En los viajes de empresa, en los diversos lugares nacionales e internacionales tenía un compañero mayor y me decía que a cada lugar que iba compraba una moneda española y que merecía la pena. A mí personalmente esto me atraía. Las primeras monedas que coleccioné fueron relativas al centenario de la peseta.
¿Cómo y por qué empezó a estudiar las monedas acuñadas en el entorno geográfico donde vive?
En Francia me llamó poderosamente la atención de una moneda que ponía que Luis XIV era rey de Francia y de Navarra. Empecé a indagar el tema porque yo sólo conocía la Navarra “española”. En resumen descubrí que en 1512 Fernando el Católico conquisto la Navarra subpirenáica y dividió a esta en dos: la Navarra “española” y la otra que se mantuvo todavía independiente.

¿Cuándo surgió la idea de recopilar esas monedas en una publicación?
Me di cuenta que reunir las monedas francesas y españolas era una tarea interesante y no fácil por la razón que un estado omite al otro sobre Navarra.
“Moneda de Euskal Herria”, ese es el título de su recopilación monetaria, y más de un lector se preguntará ¿por qué de Euskal Herria cuando históricamente esa denominación a los territorios vasco-navarros surge formalmente a finales del siglo XIX? Es difícil de imaginar a romanos, árabes, carolingios, etc., acuñando moneda durante siglos, hechos ya unos euskaldunes…
Los vascos y vascas –“euskadunes”--tenemos en común nuestra lengua, nuestras costumbres, que las hemos sabido mantener durante milenios. “Es la lengua más antigua de Europa” y hemos querido por encima de todo mantener nuestras costumbres aunque hayamos estado sometidos. Siempre hemos renacido de nuestras cenizas y hemos sabido el caso de negociar y pactar. Siempre hemos salido airosos en cierto modo.
Sobre la pregunta anterior, todas las monedas recogidas en su publicación, salvo el duro carlista de 1875 acuñado en Oñate (Guipúzcoa) y las monedas de 1 y 2 pesetas, acuñadas en 1937 en Bélgica, fueron acuñadas en territorio de los vascones (actual Navarra, oeste de Zaragoza y parte de La Rioja) o en el ya reino de Navarra; mientras que en los territorios del actual País Vasco, poblado por caristios y várdulos, no hubo ninguna acuñación. ¿Por qué entonces generalizar el título de su recopilación monetaria como “Moneda de Euskal Herria”?
El nombre de caristios y várdulos nos lo pusieron los romanos pero tampoco profundizaron demasiado el tema. El habla del euskara es el área que usted cita más la francesa no tienen un estudio en profundidad sobre el tema.
Los vascos tenemos un territorio milenario que indudablemente se ha reducido pero el espíritu se mantiene vivo. En Europa, a pesar de la globalidad, tenemos la esperanza de que se nos reconozca. En el siglo XIX aparece el nombre de “euskakherria” que no es más que una realidad de sentimiento de unidad que tenemos. En lo que se refiere a que no en todos los lugares no estén acuñadas monedas antiguas yo creo simplemente que el área republicana estaba influenciada más que nada en la cuenca del Ebro que por allí penetraron.

¿Cuál de los 10 capítulos, desde las monedas de la República Romana a las del Gobierno Vasco de la II República le ha sido más difícil de preparar?
Los capítulos más difíciles de preparar son los dedicados a la edad antigua y media. Se necesita estudiar mucho el tema “francés de eukal herria” está muy verde.
¿Qué base documental ha utilizado para realizar este trabajo?, porque el lector puede echar de menos un apartado bibliográfico.
La base fundamental que se ha utilizado para el trabajo es la de estudiosos anteriores tan importantes como la de Heiss y actuales como las de Villalonga mundialmente reconocidos y citados. También la moneda en si es una realidad
Por último, Sr. Beitia, ¿tiene previsto en un futuro editar esta recopilación monetaria en un libro, con fotografías y textos impresos?
Editar un buen libro de monedas es un tema que todavía no lo tengo claro. Lo que se es que he recopilado y he aportado personalmente en cuanto a estas monedas. Es el tema más serio y extenso conocido en estos momentos y por mucho en nuestros días. Espero vivir más tiempo y veremos cómo evoluciona el “tema”.