
Iulian Enache, aficionado a los detectores de metales, salió a la búsqueda de artefactos metálicos históricos un domingo más, sin saber que ese día quedará marcado en su vida: en una zona de campo cercana a Goleşti el detector se disparó señalando con intensidad una pequeña área. El motivo, el hallazgo a unos 65 centímetros de profundidad, envuelto en una antigua tela destrozada por el tiempo, de un tesoro compuesto por algo más de 54 kilogramos de plata, peso de las 47.000 monedas (akces) emitidas a nombre del gobernante otomano sultán Murad II (1421-1444), que circularon en el territorio del antiguo Principado rumano de Valaquia o Tara, hace 600 años. La mayoría fueron acuñadas en cecas de los Balcanes: Edirne (Adrianópoli ) , Serres (Serez), Grecia, Novar- Serbia y en Asia Menor

El hallazgo tiene un valor de mercado de alrededor de medio millón de euros. No obstante, a pesar de ello, el Sr. Enache decidido donar las monedas al Museo Nacional de Historia Nacional de Rumania, en Bucarest, cuyo director Ernest Oberländer - Târnoveanu declaró el tesoro como “el más grande tesoro de plata que se ha encontrado en Rumanía y recuperado por una institución pública en los últimos 100 años”.

Según la legislación rumana, Ley 182/2000, el descubridor de un hallazgo arqueológico realizado con un detector de metales puede reclamar el 45 por ciento de lo encontrado. De tal manera que el Sr. Enache recibirá probablemente cerca de 200.000 euros, tras una valoración exhaustiva de las monedas. Sin embargo, en reconocimiento a sus esfuerzos y su honestidad, el primer ministro de Rumanía Victor Ponta concedió al Sr. Enache una recompensa adicional de 10.000 euros, en un acto público que tuvo lugar el pasado 11 de septiembre.
Iulian Enache insistió una y otra vez a las autoridades y a los medios de comunicación que “no soy un cazador de tesoros, el hallazgo fue por casualidad, sólo me interesan los artefactos históricos, desde un clavo antiguo a una herradura, balas de la II Guerra Mundial y cosas así.”