En consecuencia, antes de devolverlos a la circulación, los bancos centrales nacionales (BCN) de la zona del euro comprueban que todos los billetes sean auténticos y que no estén deteriorados ni sucios.
Los BCN disponen de máquinas de procesamiento automático, que comprueban los billetes que reciben y los clasifican a fin de mantener niveles elevados de calidad. En 2019, los BCN clasificaron como no aptos para la circulación unos 5.100 millones de billetes y los sustituyeron. Los billetes manchados o deteriorados son destruidos.
Los BCN de la zona del euro canjean los billetes dañados o mutilados (entre otros, los parcialmente quemados, incompletos o desfigurados) que cumplan ciertos criterios. Por ejemplo, un BCN canjeará un billete en euros deteriorado cuando se presente más de la mitad de la superficie original del billete o cuando se pueda demostrar que la parte que falta (más grande) se ha destruido. No se canjean los billetes que hayan sido mutilados o deteriorados intencionadamente.
En principio, el canje es gratuito. Sin embargo, se aplica un cargo al canje de billetes dañados accidentalmente por aparatos antirrobo.