La sombra de una recesión económica sobrevuela el viejo continente, que no es capaz de afrontar su inflación al alza y la incertidumbre de los mercados ante el conflicto en Ucrania y su devenir.
El euro está en horas bajas, y puede que en las peores de su historia. Y es que la divisa europea llegó a estar en su mejor momento frente al dólar a 1,6 euros, algo que parece inalcanzable hoy en día.
Las consecuencias de la Guerra y la crisis energética que vive Europa han provocado una situación insostenible, de hecho, no parece que vaya a mejor, ya que el pasado lunes se intensificó la reducción del suministro de gas ruso, lo que ha hecho que la inflación siga su escalada.
Tal es el caso que el gigante energético ruso Gazprom ha parado su actividad durante 10 días por mantenimiento en su gasoducto Nord Stream 1, con Alemania y otros países europeos sin saber si el gas regresará después de esto.

"Hay mucho miedo sobre lo que pueda pasar en el plano energético con la guerra. Ya veremos si seguimos recibiendo gas de Rusia", comenta a la BBC Juan Carlos Martínez, profesor de Economía de IE University. "La causa más importante de la caída del euro es la diferente velocidad en la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central Europeo".
Y es que, para los inversores, los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE.UU. son más altos que los de la deuda de Europa, lo que hace que ellos prefieran el dólar antes que el euro. "La zona euro todavía no empieza a subir los tipos de interés. Lo hará previsiblemente en su reunión de finales de julio, pero lo hará de una forma más lenta", avanza Martínez.
Y es que esto, como auguran los expertos, no ha hecho más que empezar...