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Febrero2015, Edición 113    2 de abril de 2015

Los billetes de banca particular

Los billetes de banca particular

Por Ramón Cobo Huici

A finales de la primera mitad del siglo XIX el sistema financiero español se componía de tres únicas entidades, el Banco de San Fernando, que se transformaría en el Banco de España, el de Barcelona y el de Cádiz.
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Con solo estas entidades era impensable que pudiese existir la intermediación financiera que necesitaba el comercio, la industria o los particulares en la mayoría de las ciudades de España, por lo que, ya desde principios de siglo, aparecen individuos o sociedades para ejercer funciones bancarias.

Como el uso de dinero en metálico era muy complicado, en las transacciones de cierto volumen se empleaban documentos bancarios, a modo de billetes, conocidos con los nombres de “tengos” o “quédanes” emitidos por banqueros particulares y que el comercio acogía sin dificultad.

La historia de todos estos banqueros es muy similar. Comienzan con alguna actividad comercial de cierta consideración, generalmente ligada a la exportación, que les obliga al uso de documentos de pago o intercambio bancario, letras, giros, pagarés, etc., con el extranjero. Gracias a sus contactos comerciales internacionales, realizan este tipo de operaciones financieras también para terceros bajo comisiones, lo que supone de hecho una actividad bancaria, actividad que a corto plazo se convierte en una fuente importante de beneficios, por lo que el negocio comercial se reconvierte en entidad bancaria. Estas bancas son llevadas de forma personal y con capitales propios, pero al necesitarse, cada vez, una mayor capitalización, les obliga a transformarse en sociedad anónima bancaria.

Estas bancas particulares emiten, como ya hemos dicho, tengos o quédanes que se transforman, paulatinamente, en pagarés de valor fijo, pago a la vista y al portador, es decir, acaban emitiendo auténticos billetes bancarios, a pesar de no tener el derecho de emisión dado por el Estado, y de las constantes denuncias de las entidades a las que hacen la competencia, es decir, de aquellos bancos con privilegio de emisión, que si podían emitir “documentos pagaderos al contado o a plazo”.

Ejemplos de estas casas de banca serían, la Banca Pastor, en la Coruña; Hijos de Olimpo Pérez en Santiago de Compostela; Florencio Rodriguez en Gijón; Villaroya y Castellano en Zaragoza; la banca Hijos de Aramburu en Cádiz; o la de Hijos de Rodriguez Acosta en Granada.

Por existir multitud de bancas personales, más de 800 entidades, la mayoría de muy poca capitalización, es prácticamente imposible conocer cuáles fueron las que emitieron billetes, pero entendemos que fueron casos muy excepcionales, y más todavía el que se hayan conservado ejemplares de los mismos. Como ejemplo de algunos de estos billetes comentamos las emisiones de tres bancas.

Banca Villarroya y Castellano
Casa de comerciantes-banqueros de Zaragoza, fundada a finales de los años 30 del siglo XIX, probablemente en 1839, con el nombre de “Villarroya y Castellano” por el comerciante de Zaragoza Gaspar Villarroya Arpide y su yerno el tudelano Tomás Castellano Sanz. En 1855 fue refundada con el nombre de “Villarroya, Castellano y Cia”. Al ser constituida la sociedad por periodos determinados, generalmente por 10 años, fue liquidada y refundada en repetidas ocasiones con la misma denominación. En 1909 la parte bancaria de la sociedad Villarroya y Castellano fue absorbida por el recién fundado Banco Aragón.

Son poco conocidas sus actividades bancarias al no conservarse su documentación ya que, en la época, las bancas privadas no eran obligadas a llevar contabilidad financiera.


Conocemos tres billetes, “Specimen”, procedentes de la casa impresora, Bradbury & Wilkilson de valor 500 y 1.000 reales de vellón, este último valor se conoce con anverso y reverso en color verde o en azul. Ambos con matriz derecha, numerados los tres con “Nº 1001” y desmonetizados por dos taladros. Las dimensiones de la impresión del billete es 22 x 13 cm. Papel con marca al agua muy contrastada con las leyendas “VILLARROYA Y CASTELLANO ZARAGOZA”.

Billetes previstos para ser emitidos nominalmente pero reembolsados a presentación. Desconocemos la fecha de impresión pero creemos que lo fueron en la primera mitad de los 70, a pesar de que su valor está en reales, por similitud de impresión con los de la Banca Aramburu Hermanos de Cádiz.



Sabiendo que Bradbury, habitualmente, solía expresar en sus billetes specimen de control de archivo el número de ejemplares impresos creemos que el número 1001 de los billetes indícan la fabricación de 1.000 ejemplares, siendo el 1001 realizado para el archivo.

Desconocemos si estos billetes llegaron a circular, pues el Banco de España obtuvo el privilegio de único emisor en 1974 y denunció sistemáticamente cualquier intento de emitir billetes a otras entidades en las plazas importantes.

Banca Aramburu Hermanos
Desconocemos la fecha de constitución de la Sociedad como entidad bancaria. Sus inicios como empresa fueron como entidad comercial y gestora para cobro de impuestos transformándose, posteriormente, en banca comercial, sin derecho a emisión de billetes. A pesar de ello emitió documentos, con formato de billete bancario y con el objeto de que circulasen como tales, lo que provocó que el 15 de Enero de 1875 se denunciase ante el Ministerio de Hacienda por parte del Banco de España, que dicha banca “emitía valores fiduciarios que hasta en la forma era de billetes al portador, sin vencimiento determinado y de varias series”.

El gobernador les conminó a retirarlos, cosa que comenzaron a hacer el 13 de febrero. El día 24 de febrero hubo otra reclamación, pues habían sacado otra emisión similar de vales, pero en este caso nominales, extendidos a favor de Manuel Barrera, empleado de la casa, para lo cual le inscribieron en el registro de comerciantes, como tal, para que de esta forma fueran considerados como pagarés o vales y así justificar su legalidad. Por supuesto el Ministerio exigió su retirada inmediata, pues no admitía que fuesen “de mano en mano” y no tuviesen fecha de pago ni timbre, es decir, que se utilizasen como billetes bancarios.


Creemos que los billetes con la leyenda “Tenemos a disposición del portador” constituyen la emisión obligada a retirar por la denuncia del Banco de España.

Valores de 500 y 4.000 reales de vellón. Grabados en calcografía y litografía, por Bradbury, Wilkinson & c, London. El papel lleva marca al agua con la leyenda “ARAMBURU HERMANOS CADIZ”. Las dimensiones de la impresión del anverso, sin la orla de corte de la matriz, es de 195 x 122 mm.

Existen muestras con el sello impreso “specimen” y sello en seco del grabador Bradbury, indicando la condición de specimen; su coloración es diferente a la adoptada.


La segunda emisión, prevista para ser emitida como “Vale a la orden”, también consta de los dos valores de 500 y 4.000 reales de vellón.

Grabados por Revista Médica, Bomba nº 1. Papel con marca al agua en la matriz, “FONTANET”. Utiliza los reversos calcográficos de Bradbury. Las dimensiones de la impresión del anverso, sin incluir las orlas de corte de la matriz, es de 170 x 116 mm.

Se encuentran en el mercado ambas series sin cumplimentar, los de la primera serie con matriz y número y los de la segunda sin número y con matriz o sin ella.

Los ejemplares con matriz se hallan con tres o cuatro perforaciones en la misma, producto de la encuadernación, ya que el impresor daba los ejemplares a la entidad debidamente cosidos y encuadernados para el archivo de las matrices de los billetes expedidos. Esta práctica era seguida en la confección y guarda de muchos de los billetes de la época.

Bancas de la Razón Rodríguez Acosta
Esta banca operaba en Granada, siendo la única banca de la ciudad hasta la instalación de la sucursal del Banco de España.

Previamente a la fundación como casa de banca, el establecimiento funcionó como empresario individual en un negocio de cordelería, en donde se admitían depósitos de particulares y pagaban intereses por ellos.


La fundación del establecimiento puede datarse hacia 1831, como establecimiento de banquero privado, a nombre de “Viuda de Rodríguez”. En 1852 toma el nombre de “José María Rodriguez Acosta” y, sucesivamente, “José María Rodríguez Acosta en liquidación”, 1871, “Hijos de Rodríguez Acosta”, (1873 – 1887), e “Hijos de Rodríguez Acosta en liquidación” (1887-1904). A partir de 1905, retoma, de nuevo, el nombre de “Hijos de Rodriguez Acosta” y en 1912 pasa a denominarse “Hijos de Manuel Rodriguez Acosta”, hasta que en 1946 es absorbida por el Banco Central.


A pesar de no ser banco de emisión, al no existir otra entidad competidora en la ciudad, efectuó distintas emisiones de pagarés durante los años sesenta y principios de los setenta del siglo XIX, que circularon ampliamente. Emitidas sin mención de titular ni necesidad de endoso, prueba su funcionamiento como billete de banco. Se conservan ejemplares en el archivo de su actual fundación.

Conocemos billetes a nombre de dos bancas:

Banca José María Rodríguez Acosta (1852-1870)
Emisión 18…. Valores de 1.000, 2.000 y 4.000 reales de vellón. Series A, B y C

Conocemos dos juegos de los tres billetes, en muy mal estado. Los tres están firmados por J. Mª Rdguez Acosta pero sin cubrir los restantes datos, anulados con taladros y firma tachada.

Banca Hijos de Rodríguez Acosta (1873-1887)
Emisión 18…. Valores de 1.000, 2.000 y 4.000 reales de vellón. Series A, B y C

Conocemos dos de los valores, el valor de 2.000 reales de vellón con matriz, numerado (Nº 0501), sin firmas y taladrado para su anulación y el de 4.000 reales, con aspecto muy deteriorado (Nº 0005) firmado pero sin fecha. Aunque no lo conocemos damos por supuesta la existencia del valor de 1.000 reales de vellón con la serie A.

Ambas emisiones presentan el aspecto de billete bancario pero formalmente son pagarés nominativos. Dadas las características del papel del billete, así como la impresión y diseño del reverso, muy similares a los de la Banca Aramburu Hermanos, la impresión debió realizarse por Bradbury, Wilkinson & Co. aunque no figura su nombre en impresión. El papel, de algodón, con marca al agua.

Las dimensiones de la impresión del anverso, incluyendo el corte de matriz, son de 211 x 114 mm.
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