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Abril2013, Edición 66    13 de abril de 2013
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Det Norske Myntverket AS

ltima actualizacin 10/04/2013@03:54:54 GMT+1
ND© Hace aproximadamente un mes, el pasado 8 de marzo, el Norges Bank (Banco de Noruega) emitió una moneda conmemorativa de 10 coronas, en oro nórdico, para celebrar el Centenario de la implantación del Sufragio Universal entre los ciudadanos noruegos, pudiendo así las mujeres nórdicas acceder a al derecho al voto en igualdad de condiciones que los hombres. (Leer +)
La moneda de 10 coronas noruegas ha sido acuñada por la Det Norske Myntverket AS (Real Casa de la Moneda de Noruega, Ceca de Kongsberg) en una aleación de cobre zinc y aluminio (81% Cu 10% Zn 9% AL), popularmente conocida como oro nórdico, con un peso de 6’80 gr. y un diámetro de 24 mm., en calidad BU sin circular.



El anverso de la moneda representa el retrato del rey Harald V, diseñado por Ingrid Rise Austlid, diseñadora de la Det Norske Myntverket AS. Esta imagen ha aparecido en todas las monedas en circulación en los últimos años. Rodea el campo la leyenda “Harald V Norges Konge” (Haral V Rey de Noruega), la fecha de emisión “2013” cyuyos dígitos están separado por la marca de Ceca de Kongsberg, dos martillos cruzados. A la izquierda del busto del monarca aparecen las siglas de la diseñadora “IAR”.



El Norges Bank convocó un concurso para el diseño del reverso de la moneda. El motivo ganador con el lema “Unidos en la lucha”, fue diseñado por el ilustrador y diseñador gráfico Siri Dokken. El lado izquierdo de la moneda presenta cuatro figuras femeninas con sus brazos extendidos empujando contra el borde de una superficie que constituyen la otra mitad de la moneda. Al comentar sobre su motivo, Dokken dijo que “la democracia es un movimiento de abajo hacia arriba y de que votar es unir fuerzas para mover algo juntos, para crear un cambio, mover los ejes y centros de gravedad”. En el lado derecho aparece el valor nominal “10 KR” (10 coronas), las fechas del centenario “1913-2013” y la leyenda en noruego “Stemmerettsjubileet” (Aniversario del Sufragio Universal).

Noruega fue el primer país independiente en donde se implementó el derecho de voto femenino el 11 de junio de 1913, hace cien años. Ese día las mujeres noruegas votaron en elecciones parlamentarias por primera vez.

Hoy en día, Noruega es considerada como uno de los países del mundo con menores diferencias entre mujeres y hombres. Sin embargo, esto no quiere decir que el camino no haya sido largo y arduo. Y aún cuando la situación ha cambiado sustancialmente durante los últimos 100 años, la lucha por una sociedad igualitaria continúa.

Cuando en la década de 1880 empezaron los debates acerca de la posibilidad de que las mujeres votaran, los opositores opinaban que no era “natural” que las mujeres votaran, ya que esta acción podría llevar a la desintegración de la familia. Votar era cosa de hombres y querían “evitar que las mujeres tuviesen que enfrentar un dilema tan complicado”. Las mismas premisas que utilizaron en 1931 en España los detractores del voto femenino en los inicios de la II República, curiosamente todos provenientes de las filas de la izquierda, desde Pablo Iglesias al último diputado.



Los que luchaban a favor del sufragio universal argumentaban que el instinto maternal de las mujeres las hacía capaces de entender de manera diferente la sociedad, pudiendo, por lo tanto, resolver óptimamente los asuntos sociales en la política. “Incluyendo a las mujeres en la política se beneficiaría la patria; excluyéndolas, se la dañaría”, sostenía la activista noruega Gina Krogh.

En 1898 todos los hombres noruegos obtuvieron el derecho al voto y, desde ese momento, la demanda por el voto femenino aumentó, al tiempo que empezó a ganar terreno. Por fin, en las elecciones parlamentarias de 1913 todas las mujeres noruegas pudieron votar por vez primera, convirtiéndose Noruega en el primer país independiente en instaurar el derecho de voto femenino. Nueva Zelanda (1893), Australia (1902) y Finlandia (1906) ya lo habían implementado, pero estos países no eran todavía independientes, pertenecían a la corona británica, y las mujeres no podían ser electas para cargos políticos.


La mujer noruega votó por primera vez un de 11 junio de 1913.


Sin embargo, la obtención del derecho al voto fue sólo una de las batallas ganadas. En muchos aspectos, las mujeres seguían teniendo un rol inferior al del hombre y la lucha por igualdad entre géneros continuó. Por un lado, esa lucha tenía como objetivo llegar a lograr un sistema jurídico que tratara igual a mujeres y a hombres y, por otro lado, estaba orientada a cambiar actitudes y prejuicios presentes y muy aferrados en la sociedad.

Gradualmente y con el tiempo, se implementaron nuevas leyes y reglamentaciones: En 1927 se introdujeron los mismos derechos económicos y jurídicos para ambos cónyuges; en 1959 el gobierno ratificó la convención sobre igualdad de salario de la OIT (Organización Internacional del Trabajo). Estos son dos de los varios logros que mejoraron en gran medida la posición jurídica de la mujer.


Gobierno noruego presidido por una mujer, Gro Harlem Brundtland, que en 1986 sumó ocho mujeres a los Ministerios.


Simultáneamente, las mujeres hicieron su ingreso en la política y en el debate público. La primera mujer en ser elegida para el parlamento fue Karin Platou en 1922 y ese hito inauguró un proceso de integración de las mujeres en los puestos políticos. En 1981, más de medio siglo después de que las mujeres votaran por primera vez, Gro Harlem Brundtland fue elegida primer ministra, siendo la primer mujer en ocupar tal cargo. Al asumir por segunda vez el mismo cargo en 1986, la primer ministra Brundtland armó su “gobierno de mujeres”, formado por ocho mujeres y diez hombres. Dicho gobierno se hizo famoso internacionalmente justamente por su alta participación de mujeres.

En Noruega, las diferencias políticas y sociales entre mujeres y hombres han disminuido significativamente en los últimos cien años. Las mujeres noruegas han entrado con fuerza en todos los ámbitos de la sociedad: El sistema educativo, el mercado de trabajo, el debate público y la política, entre otros. Un ejemplo claro del progreso es el hecho que las mujeres ejercen el 50% de los cargos del actual gobierno. Con una política consciente, el gobierno pretende también llevar a cabo un cambio de la representación femenina en el sector privado y en el año 2003 aprobó una ley por la cual se requiere que los directorios de todas las sociedades anónimas cuenten con un 40% de mujeres.
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