
Entre los d�as 23 y 27 de octubre de 1702, reci�n comenzada la Guerra de Sucesi�n Espa�ola, una Flota de la Plata fue copada y asaltada por dos escuadras angloholandesas en la r�a de Vigo. Esta presa fue recibida con j�bilo en Inglaterra y en los Pa�ses Bajos, aliados del Pretendiente Carlos, y fue motivo para la emisi�n de un gran n�mero de medallas y para la acu�aci�n de moneda de oro y plata por la Reina Ana.

Los atacantes se jactaron de que el valor de lo capturado alcanz� la cifra de cuatro millones de pesos fuertes, que una vez reacu�ados habr�an supuesto un monto global de unas 95.000 libras esterlinas, y esta es la cantidad que reflej� Bacallar en su libro coet�neo, y Das� en su obra cl�sica sobre los reales de a ocho. Pero en el mismo se ha de contar el valor de los barcos capturados y de las mercanc�as, as� como de los metales preciosos.
No obstante, esto se contradice con la documentaci�n de la �poca. La plata se hab�a desembarcado con anterioridad al ataque, y hab�a sido remitida a Lugo, en el interior del Reino de Galicia, y de all� a Segovia. El a�o siguiente Felipe V orden� la confiscaci�n de los cuatro millones de pesos que hab�an llegado en la flota. Si bien las p�rdidas para los comerciantes fueron enormes, aunque s�lo fuera en g�neros, 1/3 del bot�n pertenec�a a los de naci�n holandesa e inglesa, lo que gener� un sinf�n de pleitos en toda Europa.

La Royal Mint recibi� en concepto de bot�n perteneciente al Gobierno Brit�nico hasta 1703, seg�n los informes de su encargado sir Isaac Newton, maestro de acu�aci�n desde 1699, la cantidad de 4.504 libras y 2 onzas de plata y 7 libras y 8 onzas de oro. Con ellas se acu�aron unas mil libras en moneda inglesa de oro, plata y vell�n, con la leyenda �VIGO� bajo el busto de la reina.

Se batieron chelines de plata en 1702, y el a�o siguiente piezas de cinco guineas de oro, y numerario arg�nteo en coronas, � coronas, chelines y peniques. El a�o 1705 se emitieron guineas sencillas, y en 1706 medias guineas. Las monedas de oro llevan en su anverso el busto de la reina a la izquierda, con cinta en el pelo, broche en el vestido y la leyenda �ANNA DEI GRATIA�, y bajo el busto �VIGO�. En su reverso recoge los escudos coronados de Inglaterra, Escocia, Francia e Irlanda formando una cruz, y en su centro la rosa de Inglaterra, y la leyenda circular �MAG BR FRA ET HIB REG� y el a�o de emisi�n.

Los motivos de las emisiones de plata son similares, salvo que se sustituy� en el reverso la rosa por la cruz de San Jorge y la jarretera sobre rayos, la orla tradicional de los monarcas brit�nicos. En el canto de las coronas y las medias coronas se labr� la leyenda �DECUS ET TUTAMEN ANNO REGNI SECUNDO� (Ornamento y salvaguarda segundo a�o del reinado). Las monedas de 1, 2, 3 y 4 peniques no llevan la leyenda �VIGO� por su peque�o m�dulo.
Se labraron asimismo medallas conmemorativas de esta victoria en plata y bronce. En el reverso de las mismas se representaba la bah�a de Vigo cerrada por una cadena, la flota angloholandesa bloqueando su entrada, y los nav�os espa�oles y franceses en su interior incendiados.
En su libro escrito en 1870, Henfrey catalogaba estas piezas como comunes, y aportaba datos importantes sobre la procedencia de la plata utilizada para las emisiones de la primera �poca de la que posteriormente se convertir�a en la primera soberana de la Gran Breta�a unificada. En muchas de las piezas en ese momento conservadas se encontraban en sus esquinas, entre los campos en el reverso, marcas con forma de rosas y plumas.
La segunda de estas marcas proced�a de las minas de plata galesas propiedad de Sir Camberry Price y Sir Humphrey Mackworth, mientras que las rosas eran las marcas habituales de las minas de plata del oeste de Inglaterra. No parece l�gico que en una situaci�n econ�mica como la sufrida en Inglaterra, donde la plata batida en los primeros dieciocho a�os del siglo literalmente desapareci� de la circulaci�n, no se hubiese utilizado esa plata presuntamente obtenida en Rande.

En un informe al Parlamento de 21 de septiembre de 1717, Newton afirmaba que entre 1699 y ese a�o se hab�an batido 674.831 libras en moneda, de las que 320.372 libras y 12 chelines proced�an de antiguas monedas escocesas de plata o de monedas extranjeras circulantes en ese reino, que fueron reacu�adas en Edimburgo conforme a los est�ndares ingleses en virtud del Tratado de Uni�n.

Los problemas de circulante arg�nteo en Inglaterra fueron enormes durante el siglo XVIII. En el resto del mismo solamente se acu�� un montante global de 584.764 libras, 17 chelines y 5 � peniques, y la plata for�nea, especialmente la espa�ola, era remitida a Oriente para alimentar un activo comercio con la India y China.
La salida de la moneda de buena calidad y m�dulo grande supuso la permanencia en la circulaci�n de una moneda arg�ntea procedente de fraudes generalizados, que hacia 1805 se encontraba en tal estado de imperfecci�n que, a juicio de Lord Liverpool, el chel�n no era ya una aut�ntica moneda, sino de una ficha �Token- cuya �nica funci�n era la de permanecer en la circulaci�n como divisor de las guineas de oro.
Bibliograf�a
� BACALLAR Y SANNA SAN FELIPE, V., Comentarios de la Guerra de Espa�a, e historia de su rey Phelipe V el animoso, desde el principio de su reynado hasta la Paz General del a�o de 1725, T.I., G�nova, 1725.
� EDE, J., A view of the gold and silver coins of all nations, 1808.
� HENFREY, H.W., A guide to the study and arrangement of English Coins, Londres, 1870
� MORENO Y CASANOVA, J.J., �La batalla de Rande�, Cr�nica Numism�tica, septiembre 1996, pp. 38-39.
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� SEALY, H.N., A Treatise on Coins, Currency, and Banking, Londres, 1858.