Recientemente, durante la exitosa celebración del XV Congreso Nacional de Numismática que tuvo lugar en Madrid, en el Museo Arqueológico Nacional MAN, hubo una intervención en la tercera sesión, el 29 de octubre, que llamó poderosamente la atención a más de un congresista y que, nos dejó un tanto perplejos a más de un asistente.
Se trataba de la alocución de la presidenta de la Sociedad Iberoamericana de Estudios Numismáticos SIAEN y exdirectora del Gabinete Numismático de Cataluña, Marta Campo Díaz sobre “La viabilidad del patrimonio numismático”.
La Sra. Campo hizo un magnífico e ilustrativo recorrido por los diferentes espacios expositivos, públicos y privados, desde el siglo XIX a la actualidad, abarcando casi todos los aspectos de continentes y contenidos: desde la ubicación de las vitrinas o espacios expositivos, a la luminotecnia sobre los objetos monetiformes, documentación de apoyo a las piezas expuestas y un largo etcétera que podrá ser conocido en su integridad cuando se publique las actas del congreso, dentro de unos meses.
Pero hubo algo, ese algo, que por segunda vez, aunque en esta ocasión con más intensidad, hizo que aguzáramos el sentido de la escucha.

La primera alerta saltó durante la exposición de los elementos complementarios, documentales y de apoyo informativo a los objetos numismáticos expuestos en un museo, ya que Marta Campo relató cómo se presentan en algunos países y museos, por ejemplo: mientras que en los países anglosajones, léase “British Museum” sólo aparecen en lengua inglesa (“ya saben cómo son los ingleses” apostillo la ponente); en otros como el Museu de Prehistoria de Valencia o el MAN son bilingües, inglés y castellano (qué manía con no citar el español en España); para referirse después al Gabinet Numismatic de Catalunya donde las rotulaciones aparecen sólo en…“bueno ya saben, las puede leer todo el mundo poniendo buena voluntad…”, y se quedó tan pancha.
Bueno, con “buena voluntad” podemos tildar el comentario de “anecdótico”. Pero lo fuerte, lo verdaderamente alarmante para este sector del mundo de la información numismática fue su no referencia a la existencia del área de las publicaciones.
El medido recorrido por todo lo que compone en modo y forma un museo, gabinete o sala de numismática, pasó de largo (intencionadamente o no) por el mundo de las publicaciones que prestan sus espacios informativos a dichos estamentos, público o privados: exposiciones permanentes, exposiciones temporales, conferencias, presentaciones, actividades como simposios, cursos, congresos, etc.
Tan sólo, ante la “dirigida” pregunta de Julio Torres Lázaro, secretario de SIAEN, sobre si existe alguna publicación periódica numismática, la Sra Campo se “acordó” con un: “sí, claro, la revista Nvmisma”.
La prestigiosa “Nvmisma” es una publicación subvencionada por la FNMT-Real Casa de la Moneda(es decir, por todos los españoles), que tiene una periodicidad… anual! Sesuda, erudita y endogámica donde las haya, es una gran publicación científico-numismática, aunque un tanto visualmente “aburrida”, como todas las de su línea. Pero de ahí a denominarla como “Revista”… Les animo a que vean uno de sus magníficos ejemplares y opinen por ustedes mismos.
Y ahí escuece un poquito, Sra. Campo.Duele el olvido o la ignorancia, más bien lo primero. Ya que ha conocido usted de sobra las extraordinarias ediciones durante más de 15 de años de auténticas revistas (realizadas por profesionales de la información especializados en numismática) como la extinta revista mensual en cuya portada apareció la Sra Campo más de una vez, me refiero a “Crónica Numismática” (obligada a cerrar por asalto policial incluido…); o la aún en pie también revista mensual en papel “El Eco Filatélico y Numismático”, nada menos que con 60 años de antigüedad. Además de la magnífica “Gaceta Numismática”, editada por la Asociación Numismática Española ANE con el aporte de todos sus asociados.
Eso por no hablar de las actuales revistas numismáticas online que he tenido el honor y disfrute de crear y publicar a diario, lógicamente entre las que destaca “Numismático Digital”, con 130.000 visitas mensuales.
Espero y deseo que Marta Campo Díaz, que tantos merecidos laureles ha conseguido en su trayectoria profesional ligada a la numismática, reconozca alguna vez que la existencia de las revistas numismáticas no subvencionadas por el Estado, sino con el dinero de editores independientes, tengan un hueco en su abanico de publicaciones internacionales.
¿”Nvmisma”? Sí, claro. Aunque tengamos que leerla sólo una vez cada año. ¿Y el resto de los 364 días?...
Teruel también existe, Sra. Campo, y le aseguro que son una provincia y ciudad maravillosas.
José María Martínez Gallego
Director "Numismático Digital"