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Artículos Notafilia | |||
Las Falsificaciones para Coleccionista (I) |
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Por Ram�n Cobo Huici |
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Una de los apartados m�s interesantes de la notaf�l�a es el coleccionismo de los denominados falsos de �poca: billetes realizados como fraude al erario p�blico para ser puestos en circulaci�n como billetes de curso legal. El estudio de estos billetes nos permite, por contraposici�n a los aut�nticos, conocer la calidad de ambos y por ello la situaci�n de las t�cnicas de impresi�n de la �poca, la situaci�n socio-econ�mica y hasta, en alg�n caso, las circunstancias pol�ticas, ya que se han efectuado falsificaciones, �nicamente, para intentar provocar da�os a la econom�a general del pa�s. (Leer +) |
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Frente a los falsos de �poca, dignos de figurar en cualquier colecci�n, nos encontramos con las falsificaciones modernas efectuadas con el �nico fin de defraudar a los coleccionistas, y cuyo gran da�o no es el de la p�rdida econ�mica que puede suponer la adquisici�n de un papel sin valor, que no suele ser excesiva, sino la desmotivaci�n que supone para los coleccionistas principiantes, generalmente los m�s afectados, haciendo que abandonen desilusionados el coleccionismo y perjudicando no solo a los directamente enga�ados sino a los coleccionistas veteranos, a los comerciantes y a todos aquellos que entienden la notafilia como una manifestaci�n cultural y l�dica. En este art�culo queremos se�alar las falsificaciones que recientemente se han visto en el mercado para evitar, en la medida de lo posible, que se sigan adquiriendo por coleccionistas mal informados. ![]() En cuanto a las �fantas�as� de vales de la Guerra Civil que se ven en internet creemos que ya no es preciso insistir en su falta de autenticidad, aunque hace unos meses alguno de ellos ha salido a subasta en una de las casas m�s importantes del mundo y se ha vendido. Enlazando con el comentario anterior se debe hacer una advertencia inicial, aunque pol�ticamente incorrecta y salvaguardando honrosas excepciones: en Espa�a, por tradici�n, existen unos comerciantes numism�ticos con unos conocimientos excepcionales en el campo de la moneda, pero, desgraciadamente, su competencia en el �mbito de la notafilia no est� al mismo nivel. Con esto queremos decir que la adquisici�n de un billete a un comerciante o casa de subastas de cierto prestigio, no es una garant�a absoluta de autenticidad, aunque si lo sea de responsabilidad ya que los comerciantes de prestigio siempre se comprometen a enmendar el error. En primer lugar se�alaremos que existen escas�simas falsificaciones de billetes tipo. La falsificaci�n de un billete con un m�nimo de calidad es complicad�sima, a pesar de los adelantos en elementos de reproducci�n, y solo realizable por un experto y con alto costo, por lo que, �nicamente, ser�a rentable la falsificaci�n de un billete de muy alto valor coleccionable, lo cual obligar�a a que su destino fuese un coleccionista muy avanzado el cual detectar�a f�cilmente la falsificaci�n. Por lo comentado anteriormente, en general, las falsificaciones habituales en el mercado se centran en lo que pod�amos llamar variantes o en errores. S� podemos hacer alguna salvedad, especialmente en el caso de billetes �cl�sicos�, y es que, en alguna ocasi�n, a veces por pura ignorancia del vendedor, se ha intentado aprovechar un falso de �poca de buena factura para comercializarlo como aut�ntico. Aunque actualmente ya son suficientemente conocidas las reproducciones con las que en su momento obsequiaron algunos peri�dicos, algunas de ellas efectuadas por la propia FNMT (�Que tremendo error!) y que sirvieron para que alg�n coleccionista extranjero las adquiriese tom�ndolas por billetes �muestra�, s� hay que se�alar que hay casos de fraude con reproducciones de vales muy raros de la Guerra Civil, ya que al ser los aut�nticos muy escasos es muy dif�cil efectuar comparaciones para certificar la autenticidad. El fraude se realiza maltratando la reproducci�n para que parezca un vale muy circulado y ante la falta de ejemplar de comparaci�n es f�cil hacerla pasar por un vale aut�ntico. Como ejemplo valga la reproducci�n del vale de la imagen adjunta, cuya reproducci�n se ha vendido en alguna ocasi�n como original. ![]() Como ya hemos comentado, vamos a comentar las falsificaciones m�s frecuentes que actualmente hemos visto en el mercado. Aunque no son propiamente falsificaciones comenzamos con tres tipos de �ejemplares�, por llamarles de alguna manera, que siguen apareciendo de manera reiterativa en subastas y convenciones numism�ticas y que por presentar aspecto de billete se comercializan como tales. ![]() El primero es el �Villete�, siempre se recalca que est� escrito con v, de 1799 y que, si nos molestamos en leer la leyenda, vemos que solo es el justificante de poseer una acci�n, con el cual se podr�, solo si hay acompa�a la suerte en el sorteo, cobrar unas rentas: Nada que ver con un Vale Real o un papel moneda. ![]() Los otros dos �ejemplares� son dos tipos de documentos de �La Junta del Principado de Asturias para la defensa de Cuba�. A pesar de su aspecto de billete basta, igualmente, con leer lo que en ellos pone. Uno de los tipos es un recibo de haber hecho un donativo a la mencionada junta, por una cantidad que se indica de forma manual, y el segundo tipo (Filabo pag. 227) es un pagar� para que aquel mozo que se alistase para ir a combatir a Cuba pudiese cobrar un donativo de 200 pesetas. Lo lamentable es que estos documentos se valoren por encima de los 1.000 �. ![]() Como primera falsificaci�n se�alaremos la que se efect�a sobre los billetes de 4.000 reales de 1835 del Banco de San Fernando (cuando se ofertan se insiste en la leyenda que figura en ellos de �pena de muerte al falsificador�). Existen ejemplares firmados y numerados y otros sin firmas ni numeraci�n. Se est�n falsificando las firmas ya que los ejemplares firmados son mucho m�s valorados. Recomendamos que si se adquiere alg�n ejemplar firmado sea de manos de un experto ya que es muy dif�cil detectar el enga�o si no se tienen amplios conocimientos. Ya hemos comentado en un art�culo anterior la falsificaci�n de sellos �africanos� sobre las emisiones de 1906 y a �l nos remitimos, aqu� solo se�alar que el �nico que se encuentra con alguna frecuencia, en la actualidad es el sellado con �CEUTA�. En el periodo de la Guerra Civil nos encontramos con varias falsificaciones. En primer lugar, y por su abundancia destacan los discos de cart�n empleados como moneda fraccionaria. Durante el curso de la guerra, en la zona republicana, se produjo una gran escasez de moneda fraccionaria que el gobierno intent� solucionar con la circulaci�n de sellos de correos, como papel moneda. Para evitar el deterioro de los mismos, se recurri� a pegar los sellos sobre cartones circulares, efectuados por la FNMT, y en los que se imprimi� el escudo de Espa�a. ![]() No s�lo el Ministerio de Hacienda puso en circulaci�n discos, sino que admiti�, por otra parte era inevitable al poderse cambiar el sello, que los particulares pusieran directamente el sello sobre el cart�n, para lo cual facilit� los discos de cart�n sin sello. Ignoro si estos discos �vac�os� han llegado a nuestros d�as en gran cantidad o se est�n falsificando con profusi�n debido a su sencillez, el caso es que han empezado a proliferar en el mercado notaf�lico estos discos-moneda, dado el escaso valor filat�lico de los sellos, por lo cual, en este momento, es imposible saber si esta moneda es aut�ntica o una �construcci�n� moderna, por lo que consideramos, con gran pesar, que se debe dejar de coleccionar. El colmo ha sido que los falsificadores ya no se conforman con adherir un sello sin circular, sino que colocan sellos obliterados sin reparar en el absurdo de que si en su �poca hubiese sido admisible esta pr�ctica los particulares habr�an conseguido dinero de forma casi ilimitada sin coste alguno; otros, con m�s imaginaci�n todav�a, han puesto sellos del siglo XIX, eso s�, tambi�n obliterados. ![]() Otra falsificaci�n, que no ha cesado, son las variantes de color del billete de 50 pesetas de julio de 1935, Ram�n y Cajal. En 1992 se vio alg�n ejemplar de color azul, que se dio como aut�ntico. En 1995 aparecieron algunos ejemplares de color rojo en una convenci�n en Lisboa que, igualmente, se consideraron aut�nticos ya que no se ve�a difuminado alguno en las l�neas de calcograf�a, y que, como es l�gico, alcanzaron precios alt�simos. A partir de 1998 empezaron a aparecer ejemplares de ambos colores en grandes cantidades. Desde hace pocos a�os ya los hay con diferentes tonalidades de ambos colores y hasta bicolores. La falsificaci�n es sencill�sima ya que se efect�a por tratamiento con �cido o base seg�n el color que se quiera obtener. La tinta calcogr�fica del anverso reacciona cambiando la tonalidad en funci�n del ph sin tener ning�n corrimiento sobre el papel. En general debe tenerse cuidado con las ligeras variantes de color existentes en algunas emisiones de la Rep�blica pues las variantes son producidas, de forma natural, por m�s o menos exposici�n a la luz. Aunque en peque�as cantidades ya que los originales son de bajo precio hemos detectado falsificaciones de sellos en seco de la Rep�blica. La falsificaci�n es muy burda ya que se utiliza un sello falso, sin gran parecido al aut�ntico, pero al marcarlo muy ligeramente, solo se aprecia la existencia de un sello, sin saber exactamente lo que es. Para evitar el fraude hay que exigir que el sello sea perfectamente legible lo que, por otra parte, es indispensable para una colecci�n con mediana calidad. En los dos �ltimos a�os han proliferado multitud de sellos con motivos alusivos al bando �nacional� sobre billetes de la Rep�blica. No merece la pena insistir en que son falsos puesto que conceptualmente es absurdo pensar que se intentase validar un billete republicano por medio de esl�ganes patri�ticos. ![]() Otros sellos que han proliferado desde hace unos a�os es el �inutilizado�, junto con dos taladros, sobre los billetes de la Rep�blica. No vamos a decir que todos sean falsos pero habida cuenta lo f�cil que es confeccionar un sello tan sencillo y el hecho de que durante veinte a�os los ejemplares con esta anulaci�n fueron muy escasos y que actualmente aparecen a cientos, nos hace pensar que �algo raro est� sucediendo�. |
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