Los bancos provinciales no tardaron en extenderse por toda España, comenzando por Málaga, que desde 1844 gestionaba su creación y vio cumplido sus deseos seis meses después de aprobar la ley. Hasta 21 bancos de emisión, incluyendo el Banco de España, llegaron a crearse.
El plan fue ampliamente rebasado, no por parte del Banco de España, que solamente abrió dos sucursales, una en Valencia y otra en Alicante ambas en 1858. Los bancos provinciales tuvieron distinta suerte, algunos con signos de prosperidad y otros con no tanta fortuna. Pero al final le tendremos que dar la razón a Ramón de Santillán, (político, ministro de hacienda y gobernador del Banco de España), partidario del banco único de emisión. Pero no hay duda que los bancos provinciales fueron un factor muy activo en la difusión del papel moneda español. Basta recordar la famosa Sociedad Valenciana de Fomento, fundada en 1846, que emitió billetes desde sus comienzos y que después de perder el pleito con el Banco de España, se transformó el 2 de agosto de 1856 en Sociedad de Crédito Valenciano y continuó realizando operaciones emisoras.
También hay que destacar la proliferación de Sociedades de Crédito en España, se establecieron al amparo de la ley, estando autorizadas para emitir obligaciones al portador. Las obligaciones de las Sociedades de Crédito no pueden equipararse a los billetes de Banco, sin embargo nos consta que en muchos casos circularon haciendo el oficio de papel moneda, motivando frecuentes quejas de los Bancos a los que hacían la competencia. Solo en Madrid existían once Sociedades de Crédito, las más importantes eran las del Crédito Mobiliario Español, Sociedad Española General de Crédito, Compañía General de Crédito en España y Sociedad Española Mercantil e Industrial, también hay que destacar otras Sociedades de Crédito de otras ciudades, como el Crédito Comercial de Cádiz, que llegó a emitir obligaciones al portador con interés en reales de vellón. Y en Valladolid, donde además del banco emisor, había tres Sociedades de Crédito, como el Crédito Castellano, Sevilla contaba con dos, Santander y Bilbao, donde, junto con el Banco de Bilbao, funcionaban, en 1864, la Bilbaína de Crédito, inaugurada en 1862, con un capital de 3,75 millones de pesetas, y el Crédito Vasco, con un capital de tres millones de pesetas. La Bilbaína de Crédito era una filial del Banco de Bilbao, dedicada a la administración de los intereses en el ferrocarril de Tudela Bilbao.
Hay que destacar, que gracias a los Bancos Provinciales se experimentó un indudable aumento de la circulación de billetes, a pesar de quienes temían una serie de quiebras y, en general, de perturbaciones en la economía del país, por la incapacidad de responder con metálico a la presentación de billetes en las ventanillas de los Bancos, lo cierto es que, salvo excepciones muy locales, los establecimientos emisores demostraron una capacidad y una solvencia elevada. Lo demuestra su supervivencia después de la profunda crisis bancaria de 1866, y lo avala la general aceptación por el público de los billetes emitidos por estas sociedades.
No fue una tarea fácil para el Banco de España, convertido en único emisor en 1874, conseguir la recogida de todos los billetes de los bancos provinciales, ni la lucha contra la emisión de “Cédulas”, “Obligaciones” o “Certificados de Depósito” que seguían circulando. En realidad, hasta 1888 no logra el Banco de España que sus billetes sean únicos en el país. Sin embargo, muchos años después continuaban circulando obligaciones al portador en función de papel moneda.
A continuación, y en varios capítulos, nos acercaremos a estos bancos ordenados alfabéticamente para conocer cómo y cuándo se fundaron, cuáles fueron sus emisiones y cómo se desarrollaron.
BANCO BALEAR
Se emitió una sola emisión el 21 de agosto de 1864, compuesta por billetes de 100, 200, 500, 1.000, 2.000 y 4.000 reales de vellón. Son de una gran rareza y de una confección muy trabajada. El motivo principal bajo el epígrafe del banco es un óvalo con dos alegorías de mujer sentadas apoyándose en un escudo de armas. Los dibujos y las tramas hacen muy difícil la falsificación. Se fusionó con el Banco de España en noviembre de 1874.
BANCO DE BARCELONA
Una institución de crédito, bien organizada y fuerte, se hacía indispensable en Barcelona de la revolución industrial. Desde el año 1842, don Manuel Girona había intentado la creación de un banco en su ciudad natal, Gerona, solicitando la creación de un banco el cual protegerá y desarrollará la Cataluña de la época.
Pero el bombardeo de la ciudad de Barcelona por parte de Baldomero Espartero y la falta de un Gobierno hasta el año 1843, fueron los principales motivos de que no se realizara el proyecto de Manuel Girona.
José Mª Serra y Rafael Plandolit consiguieron, finalmente, el 1 de mayo de 1844, por Real Decreto emitido por el Ministerio de Hacienda Juan José García Carrasco, conde de Santa Olalla, la creación del Banco de Barcelona.
Es el más antiguo de los bancos privados españoles, después del Banco de Isabel II. Se le reconoció la facultad de emitir billetes por un nominal comprendido entre 200 y 20.000 reales, aunque en realidad la moneda que los emitió fue en Pesos Fuertes. Fueron creadas cuatro emisiones en 1845, 1855, 1859 y 1868 todas ellas fechadas a mano.
La primera emisión solo se imprimió un billete de 250 pesos fuertes, las planchas están grabadas por D.L. Roca, según dibujos de D. Luis Rigalt. Llevan matriz de entalonamiento a la izquierda, y con el letrero ya conocido de “Pena de muerte al Falsificador”. La segunda emisión comprendía los valores de 5, 10, 25, 50, 100 y 200 pesos fuertes, se desconoce la fecha exacta, que se ponía manuscrita, estando las series señaladas por números. El grabador fue Juan Nicolás y el dibujante D. Luis Rigalt, que repitió en las orlas algunos motivos de la emisión anterior, el reverso es en blanco. Todas estas emisiones eran muy ornamentadas, siguiendo la misma línea, incorporan dos medallones en los laterales, con figuras humanas de pie. Esta tercera emisión, comprendiendo los mismos valores de la emisión anterior, es más simplificada, prescinde de la orla, el epígrafe del banco lo remata la corona del principado, y bajo esta se dispone una mujer sentada y las casillas para rellenar a mano las firmas.
Diversas falsificaciones de las series circulantes, alarmaron a la directiva del Banco, que acordó la renovación total de los billetes, encargándola a una empresa londinense la fabricación de esta serie. La cuarta emisión es de gran belleza, estos billetes tienen un grabado muy complicado, con fondos de letras y números microscópicos, destacan los dos grandes óvalos a la derecha y a la izquierda con dos mujeres coronadas y sentadas, portando unos escudos representando una a España y la otra a Cataluña. No se fusionó con el Banco de España, redactados los nuevos estatutos en 26 de noviembre de 1874, conservando igual nombre.
La ubicación del banco fue, inicialmente, instalada en los bajos del palacio del conde de Santa Coloma para, posteriormente, alquilar la casa de Francisco Mandri en la calle Merced y Muralla de Mar, hoy en día paseo de Colón, para finalmente, ubicarse en un edificio llamado “El Afino”, al final de la Rambla de Santa Mónica, centro del comercio de la época.
(Continuará)
