A pesar de que el Banco de Espa�a facilitaba moneda fraccionaria al ritmo constante que marcaba la producci�n de la F�brica Nacional de Moneda y Timbre de Madrid, esta no era suficiente para cubrir las necesidades cotidianas, comerciales, tributarias y fiscales de la poblaci�n. Durante un periodo de algo menos de dos a�os y medio, desde mediados de 1977 hasta finales de 1979, la carest�a de moneda peque�a, en especial de rubias y duros, se vio suplida por la emisi�n de vales de papel o cart�n, tickets de todo tipo y fichas met�licas o de pl�stico. Esta nueva moneda de necesidad tuvo que ser aceptada por la poblaci�n como cambio monetario, pese a ser casi en su totalidad de uso muy localizado, es decir, solamente serv�a para el pago en los comercios emisores o para el uso de los mismos servicios pagados inicialmente. Pese a sus caracter�sticas, la emisi�n de vales se extendi� r�pidamente en las transacciones comerciales y en la prestaci�n de servicios fundamentales, tal vez sustentada por el peque�o valor que representaban.
Como expondr�a La Vanguardia en uno de sus editoriales: �Hemos llegado ya al primitivo sistema del trueque, a la desafortunada circunstancia de que a uno, cuando paga cualquier cosa, le devuelvan el cambio en sellos de correos, en caramelos, en chicl�s, en cajas de cerillas o, lo que es mucho peor, en extra�os y peregrinos vales, puestos ya en circulaci�n por diversos comercios. Esta situaci�n nos recuerda los peores meses de nuestra guerra civil, cuando en Barcelona nos pag�bamos unos a otros con bonos, boletos o timbres postales en los que nadie cre�a�.[1]
La mayor parte de los vales de necesidad puestos en circulaci�n fueron creados por los propios comerciantes y empresarios afectados para poder seguir desarrollando sus actividades con la menor incidencia posible. En general, para poder ampliar su uso a varios comercios o zonas determinadas de la localidad, fueron emitidos por sus sociedades correspondientes: agrupaciones de comerciantes, asociaciones de vecinos, barrios, instituciones, mercados tradicionales, supermercados, etc. Otro de los sectores m�s afectados por la falta de moneda fraccionaria fue el de servicios, y especialmente su incidencia en el transporte p�blico, ya que era un elemento fundamental para el habitual desarrollo de la econom�a y era masivamente utilizado por la poblaci�n. Las empresas del sector emitieron tambi�n vales y tickets para poder devolver el cambio a los pagos de sus clientes. En general, todo aquel establecimiento que realizar� alguna transacci�n monetaria durante este periodo emiti� o utiliz� vales de necesidad [2].
El importe de estos vales suele corresponder a valores de entre 1 y 5 pesetas [3], aunque tambi�n pod�an equivaler a productos de primera necesidad o servicios cotidianos. En general, los vales se elaboraron en un formato rectangular de peque�o tama�o, para que no fueran doblados al introducirse en las carteras y monederos, y alargar as� su vida �til, aunque tambi�n se fabricaron en tama�os superiores y con otras formas. Algunos mercados incluso llegaron a fabricar fichas met�licas y de pl�stico con el fin de hacerlas m�s duraderas que el papel. Con este fin, durante los a�os 1977, 1978 y 1979, en Catalu�a se fabricaron millones de vales, que contaban en su mayor�a con alg�n elemento identificativo a modo de seguridad: firmas, sellos, numeraci�n, fecha de emisi�n, fecha de caducidad, etc. Dado que estos vales, tickets y fichas eran aceptados por la credibilidad de cada uno de sus emisores, se podr�an dividir en los siguientes tipos:
- Los vales y fichas respaldados �nicamente por la confianza en los propios empresarios.
- Los vales o talones no compensables [4], sustentados por una cuenta corriente abierta en alguna de las entidades financieras de las cercan�as. Que a su vez se podr�an subdividir en otros dos:
o Fabricados por particulares y asociaciones de comerciantes.
o Fabricados por las propias entidades bancarias para facilitar la labor de sus clientes e intentar captar otros nuevos.
Por la escasez de calderilla: Vales de cart�n por pesetas en Barcelona.
Barcelona, 15. (Pyresa.) Ante la curiosa e ins�lita escasez de monedas de una peseta que existan en Barcelona, la Asociaci�n de Vendedores del Mercado de Abacer�a Central de Barcelona han emitido unos vales en cart�n por valor de una peseta, con garant�a sobre su cuenta corriente en la Caja de Ahorros de Catalu�a, vinculada a la Diputaci�n Provincial.
Muchos barceloneses mayores de cincuenta a�os han recordado, a este prop�sito, id�ntica medida surgida durante la guerra civil, en cuya �poca, y ante la desaparici�n de las monedas de plata y de cobre �materiales estimados de utilidad b�lica por aplicaci�n inmediata o por razones de conversi�n en divisas- surgieron vales y acu�aciones de papel, cart�n y metal por equivalencias de monedas fraccionarias, a cargo de la Generalidad, Ayuntamientos, comit�s pol�ticos, entidades sindicales, y aun de f�bricas y grandes complejos comerciales. La tolerancia de dicha moneda fraccionaria aut�ctona y la emisi�n de la correspondiente a la Generalidad, as� como la posterior retirada de todas ellas fue sancionada por don Josep Tarradellas, a la saz�n consejero de finanzas de la Generalidad de Catalu�a.
Hemeroteca ABC. Mi�rcoles, 16 de noviembre de 1977. P�g. 45.
Vales y fichas sin respaldo bancario
Vale de 1 peseta numerado, emitido por Transportes Urbanos, S.A. (TUSA) y Boix y Cia. de Badalona y Santa Coloma de Gramanet. Cortes�a de tomarini99.
Fichas met�licas de 1 peseta, emitidas por los mercados de Poble Nou y Sant Andreu de Barcelona.
Vale de 1 peseta emitido por la panader�a Sant Mart� de Barcelona.
Vales circulares de 3 y 5 pesetas emitidos por el Mercado del Porvenir (Alimentaci�n Valbor) y por los Supermercados
El Tibur�n de Barcelona. Emisiones de 1978. Cortes�a de Jos� Luis Mallor N��ez.
Vales no compensables con respaldo de cuenta bancaria privada
Vale de 1 peseta no compensable, de la Asociaci�n de Vendedores del Mercado Abacer�a Central de Barcelona, asociado a una cuenta corriente
privada de la Caja de Ahorros de Catalu�a. Emitido en Noviembre de 1977. Cortes�a de Salvador Jen� Villagrasa.
Vale de 5 pesetas no compensable, de la Asociaci�n de Vendedores del Mercado de Sants de Barcelona, asociado a una cuenta corriente privada
del Banco Atl�ntico. Fecha de caducidad 31-12-79. Cortes�a de Jos� Luis Mallor N��ez.
Vales de 3 y 5 pesetas no compensables, de la Asociaci�n de Vendedores del Mercado del Centro de Cornell� de Llobregat, asociados a una cuenta
corriente privada de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Barcelona. Fecha de caducidad 31-12-78. Cortes�a de Salvador Jen� Villagrasa.
Vale de 1 peseta no compensable, de la Agrupaci�n de Comerciantes y Vecinos de la calle Cruz Cubierta y de la Agrupaci�n de Vendedores del Mercado de Hostafranchs de Barcelona, asociado a una cuenta corriente privada de la Banca Jover. Numerado, sellado y con fecha de emisi�n 30-1-78 y de caducidad 1-1-1979.
Entre la multitud de vales no compensables emitidos con respaldo bancario, destacan los fabricados por la Caja de Ahorros Layetana. En este caso, los vales fueron fabricados por la propia entidad para sus clientes presentando as� algunas medidas de seguridad para dificultar su falsificaci�n. Estaban fabricados en cart�n de color blanco con impresi�n por ambas caras a un solo color, con un tama�o de 68 x 48 mm. (ancho x alto), contaban con numeraci�n correlativa y presentaban el logotipo del banco grabado sobre el papel en su parte central.
Vales de 1 peseta no compensables, emitidos por la Caja de Ahorros Layetana, para la Agrupaci�n de Vendedores de la Plaza de Cuba de Matar�, asociados a una cuenta corriente privada. Numerados y con fecha de caducidad 30-6-79.
Vales de 1 peseta no compensables, emitidos por la Caja de Ahorros Layetana, para la Asociaci�n de Comerciantes y Vecinos de la calle Padilla de Barcelona y para el Centro de Iniciativas Maresme Tur�stic de Calella.
Calella. La escasez de moneda fraccionaria, pobre imagen para el turista
Aunque parece ser problema a nivel nacional, la escasez de moneda fraccionaria que sufre el mercado en esta zona del Maresme, ha llegado a tal extremo que perturba gravemente las operaciones mercantiles. Por supuesto, se ha acentuado m�s el problema y creado mayor malestar en la �poca tur�stica, qua obliga e comerciantes y consumidores a habilitar como sustitutivos sellos de correo, vales, etc�tera, incluso golosinas y otras chucher�as para los ni�os.
Si los del pa�s no sabemos explicarnos tama�a anomal�a, ya puede uno imaginarse el asombro o, mejor dicho, la pobre impresi�n que ese tipo de problema est� causando a los extranjeros. Circunstancia inconcebible, que nada favorece la imagen y prestigio del pa�s.
Huelga decir el grado de preocupaci�n y malestar que cunde en los medios bancarios, ante la imposibilidad de atender al cliente, al cort�rseles las fuentes habituales de suministro normal y, muy concretamente, la del propio Banco de Espa�a.
Para hacer frente a tal anomal�a, que alcanza a todo tipo de moneda fraccionaria y, cuando menos, para paliar el problema, alguna entidad de ahorro, as� como el Centro de Iniciativas �Maresme Turistic�, previa autorizaci�n de los medios competentes, han puesto en circulaci�n unidades o vales canjeables por moneda normal. En definitiva, le opini�n generalizada es que si bien puede aceptarse, y a�n relativamente, en el �mbito local, como caso de emergencia, soluciona en muy escasa medida el problema, y m�s cuando en la hora presente la vida comercial ya gira en torno al turismo.
La Vanguardia. Martes, 6 de junio de 1978. P�g. 36.
Pr�xima entrega: �Los vales de ahorro de las cajas catalanas (IV)�
NOTAS
[1] La Vanguardia. Tribuna. Viernes, 17 de febrero de 1978. P�g. 7.
[2] No es objeto de este trabajo la catalogaci�n de los vales y fichas utilizados durante la transici�n espa�ola en sus diferentes regiones. Su gran variedad y complejidad requiere un estudio mucho m�s detallado y laborioso.
[3] Debido a la gran inflaci�n que sufri� Espa�a durante la transici�n el importe de 50 c�ntimos pr�cticamente dej� de tener sentido en las pr�cticas comerciales.
[4] El valor de los talones o vales no compensables es librado sobre la cuenta corriente particular de cada emisor, sin que el banco sea responsable de su posible falta de fondos.
BIBLIOGRAF�A (III)
Los datos aportados a este trabajo han sido recopilados de las siguientes fuentes:
HISTORIA Y ECONOM�A:
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- MOZO GAYO, Almudena. �El asamble�smo en la transici�n: La experiencia de la Casa de la Moneda de Madrid (1977-87)�. Cuadernos de relaciones laborales n� 3. Universidad Aut�noma de Madrid. Madrid. 1993. P�gs. 95-106.
- PAN-MONTOJO GONZ�LEZ, J. �Pol�tica y gasto social en la Transici�n, 1975-1982�. Incluido en �Historia de la Hacienda en el siglo XX. Monograf�a 2002.� Instituto de Estudios Fiscales. Ministerio de Hacienda. 2002. P�gs. 236-240.
- S�EZ, Jos� Luis. �Econom�a y pol�tica en la transici�n y la democracia�. Papeles de la Fundaci�n n� 64. Fundaci�n para el An�lisis y los Estudios Sociales y los autores. Madrid. 2001.
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[http://www.abc.es] [http://www.lavanguardia.com]
NUMISM�TICA:
- ALED�N, Jos� Mar�a. �La Peseta. Cat�logo b�sico�. Madrid. 1997.
- GARC�A, Miguel �ngel. �La Peseta�. 2011. Edici�n no venal. Publicado en el desaparecido portal NUMISMA. [http://www.numisma.org]
- CURIOSIDADES NUMISM�TICAS. Blog de Jos� Ram�n Vicente. Art�culos: �Monedas de Cart�n (II)� y �Fichas del Mercado de Barcelona�.
- Jos� Luis Mallor N��ez.
Tienda de coleccionismo �lossitioszaragoza� en el portal TODOCOLECCION.
- NUMISM�TICA BORR�S.
[http://www.numismaticaborras.com]
- Salvador Jen� Villagrasa.
Tienda de coleccionismo �canut� en el portal TODOCOLECCION.
- Tomarini99
Tienda de coleccionismo �tomarini99� en l portal TODOCOLECCION.
- EBAY. Portal de subastas por internet.
- TODOCOLECCION. Portal de coleccionismo por internet.
[http://www.todocoleccion.net]
Este trabajo est� abierto a debate y a la aportaci�n de nuevos datos y conclusiones.
Fernando L�pez del Burgo [[email protected]]