Ciaran Mundy, el líder del proyecto de la libra de Bristol, explicó el concepto que hay detrás de los nuevos billetes: “Las grandes compañías barren con todo el dinero que hay localmente. Ese dinero va a Londres y, después, fuera del país”.

Por definición, la libra de Bristol, deberá permanecer en la ciudad. Si se gasta un billete de 10 libras en una panadería de Bristol, se usará para pagar a proveedores o a los empleados. Entonces, esas compañías tendrán que utilizar su dinero en la economía local.
“Estaremos llevando más negocio a comerciantes independientes, y asegurando la diversidad de la ciudad, que es una las cosas que la gente ama de Bristol”, dice Mundy.
Se imprimirán billetes de 1, 5, 10 y 20 libras. Una libra de Bristol tendrá exactamente el valor de una libra esterlina.
Los usuarios abrirán una cuenta con la Unión de Crédito de Bristol, que administrará el nuevo esquema monetario, y por cada libra esterlina que depositen, se les acreditará una libra de Bristol. Este dinero podrá ser gastado en efectivo o en forma electrónica para pagar servicios en internet y hasta con el teléfono móvil.

Dado que el dinero está depositado en una entidad de crédito, respaldada por la Autoridad Financiera británica, tendrá la misma protección que cualquier otra cuenta.
Los billetes tendrán medidas de seguridad para evitar falsificaciones similares a las del dinero tradicional.
La mayoría de las monedas locales se mantienen a pequeña escala. La libra de Totnes fue la primera en aparecer, en Devon en 2006, y participan 70 comercios. Hace un año y medio Stroud, en Gloucestershire, empezó a imprimir su propia moneda, pero no más de 30 compañías la aceptan actualmente.