American Historical Revue and Motion Picture Exposition
En los primeros años 20 Hollywood estaba iniciando su escalada como principal industria del entretenimiento, y cientos de jóvenes abandonaban sus vidas de pueblo para probar suerte como artistas. El dinero corría, y la fama fue asumida por los actores de diversa manera, pero frecuentemente se creyeron los reyes del mundo, con licencia para hacer lo que les viniese en gana, como buenos ídolos con pies de barro del siglo XX. Pronto empezaron a aflorar escándalos de drogas, sexo, y hasta algún que otro muerto famoso …
Los Ángeles se estaba configurando como una ciudad pujante, y con una industria cinematográfica floreciente. Pero la fama de inmoralidad, depravación y corrupción no era una característica que beneficiase ni a la industria del cine ni a la ciudad de Los Ángeles.
La idea de organizar una feria a nivel del país entero con la corporación municipal, y los promotores cinematográficos como patrocinadores pareció una idea estupenda para potenciar la imagen de Los Ángeles, y suavizar la impresión de decadencia que se transmitía por los escándalos que trepaban a las primeras páginas de los periódicos un día sí y otro también.

Como Chicago, y antes San Francisco, Los Ángeles intentaría mostrarse como una metrópolis moderna y cosmopolita a través de una Exposición. Entre otras cosas, las anteriores exposiciones habían aprovechado algún centenario reseñable como excusa para su celebración. Por ello, en la de Los Ángeles se pensó en la conmemoración de la declaración de Monroe de 1823, como una reafirmación del liderazgo de los Estados Unidos en la vida de toda América. De hecho, en su inauguración se descubrió una estatua del presidente Monroe, como homenaje a su labor.
Con ese motivo se solicitó al Congreso el permiso para la acuñación de una moneda conmemorativa, para ser vendida como icono de la Exposición. La moneda que presentamos es esa pieza acuñada para este evento, que a la larga fue un fiasco, financiero, y de imagen.
La idea de acuñar medio dólar estaba pensada para ofrecerla como cambio a la compra de la entrada, que costaba 50 centavos. Se esperaba que los visitantes pagaran con un dólar, y se les iba a dar como cambio el medio dólar conmemorativo. Pero los visitantes estaban más interesados en ver a las estrellas de cine que en las reseñas históricas de la Exposición, por lo que las visitas previstas no se alcanzaron. Y muchas de las personas que acudieron no tenían que pagar entrada porque eran menores.
Los bancos intentaron vender las piezas conmemorativas a 1 dólar. Consiguieron dar salida a unas 30.000 monedas. No obstante, quedaban más de 200.000 monedas sin aflorar. Como consecuencia de esta situación, las monedas se utilizaron para ser circuladas. Al principio la gente se quedaba con ellas como recuerdo, pero en la Gran Depresión se comenzaron a usar como moneda corriente y las que se conservan no tienen muy buen estado de conservación.
La Exposición no cumplió las expectativas en sus 5 semanas de duración, ni por visitas, ni por dar una mejor imagen de Los Ángeles. De hecho en diferentes artículos de la época se consideró un desastre financiero. Y poco a poco desapareció de la prensa y del recuerdo colectivo de la ciudad.
Nos queda la moneda, como testigo de que existió la Exposición Universal de Cine e Historia de América (American Historical Revue and Motion Picture Exposition)

Leyenda Anverso: United States of America – In God we trust – Monroe Adams – 1923 – s – Half dollar. Leyenda Reverso: Monroe Doctrine Centennial – Los Ángeles – 1823 – 1923.
Antes de tener el permiso del Congreso, la comisión rectora de la Exposición ya tenía una idea de cómo quería que fuese el diseño de la pieza. Se eligió al escultor y grabador Chester Beach, que ya había ganado algún premio por esculturas para la exposición de Panama – Pacific, en 1915.
En el anverso irían los bustos de Monroe y Adams. En el reverso, América del Norte y América del Sur. La marca de ceca debajo de la fecha del anverso, es una S.
En el reverso, Beach fue un poco más allá y propuso una alegoría de América del Norte y América del Sur, con las corrientes del Golfo enmarcando el perfil del continente, y con el canal de Panamá como la unión de las manos de las dos mujeres que representaban sendos subcontinentes. El monograma de Beach se encuentra en la parte derecha del reverso, encerrado en un círculo.

En julio de 1923 Raphael Beck, que había diseñado el sello para la Exposición Panamericana de 1901, acusó a Beach de plagio. La demanda no prosperó, y no se condenó a Beach, porque la idea de las alegorías de las Américas había sido de James Earle Fraser, el diseñador de la pieza del Nickel Buffalo.
La cuestión es que ambos diseños se parecen.
Bibliografía
http://www.ngccoin.com/coin-explorer/silver-commemoratives-pscid-71/1923-s-monroe-50c-ms-coinid-19333
(http://www.diariodecadiz.es/article/ocio/1317582/los/escandalos/silenciados.html)
(http://cinema.usc.edu/archivedassets/32_1/2_Marzola.pdf)
http://www.numismatics.org/
www.dbpedia.org
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http://www.numismaticalavin.com/