A pesar de las instrucciones del Ministerio de Hacienda, el gobierno de Euskadi mandó fabricar una nueva serie de billetes o talones para recoger los ya emitidos y aumentar el volumen de circulante. Igual que se había hecho con la emisión anterior, los nuevos talones eran librados por bancos en activo en Bilbao contra su cuenta corriente en el Banco de España de esa ciudad.

De todos los valores de billetes fabricados no llegaron a ponerse en circulación los de 500 y 1.000 pesetas, los cuales tampoco se numeraron, conservándose en pliegos enteros. Los pliegos de 500 pesetas llevan impresos los 6 billetes de los bancos libradores y los de 1.000 pesetas, también con 6 ejemplares, con los 5 bancos libradores, repetido el Banco del Comercio. Se conocen pliegos del 1.000 pesetas con la viñeta del reverso en posición invertida y otros sin las tintas de fondo del anverso. El valor de 500 pesetas es relativamente escaso, mientras que el de 1.000 pesetas es muy abundante.

Tampoco fueron emitidos los billetes de 5 pesetas, serie A, con las antefirmas del banco Hispano y del Central ni el 10 pesetas del banco del Comercio, este último escasísimo ya que se encuentra, únicamente, en los últimos pliegos que se imprimieron con este valor.

Recientemente se han encontrado gran número de billetes del 10 pesetas, antefirma del Banco Central, numerados. Creemos que los billetes de este valor y antefirma no llegaron a circular. Anteriormente solo se hallaban, naturalmente sin numerar, en los mismos pliegos que el del banco de Comercio. Los billetes de 10 pesetas con matriz de control y estas dos antefirmas son los billetes más raros de las emisiones de Bilbao.
50 y 100 pesetas Emisión Banco de España en Gijón, 1 de enero 1937:
A finales del mes de Diciembre de 1936 el Consejo de Asturias y León suprime la Caja Central de Depósitos y para recoger los talones emitidos por ella, los billetes emitidos en Gijón, ordena confeccionar nuevos talones-billete, con fecha 1 de enero. El 14 de enero el ministerio de Hacienda prohíbe la emisión de este tipo de talones en toda España, por lo cual la emisión asturiana quedó paralizada.
De esta emisión fallida se conoce la prueba de un anverso para el valor de 50 pesetas, creemos que es un ejemplar único el conservado, y un billete de 100 pesetas


Como pruebas de este billete de 100 pesetas conocemos dos ejemplares con anverso completo, con solo la impresión de los fondos del reverso y pruebas de numeración en el anverso. Uno de estos ejemplares lleva en el reverso la leyenda “Provisional y valedero por 30 meses canjeable 000007” por lo que quizás fuese la primera versión, apresurada, del billete definitivo.


El billete que se puede considerar como previsto para emitirse, se anunció su puesta en circulación en la prensa el 6 de febrero y el desestimiento tres días después, tiene su anverso como el de las pruebas mencionadas, pero un reverso convencional con una viñeta con la imagen de unos mineros empujando una vagoneta. De este billete se conocen poquísimos ejemplares, alguno de ellos con la matriz de control.
25 y 50 pesetas Emisión Banco de España en Gijón, septiembre 1937:
El Consejo de Asturias siguió con graves problemas de falta de billetaje, al recibir envíos muy escasos del Gobierno Central, por lo cual decidieron emitir billetes con fecha septiembre de 1937, contra las cuentas del Banco de España, a pesar de la prohibición estatal. La emisión prevista, se componía de tres billetes, de 25, 50 y 100 pesetas, poniéndose en circulación, y solo durante 14 días el valor de 100 pesetas
Del posible billete de 25 pesetas solo se conservan pruebas del reverso, encontradas en pliegos enteros, pliegos que creemos no se corresponden con los que iban a ser impresiones definitivas ya que estos reversos no están impresos con matriz de control, mientras que todos los billetes-talón emitidos en Asturias sí que la tienen. Al encontrarse en pliegos completos, se pueden encontrar varios ejemplares unidos y en parejas tête – bêche. El número de ejemplares conservados es del orden de los 250.

El modelo de billete de 50 pesetas se finalizó totalmente pero no llegó a ponerse en circulación al tomar las tropas nacionales la ciudad. Los ejemplares ya impresos, se cree que se quemaron en los hornos de la industria metalúrgica “Fábrica de Moreda”, en Gijón, incluyendo las pruebas y las planchas de impresión. Posteriormente, la imprenta sufrió otro incendio con lo que se perdieron los bocetos, diseños y toda la documentación.

Estos billetes de 50 pesetas se pueden hallar con y sin la matriz cortada, existiendo un número aproximadamente igual de ejemplares en las dos condiciones, unos 96 ejemplares en total. También se pueden encontrar escasísimos ejemplares en pareja vertical, sin separar.
25 pesetas Emisión Banco de España en Santander, 1 de noviembre 1936:

El Banco de España posee una prueba, creemos que única, de un billete no emitido, con esa fecha, con un anverso con la efigie de Manuel Azaña, fabricado por la imprenta “Viuda de Francisco Pons”, realizado por el grabador Demetrio Díaz.
50 pesetas Emisión Banco de España en San Sebastián, 1 de septiembre 1936:
Conocemos la existencia de dos billetes, de 50 pesetas, que el catálogo Edifil cataloga, emitidos, con fecha 1 de septiembre de 1936, por el Comisariado de Finanzas de la Junta de Defensa del Frente Popular de Guipúzcoa.
El billete es un talón contra el Banco de España en San Sebastián, de 140 x 88 mm., y presenta corte de la matriz en su lado derecho. Numerado, el reseñado por Edifil, con el número 002356, y con la firma impresa del presidente de La Junta de Defensa, el Vº Bº del Gobernador Civil y su firma, y la antefirma “el vocal”, lo que nos lleva a pensar que no fue puesto en circulación, y que estaba prevista su validación con una firma, manuscrita, de un vocal de la Junta.
En su reverso lleva impreso un 50 de gran tamaño, fondos rayados, y dos leyendas, sobre fondo blanco, con el texto “Queda garantizado su pago en momento oportuno mediante la consignación de su importe en cuenta corriente en el Banco de España, sucursal de San Sebastián” y “La falsificación de este documento será castigada no solo con las penas señaladas en el capítulo 24, articulo 2º, apartado 4º del Código Penal sino también con las que sumariamente correspondan a cualquier acto faccioso”.
Emisiones de la Generalitat de Catalunya fechadas con anterioridad a 1939:
La realización de los valores de 2,50, 5 y 10 pesetas tuvieron la lógica de cubrir las necesidades de circulante de mediano valor, ya que las de moneda fraccionaria eran cubiertas por las entidades locales y las de más alto valor por las emitidas por el Gobierno Central. Conociendo que la emisión de billetes también tenía un fuerte componente de afirmación nacionalista, nos extraña que no se hubiese pensado la confección de billetes de 25, 50 y 100 pesetas que, por su más frecuente uso, hubiese cubierto mejor las necesidades de imagen de política independentista y de propaganda de la Generalitat.

Conocemos una serie de pruebas sin fechar pero que, por sus características, entendemos que son previas a los billetes adoptados. Están realizadas en color verde sobre el papel empleado en la emisión circulada, con y sin marca al agua, estando taladrados los que tienen marca. Aparentemente todas son pruebas parciales para un billete de 5 pessetes cuyo motivo principal es una imagen de Francesc Macià.
Se conocen pruebas realizadas para un billete de 500 pessetes con fecha desembre 1936 que no llegó a imprimirse y, por consiguiente a circular.
Estas pruebas están efectuadas en papel sin garantías de seguridad y estampadas en negro con fondos reticulados de diferentes colores. Los anversos y reversos están efectuados en pruebas unifaz. Las pruebas de anverso que conocemos están impresas con el motivo de forma completa o parcial, mientras que las de reverso solo las conocemos a tamaño superior al que debería haberse adoptado y también en diversos colores.
Emisiones de la Generalitat de Catalunya fechadas con posterioridad a 1939:
A pesar de que la Guerra Civil finalizó en 1939, lo que condujo al gobierno de la Generalitat al exilio, se conocen billetes de 2,50 y 5 pesetas fechados el 15 de septiembre de 1940, como fecha de autorización de la emisión y apoyándose en el “Decret de 5 de Setembre del 1936”, en el caso del billete de 2,50 pesetas y del “Decret de 11 de setembre del 1936” en el caso del billete de 5 pesetas

Nos inclinamos a pensar que estos billetes fueron pruebas realizadas para una segunda emisión, antes de finalizar el conflicto y que en las leyendas se pusieron unas fechas aleatorias, simplemente como muestra de las que deberían ser las definitivas.

Se conocen dos tipos de pruebas para billetes de 50 pesetas cuyas leyendas, puestas con una segunda plancha, indican como fecha de aprobación de la emisión la del 12 de junio de 1950. Unas con la leyenda en anverso de “Generalitat de Catalunya” y sin orla en el reverso y otras sin mención del emisor y con orla encuadradora en reverso

Con fecha 10 de agosto de 1950 se conocen pruebas de anverso y reverso para un billete de 1.000 pessetes.
Las pruebas para los valores de 50 y 1.000 pesetas se encuentran impresas en varios colores y creemos que fueron fechadas por el impresor simplemente como posibilidad del modelo definitivo sin que tengan ningún soporte oficial, mas tratándose de fechas tan alejadas del final de la guerra.