de 1810, movimiento de los sectores liderado por el regimiento de Patricios, que depusieron al virrey Cisneros, al considerar cesada la autoridad que �l representaba, conformaron la Primera Junta, la cual qued� bajo la presidencia de Cornelio Saavedra, estableciendo un grupo de secretarios y vocales. No obstante, reconocieron la fidelidad al rey Fernando VII, cautivo en Bayona.
Por Ricardo M�ndez Barozzi
En el anterior cap�tulo, publicado en �Numism�tico Digital�, junio de 2015 (Ver /noticia/8472/la-moneda-circulante-en-argentina-hasta-la-ley-de-peso-como-moneda-nacional-i.html), coment�bamos que despu�s de la Revoluci�n del 25 de mayo de 1810, movimiento de los sectores liderado por el regimiento de Patricios, que depusieron al virrey Cisneros, al considerar cesada la autoridad que �l representaba, conformaron la Primera Junta, la cual qued� bajo la presidencia de Cornelio Saavedra, estableciendo un grupo de secretarios y vocales. No obstante, reconocieron la fidelidad al rey Fernando VII, cautivo en Bayona.
Por Fernando L�pez del Burgo
Uno de los primeros dise�os que los turistas pudieron elongar dentro de la ciudad de Madrid fue la Catedral de La Almudena, que se convertir�a en unos de los monumentos con mayor n�mero de motivos distintos.
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