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Marzo 2017, Edición 114 7 de agosto de 2020, 22:34:35 |
100 Euros oro del Banco de Grecia
La liberación otomana, centenario de la “Guerra de los Balcanes”
ND© La “Guerra de los Balcanes” (1912-1913) ocupa un lugar central en la historia de la Grecia moderna. El resultado victorioso de Grecia llevó a la liberación de la dominación otomana de los territorios históricos griegos, como Tesalónica o Epiro, duplicando el tamaño del Estado heleno. El Banco de Grecia ha conmemorado el 20 de julio este Centenario con una moneda de oro de 100 euros. (Leer +)
En el anverso de la moneda figura el almirante Pavlos Kountouriotis y la bandera griega en el fondo. Pavlos Kountouriotis (9 abril 1855 hasta 22 agosto 1935) fue el héroe naval durante la guerra de los Balcanes y, posteriormente, ocupó el cargo de primer y tercer presidente de la Segunda República Helénica.
El reverso de la moneda muestra al acorazado “Averof” coronado por el escudo de armas de la República Helénica. El “Georgios Averof” es un buque de guerra griego, crucero acorazado, que sirvió como buque insignia de la Armada helénica durante la mayor parte de la primera mitad del siglo XX, sobre todo durante la I Guerra de los Balcanes. Destacó durante las batallas navales de Elli (3 de diciembre de 1912) y de Lemnos (5 de enero de 1913) en contra de la armada otomana, logrando controlar el mar Egeo.
La Primera Guerra de los Balcanes (1912) se cierra con la liberación de Epiro, Macedonia occidental y central, así como las islas del norte y del mar Egeo oriental; mientras que la segunda guerra de los Balcanes (1913) habilitó a Grecia para asegurar su posesión formal de Tesalónica, previamente liberada durante la Primera Guerra de los Balcanes, y el este de Macedonia. Una característica principal de la guerra de los Balcanes fue la velocidad sorprendente de las operaciones. Las victorias griegas, debido principalmente a la modernización previa del Estado heleno y a su Armada, así como la unidad y la alta moral del pueblo griego, condicionaron un legado duradero para las generaciones venideras.
Las Guerras supusieron la expulsión definitiva del Imperio otomano de la península de los Balcanes salvo en el extremo oriental de Tracia, el establecimiento de fronteras casi definitivas que perduraron salvo breves intervalos durante las Guerras Mundiales y el nacimiento de Albania como Estado independiente. No resolvieron, sin embargo, las disputas territoriales entre los países balcánicos, manteniendo Bulgaria sus deseos de alcanzar las fronteras del Tratado de San Stefano y siendo los territorios de Macedonia, Tracia y Dobruja objeto de competencia.