La mitología y la moneda

La mitología y la moneda: Rodas

Por José A. Jiménez Peris

Miércoles 07 de junio de 2017

Finalizamos nuestro peregrinaje por las ciudades e islas griegas recalando en el puerto de Rodas, tras obtener la preceptiva autorización del Coloso. Veremos algunas de sus leyendas y contemplaremos la representación monetaria de un radiante Helios, primitivo dios del Sol, y de la flor que dio su nombre a la isla. (Ver artículo anterior La mitología y la moneda: Mileto )



Por José A. Jiménez Peris:

Croquis de la Hélade. www.google.com

Según recoge Plinio el Viejo en el libro IV de su Historia Natural, uno de los nombres antiguos de la isla más extensa del archipiélago del Dodecaneso era Ofiusa, motivado por la proliferación de serpientes que habitaban en ella. Otra conjetura expone que el nombre procede de la abundancia de rosas en el territorio. No obstante, el origen de Rodas, como el de casi todas las ciudades e islas griegas, tiene una explicación mítica. Veamos qué dice la leyenda al respecto.

Las tradiciones nos hablan de que los telquines fueron sus primeros habitantes. Se trataba de nueve hermanos conocidos como los niños-peces, hijos de las primitivas deidades Ponto y Talasa. Eran unos seres con cabeza de perro, la parte inferior del cuerpo en forma de cola de pez, o de serpiente, y las manos palmeadas. Los relatos les atribuían facultades diversas apareciendo como campesinos, hechiceros y artistas.

Recreación de un telquín. www.google.es

Como campesinos recorrieron varias islas fundando ciudades y construyendo templos en honor a los dioses. En su calidad de hechiceros, se decía que tenían poder para destruir con la mirada y podían provocar, a voluntad, la nieve, la lluvia y el granizo. Como artistas se les adjudicaba la invención de artes y se consideraba que fueron los primeros en elaborar imágenes de los dioses. Trabajaban el hierro y el latón y se creía que fabricaron la hoz con la que Cronos castró a Urano.

Cronos castrando a su padre Urano, por Giorgio Vasari, 1564 Palazzo Vecchio, Florencia.

Ovidio, en la Metamorfosis, contaba que Zeus los aborrecía por su capacidad de producir fenómenos atmosféricos, función reservada exclusivamente a los dioses, y que, como castigo, sumergió la isla haciendo que perecieran todos sus habitantes. Sin embargo, alguna versión afirmaba que fueron advertidos por Artemisa y lograron escapar huyendo en distintas direcciones.

Cuando el rey de los dioses repartió ciudades e islas entre las deidades, se olvidó de Helios suscitando las quejas de éste. El rey del Olimpo quiso apaciguarlo prometiéndole aceptar la solución que propusiera y la divinidad solar hizo emerger de nuevo a Rodas reivindicándola para sí. Zeus se la concedió.

Helios casó con la ninfa Rodo, hija de Poseidón, y en honor de su esposa llamó a la isla Rodas. Tuvieron una hija y siete hijos conocidos como los helíadas, que alcanzaron fama como astrónomos y uno de ellos, Actis, que había matado a su hermano Ténages, huyó a Egipto, donde fundó la ciudad de Heliópolis y su famosa escuela de astronomía y astrología.

El resto de los hermanos permanecieron en Rodas iniciando la construcción de una gigantesca estatua en honor a su padre.

El Coloso de Rodas consistía en un monumento de bronce o hierro de más de treinta metros de altura, que representaba a Helios. Permaneció guardando la entrada del puerto más de 60 años hasta que un terremoto la derribó. 800 años más tarde fue desarmada por los dominadores árabes y vendida por piezas.

El Coloso de Rodas, según el grabador holandés Martin Heemskerck (1498-1574)(La estatua original no tenía una pierna sobre cada lado del puerto y su altura era la tercera parte de la recreación)

Rodas gozaba de una excelente situación estratégica en las proximidades de la costa de Caria, Asia Menor, lo que facilitó que participara activamente en el desarrollo heleno por medio del comercio.

Las monedas que se batieron en la isla llevaban la cabeza de Helios en el anverso. El reverso muestra en todas una rosa y capullo, símbolo de la isla.

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Tetradracma emitido entre 404-385 a. C.

Anverso: Cabeza de Helios.

Reverso: PO-ΔION sobre una rosa con un capullo dentro de un cuadrado incuso.

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Tetradracma batido entre 304-189 a. C.

Anverso: Cabeza radiada de Helios.

Reverso: POΔION sobre una rosa con capullo. Una proa de barco a la izquierda. AMEIN-IAΣ debajo. Todo dentro de una orla de puntos.

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Didracma acuñado entre 305-275 a. C.

Anverso: Cabeza de Helios con pelo largo.

Reverso: Rosa y capullo con racimo de uvas a la izquierda sobre EY.

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Trite (1/3 de estátera) de oro batida entre 125-88 a. C. (Pertenecía al tesoro helenístico hallado en Delos)

Anverso: Cabeza radiada de Helios.

Reverso: ANTAIOΣ sobre rosa con capullo a la izquierda, P-O en los flancos y kerykeion (caduceo) abajo, a la derecha Todo en cuadrado incuso.

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Dracma batido entre 167-88 a. C.

Anverso: Cabeza radiada de Helios mirando a la derecha.

Reverso: Rosa con un capullo. AGHSDIMOS R-O sobre ella y casco, abajo, a la izquierda. Todo en cuadrado incuso.

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Hemidracma emitido entre 170-150 a. C.

Anverso: Cabeza radiada de Helios.

Reverso: Rosa con capullo con QRASUMENHS sobre ella. Sol radiante abajo, a la izquierda y T a la derecha.

Próxima entrega: Lidia, el reino de Creso

Bibliografía

Diccionario de la mitología griega y Romana. Joël Schmidt. Larousse

Metamorfosis.pdf. Ovidio

Historia Natural. Plinio, el Viejo. Editorial Cátedra.

José A. Jiménez Peris

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