Croquis polis griegas. www.google.es
Según Píndaro, las Amazonas fueron las fundadoras del santuario consagrado a la divinidad cazadora Artemisa, en torno al cual se desarrollaba la vida efesia. Sobre esta opinión, Pausanias, en el libro VII de su Descripción de Grecia, nos dice que:
“Píndaro, sin embargo, me parece a mí, no sabía todo lo relativo a la diosa pues dijo que las Amazonas fundaron este santuario durante su expedición contra Atenas y Teseo.
Sin embargo, no fue fundado por las Amazonas, sino que fueron Coreso, un autóctono, y Éfeso – consideran que Éfeso es el hijo del río Caístro ‒ quienes fundaron el santuario y por Éfeso tiene su nombre la ciudad”.

No lejos de Éfeso se encontraba Dídima, donde se edificó un grandioso templo dedicado al dios Apolo, protector de los colonos, en el lugar donde la leyenda nos cuenta que Zeus y Leto lo concibieron junto a su hermana Artemisa.
En la tradición más conocida, los gemelos nacieron en la isla de Delos, pero existen otras según las cuales, Artemisa vino al mundo en Éfeso, antes de que su madre llegara a Delos, lo que justificaría el culto tan arraigado a la diosa hasta el punto de que, según se cuenta en los Hechos de los Apóstoles, los plateros de la ciudad, temiendo que la nueva doctrina predicada por Saulo de Tarso afectara a su producción de objetos en honor a la divinidad, se rebelaron en su defensa exclamando ¡Grande es la Artemisa de los efesios! (Hechos de los apóstoles 19-28).
Otro episodio referido por los mitos es que la propia Artemisa ayudó a su madre en el parto de su hermano y, viendo el sufrimiento de aquella, pidió a Zeus no parir jamás, por lo que quedó consagrada como una diosa virgen.
Éfeso, como destacado centro comercial, pronto siguió la estela de Lidia y Mileto batiendo moneda con objeto de facilitar los intercambios. Primero emitió estáteras de electrón, al igual que sus vecinas, con un diseño que seguía el patrón lidio-milesiano, es decir, con una superficie rugosa en el anverso y figuras geométricas incusas en el reverso.

Hemihecte (1/12 de estátera) de electrón batido entre 650-600 a. C. siguiendo el modelo de Lidia y Mileto.
Anverso: Superficie rugosa globular.
Reverso: Cuadrado incuso con relieves lineales en su interior.

Hemihecte (1/12 de estátera) acuñada con el sello de Fanes entre 625-600 a. C.
Anverso: Parte delantera de un ciervo con la cabeza girada.
Reverso: Cuadrado incuso con patrón irregular.
En el período helenístico se batieron algunos ejemplares de oro con diseños sofisticados. El reverso de la siguiente moneda contiene el dibujo de la famosa estatua de culto de Artemisa en Éfeso.

Estátera de oro batida entre 133-88 a. C.
Anverso: Busto de Artemisa con estefano, collar de perlas y con su arco y carcaj sobre el hombro.
Reverso: Estatua de culto de la diosa con un colgante en cada mano, un ciervo a la izquierda y una abeja a la derecha y las letras Ε-Φ en la parte superior.
El diseño está inspirado en la siguiente imagen. La original era un xoanon (escultura de madera de carácter votivo) que representaba una diosa pre-helénica a quien, los griegos, identificaron con Artemisa. Esta primera figura, decorada con joyas, posiblemente se perdiera a causa de una inundación que destruyó el templo en el sigloVIII o VII a. C.

Como el valor intrínseco del oro y electrón era demasiado elevado para utilizarse en las pequeñas operaciones comerciales, su uso quedó reservado a las grandes transacciones y en el comercio al por menor, la acuñación monetaria se hizo en plata.
Con este metal se emitió ya moneda griega propiamente dicha con diseño referido a las convicciones religiosas de la ciudad. Así que el hecho de que a diosa fuera alumbrada, junto con su hermano Apolo, bajo una palmera se reflejaba en el reverso de las monedas en el que aparecían el árbol y un ciervo, animal también relacionado con Artemisa.

En el anverso figuraba una abeja, insecto al que tenían especial consideración, ya que la ninfa Amaltea alimentó a Zeus con su miel cuando le fue entregado por su madre Rea para salvarlo de la voracidad de Cronos, a quien una profecía predijo que perdería el poder a manos de sus hijos si éstos vivían.

Dracma con la marca Phanes batido entre. 625 - 600 a. C.
Anverso: Ε−Φ a ambos lados de una abeja.
Reverso: Ciervo, palmera detrás y ΕΚΑΤΟΚΛΗΣ a la derecha.

Dióbolo acuñado entre 390-325 a. C.
Anverso: Ε−Φ a ambos lados de una abeja.
Reverso: EΦ entre dos cabezas de ciervo enfrentadas.

Bronce batido entre 375-325 a.C.
Anverso: Cabeza femenina vistiendo estefano. ¿Artemisa?
Reverso: Abeja entre E - Φ.
En la primera mitad del siglo II a. C., aparecieron las monedas llamadas cistóforos, así denominados por la cista o cesta mística encerrando a la sagrada serpiente, que se utilizaba en el culto a Dioniso. La acuñación de esta divisa continuó en las principales ciudades asiáticas tras la conquista romana coexistiendo magistrados griegos y romanos.

Tetradracma cistofórico acuñado entre 166-160 a. C.
Anverso: Cesta mística con serpiente rodeadas por una corona de hiedra.
Reverso: Arco, aljaba rodeados por dos serpientes con las colas entrelazadas. EΦE a la izquierda y ciervo pastando a la derecha.
Próxima entrega: Samos, la patria chica de Hera y Pitágoras
Bibliografía
Descripción de Grecia. Libro VII. Pausanias. Biblioteca Clásica Gredos.
http:// coinarchives.com
José A. Jiménez Peris