Según su recomendación, si se tiene duda sobre la autenticidad de una moneda, no se deberían aceptar aquellas que estén muy deterioradas o parezcan haber sido manipuladas. Además, se debe seguir la 'Regla de los cinco pasos' para identificar posibles falsificaciones.
El primer paso es confirmar que la moneda no pertenece a un país fuera del eurosistema. Para hacerlo, se debe verificar si en una de las caras aparece el número con el valor de la moneda, la palabra euro o eurocent y el mapa de Europa, mientras que en la otra cara se encuentra el año de acuñación y una imagen que identifica al país emisor rodeados por las 12 estrellas de la bandera europea en la parte externa de la moneda.
Se recomienda verificar el alineamiento de la moneda, específicamente de sus caras. Según la entidad experta, las imágenes de ambas caras deben estar alineadas verticalmente, lo que se conoce como "giro moneda". Para verificar esto, se sugiere sostener la moneda entre dos dedos y girarla sobre sí misma.
Verificar el año de acuñación en la cara nacional de una moneda puede ayudar a confirmar su autenticidad. Desde 2007, el diseño de las monedas europeas cambió para incluir todo el continente, no solo los países de la UE como en el diseño original. Si la moneda es posterior a este año, debe tener el mapa completo de Europa. Además, es importante tener en cuenta que las monedas de uno y dos euros deben tener una superficie parcialmente rugosa en el mapa de Europa, nunca lisa.
Para comprobar la autenticidad de las monedas, es necesario realizar el paso final de verificar su magnetismo. El Banco de España indica que las monedas de uno y dos euros son ligeramente magnéticas en el centro, y se debe acercar un imán para comprobarlo. Si la moneda se pega al imán en el centro pero se desprende con una ligera sacudida, es auténtica. Por otro lado, las monedas de uno, dos y cinco céntimos son fuertemente magnéticas y no se despegan del imán, mientras que las de 10, 20 y 50 céntimos no tienen magnetismo alguno.