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Febrero2015, Edición 113    3 de abril de 2015

Elementos de Seguridad en los Billetes Españoles (II)

Elementos de Seguridad en los Billetes Españoles (II)

Por ramón Cobo Huici

En 1868 el Gobierno provisional formado después de la revolución de septiembre adoptó la peseta como unidad monetaria y en este mismo año el consejo del Banco de España tomó la decisión de montar un taller en su edificio central, entonces en la calle Atocha, y fabricar en él sus billetes. (Leer +)
En 1874 se concedió al Banco de España el privilegio del monopolio de emisión de billetes por un periodo inicial de cincuenta años y este mismo año emitió el primer conjunto de billetes en pesetas, fabricados en sus instalaciones.

Como era de esperar se introdujeron nuevos elementos antifalsificación pero éstos afectaron a la estructura del papel


Tarlatana

Con la primera emisión en pesetas aparece una nueva medida, la tartalana. Dicho elemento es una malla de hilo de unos 2 cm. que no se mezclaba con la pasta de papel sino que se adhería a presión, generalmente en el reverso. La dificultad esencial para el falsificador era el conseguir que el tejido quedase con su hilado conservando el paralelismo, y al no conseguirse con facilidad, el tenedor del billete con un vistazo rápido detectaba una anormalidad que le hacía comprobar otros detalles y asegurarse de la validez del billete.

Con el inicio del siglo XX, emisión de 1902 con la imagen de Velázquez, y debido al aumento de circulación fiduciaria, se da paso al billete de características modernas, desapareciendo las matrices de entalonamiento y control, así como alguna otra medida de seguridad, como el uso de tarlatanas.


Fibrillas de colores

Con el billete de 100 pta. de 1903 aparece una nueva medida de seguridad consistente en la introducción de fibrillas de seda de diferentes colores en la pasta de papel, y que no introducía grandes dificultades a los falsificadores ya que la imitación la lograban por medio de entintados. La idea se ha aprovechado con gran éxito puesto que se sigue utilizando, solo que con la sofisticación de aprovechar la luminiscencia de los materiales ante los rayos UV.

A partir de las emisiones de 1903, el Banco de España, y ante la facilidad con la que eran falsificados los billetes impresos en sus talleres tuvo que recurrir a los fabricantes ingleses para la impresión de sus emisiones.

La facilidad con la que se introducían falsificaciones de los billetes realizados por el Banco y que Bradbury, el fabricante elegido, no utilizase medidas antifalsificación, aparentemente tan útiles como la marca al agua, fibrillas, tarlatanas, etc., hasta las emisiones de 1925, nos indica que los elementos fundamentales para la solvencia de un billete es la calidad del papel y la de un buen grabado en calcografía. Se debe insistir que los billetes de Bradbury estuvieron en circulación más de 30 años y de muchos de sus billetes apenas aparecieron falsificaciones.


Impresión litográfica policoloreada

Todos los fabricantes intentan introducir algún método antifalsificación novedoso que les permita superar técnicamente a la competencia. Thomas De La Rue en los billetes que fabricó para el Banco de España, los emitidos de 50 pesetas Ramón y Cajal, y 25 pesetas Sorolla, así como el no circulado 100 pesetas de la Dama de Elche, imprimió, en litografía, un rosetón en el anverso de los denominados en arco iris, con hasta 24 tonos de colores lo que hacía inviable una falsificación aceptable. No conocemos que se hubiesen falsificado estos billetes, aunque es más probable que fuese debido al escaso tiempo de circulación y las circunstancias de guerra existentes.


Tiras de papel

En las emisiones de Burgos efectuadas por Giesecke y Devrient de 1936 y 37 aparece un nuevo elemento consistente en incrustar a presión pequeñas tiras de papel con la leyenda microimpresa de “Banco de España”. A pesar de que esta técnica no volvió a ser utilizada en los billetes españoles, quizás porque fuese privativa de la casa alemana, debe considerarse una buena medida, ya que en la mayoría de las falsificaciones conocidas no figuran estas tiras y en las poquísimas que las llevan podríamos decir que eran contraproducentes al fin buscado ya que resaltaban muchísimo puesto que las originales estaban incrustadas de forma que la tira se presentaba girada aleatoriamente posiciones que no lograban los falsificadores puesto que su método consistía en pegarlas.

En emisiones sucesivas se recuperaron alguna de las medidas ya ensayadas pero de forma muy limitada. En los 500 y 1000 pta. de la emisión de 1946 y en el 100 pta. de 1948 se volvió a introducir un hilo, esta vez metálico, en la pasta de papel; los falsificadores se limitaban a imprimir una raya negra que permitiese a un observador descuidado, confundirla con la sombra del hilo. En el 1000 pta. de la siguiente emisión de 1949 ya se abandonó la colocación del hilo y se volvió a introducir el papel con fibras de seda de colores.


Impresión Orlov

Para poder imprimir a varios colores, en principio, son necesarias varias planchas sea cual sea el procedimiento empleado. El uso de varias planchas plantea siempre el problema de que es necesario ajustar la impresión y aún con máquinas de tecnología muy desarrollada es difícil conseguirlo.

Para conseguir el ajuste perfecto al imprimir con varios colores se utiliza el procedimiento inventado por Ivan Ivanovich Orlov a finales del XIX, consistente en imprimir con una sola plancha con una máquina especial que posee varios tinteros y con rodillos dadores, los que impregnan la tinta en la plancha, recortados con la forma de las zonas a imprimir. Este procedimiento se usó primeramente en tipografía y después en litografía. A partir de finales de los años 40, el sistema se extiende a la calcografía y se universaliza. Con este sistema se logra la perfecta continuidad de las líneas en el cambio de color por finas que sean.

Hasta muy recientemente este logro de impresión era imposible de conseguir con máquinas comerciales por lo que los billetes así impresos eran irreproducibles con cierta perfección pero con la dificultad de que la observación de las deficiencias requiere un examen atento. Quizás en los billetes de 100 pesetas de Colón de 1940 es donde se aprecia con claridad la perfección del sistema.


Las medidas de seguridad en los billetes modernos

Con los billetes emitidos en el reinado de Juan Carlos I se adoptan nuevos sistemas de seguridad que se añaden a algunos de los tradicionales que hacen prácticamente infalsificables los billetes para una persona medianamente atenta, lo cual no es óbice para que aparezcan algunos en la circulación, apoyándose en que se introducen muy circulados y dando por descontado que no se observarán con cuidado.

Las medidas de seguridad introducidas en los billetes a partir de 1980 por la F.N.M.yT. suponen un gran salto cualitativo y equiparan su calidad a los emitidos en los países más avanzados. Estas son las medidas antifalsificación que poseen los billetes de la emisión de 1992:

- Papel de gran carteo y sin fluorescencia ante luz ultravioleta.
- Marca al agua muy contrastada.
- Fibrillas de colores rojas y verdes embebidas en el papel que se iluminan bajo luz ultravioleta e invisible a la luz natural.


- Filamento de seguridad de suficiente anchura para permitir que en el figure la leyenda microimpresa BE y valor del billete. Además esta banda se ilumina con luz UV.
- Impresiónes calcográficas con especial relieve en las marcas para ciegos situadas en la parte superior izquierda. Los diferentes colores de las tintas calcográficas consiguen una impresión en iris que dificulta en sumo grado las falsificaciones ya que la fotografía no consigue separar los distintos colores a efecto de proceder a la fabricación de las diferentes planchas, una para cada color.
- Impresiones litográficas con viraje de color ante la luz ultravioleta. Las líneas litográficas, con poca separación entre ellas y con diferentes colores, hacen que las reproducciones fotográficas no sean nítidas y presenten visos de colores.
- Uso de tintas sensibles a luz infrarroja que permite identificar los falsos con máquinas clasificadoras especiales.
- Motivo de coincidencia en anverso y reverso. Esta es una de las medidas más fáciles de identificación para un usuario poco iniciado. El billete lleva impreso en litografía una roseta idéntica en anverso y reverso que al mirar el billete al trasluz coinciden. Estas marcas son exactas en un billete auténtico puesto que las impresiones litográficas de anverso y reverso se hacen en una única pasada, mientras que los ejemplares falsos se hacen sucesivamente por lo que es casi imposible conseguir que coincidan.
- Imagen latente. En la parte inferior izquierda llevan una roseta calcográfica que según el ángulo con el que se observa aparecen las letras “BE”.
- Leyendas microimpresas “Banco de España”.
- Impresión codificada. Es una pequeña leyenda microimpresa, solo legible mediante una lente especial de distorsión.
- Numeración luminiscente de las tintas tipográficas a la luz UV.

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