Por Ramón Cobo Huici
Miércoles 22 de octubre de 2014
En el siglo II a.C. la dinastía Han de China, ante la falta de cobre y plata, decidió emitir moneda fiduciaría imprimiendo su sello en las pieles curtidas de los gamos sagrados de su Palacio Real, lo que se denominaba “moneda de piel”. Sería el precursor del papel moneda. (Leer +)
Hacia el año 800 d.C. la dinastía Thang inventó el primer papel moneda como transferencia de capitales: Se depositaba el metálico en las cajas públicas y se entregaba un documento que era reintegrable en cualquier otra caja pública del imperio a su presentación, lo que permitía la transferencia de dinero entre provincias sin dificultad. Estos documentos se llamaron “moneda voladora” ya que se la podía llevar el viento.
En el año 998 el prefecto de la provincia de Chou, Chang-Wing, junto con 16 ricos propietarios, creó una sociedad con autorización por 65 años para emitir billetes al portador: ¡Primer banco de emisión! Los billetes estaban previstos para que conservasen su validez durante 3 años y su nominal era de 1.000 sapeques (moneda de cobre).
Como era de esperar, a los 35 años la sociedad quebró por no poder reintegrar los billetes emitidos al dar excesivos créditos, por lo que el Estado se hizo cargo de ella (¿Le sugiere algo esta historia al lector?) continuando con la emisión de billetes. Para evitar posibles impagos el gobierno determinó que no se pudiesen emitir billetes por un montante superior al 30 % de las reservas (¡Idéntica cantidad que la permitida por los gobiernos en el siglo XIX!)
La dinastía Chin (1115-1234) continuó emitiendo billetes, cada vez en mayor número para pagar a los funcionarios y militares, hasta que los billetes fueron incobrables originando tal malestar que fue una, por no decir que la principal, causa de que Gengis Khan conquistara el país, ya que los militares dejaron de guarnecer la frontera.
Gengis Khan implantó una nueva dinastía, la Yuan, que encabezó su hijo (1279-1368). De esta dinastía ya se conocen algunos ejemplares de billetes aunque son muy escasos, prácticamente piezas de museo. Durante esta dinastía fue disminuyendo la emisión de billetes al dejar de tener aceptación debido a su alto valor nominal.
Se siguieron emitiendo billetes con la dinastía Ming (1368), billetes que ya se encuentran con relativa frecuencia, actualmente, en el mercado.
Los primeros billetes de la dinastía Ming que se encontraron lo fueron en 1900 durante la guerra de los Boxers. Estos billetes, ofrecidos a un oficial americano acabaron en los museos de EEUU e Inglaterra.
En 1930 se descubrió un segundo grupo de billetes al demoler unos trabajadores un templo en las afueras de Pekin. En dicho templo se halló una vasija con varios objetos como ofrendas y entre ellos un paquete de billetes. Los descubridores no le dieron ninguna importancia a los billetes y los vendieron a los transeuntes por unas cuantas monedas. La mayor parte de los billetes se encontraban muy deteriorados a causa de la humedad pero unos cuantos, los de mayor calidad, fueron adquiridos por un misionero noruego. A la muerte de éste fueron adquiridos por un comerciante londinense que los hizo expertizar por el museo Británico y posteriormente los puso a la venta.
Presentamos un billete de la dinastía Yuan y otro de la dinastía Ming.
Están impresos en xilografía sobre papel de color gris azul. La pasta del papel está hecha a partir de corteza del arbol de la morera (no sobre corteza de morera como ponen algunos artículos) lo que le da ese color especial. Su tamaño es de 340 X 225 mm., a pesar de lo cual no se encuentran con dobleces ya que se solían llevar enrollados en cilindros para evitar su deterioro.
El valor nominal del billete era de 1 Kwuan equivalente a 1.000 Kash, piezas de cobre, que, a su vez, equivalían a 36,6 gr. de plata. En esta época el valor de la plata equivalía a 4 veces el oro. Alrededor de esta época se prohibió el empleo del oro y de la plata por lo que se hizo cuasi obligatorio el uso de billetes si se quería trasladar una cantidad medianamente importante entre provincias.
La traducción de los caracteres del anverso es la siguiente:
La leyenda superior dice: “Billete en circulación del imperio Ming” (Los tres últimos caracteres son los identificadores de Imperio Ming.
Debajo de la primera leyenda se observan dibujos de dragones.
En el cuadrado superior: Parte superior, 1 Kwuan. Parte central, en la que figuran 10 grupos de piezas de cobre unidas por alambre.
Banda escrita a la derecha: “Billete del imperio Ming”
Banda escrita a la izquierda: “Circulación para siempre y siempre”
En el cuadrado inferior se lee: “La administración de finanzas ha presentado un memorandum al trono y ha recibido la sanción imperial para la emisión de billetes del imperio Ming que deberán circular con la misma base que la moneda de cobre. El falsificador será ejecutado. El denunciante recibirá 250 Kwuan de plata y todos los bienes del criminal. Año… Mes… Día…
El billete lleva dos sellos rojos efectuados con polvo de cinabrio (oxido de mercurio) con las siguientes leyendas: “Sello de los administradores de billetes del Gobierno” y “Sello para la circulación de los billetes del Gobierno”
Si analizamos los billetes del emperador Hungwu de la dinastía Ming, veremos que no se diferencian, en cuanto a concepción y leyendas de los billetes modernos excepto en que no llevan numeración.
Para que el lector se haga una idea de la rareza de estos billetes, comentar que recientemente se ha subastado en Honk Kong un billete de la dinastía Yuan, alcanzando un precio de 134.000 euros. En cuanto a los de las dinastía Ming el precio es muy variable puesto que la calidad también lo es, oscilando desde los 4.000 euros, los ejemplares en RC con pérdidas de papel, hasta los 50.000 euros los en EBC como el ejemplar de la imagen.