Describir la belleza del arte griego plasmado en monedas es una ardua tarea que necesitaría páginas y páginas de imágenes y como esto no es posible he elegido tres piezas del siglo IV a.C. que representan la lucha en la naturaleza, la fuerza de los semidioses, y las luchas de los hombres-dioses en la mitología.
Así que intentaré mostrar la simbiosis que este arte monetiforme logra entre la fuerza y la belleza.
Volviendo a la pieza que encabeza este artículo, se trata de una estátera de electrum, acuñada hacia el 350 a.C. en Cícico (en griego

Veamos anverso y reverso a su tamaño real:

Se mire como se mire se trata de una moneda excepcional. En esos pocos milímetros el artista ha confeccionado un cuño, sobre hierro y en incuso, trabajando con primitivos buriles y, supongo, que con deficientes o nulas ayudas de lentes de aumento.
Se conocen cuatro ejemplares y parece ser que éste es el único que está en manos privadas. Está acuñada en perfecto estilo clásico. El símbolo del león y del toro es un tema muy antiguo en la numismática griega, aparece ya en monedas de Creso, 560-546 a.C., el célebre y riquísimo rey de Lidia. El primer prototipo de esta moneda es un tetradracma de Acanto. El grabador de esta pieza ha superado al modelo en finura y en expresividad. El alto relieve y la complejidad del motivo explican la rareza de esta pieza.

La segunda pieza acuñada en Panticapea. Tracia (Norte de Grecia). Se trata de una estátera de oro. Hacia 340-325 a.C., con un diámetro de 22,5 mm. y un peso de 9,11 gr. nos muestra, en anverso, la cabeza salvaje y satírica de Pan mirando a izquierda con corona de hiedra. La serena y semisalvaje mirada de un semidiós, de un fauno de los bosques; es Pan (en griego,

En reverso vemos a un grifo caminando a izquierda, con la cabeza mirando al frente, que lleva una lanza en la boca; y bajo sus patas una espiga. La palabra

Veamos a su tamaño real este hermoso ejemplar:

Por último, tenemos un Doble decadracma o 100 litrae u octóbolo, acuñado hacia el 400 a.C. en Siracusa, Sicilia, con un diámetro de 15 mm., un peso de 5,76 gr. Nos muestra en anverso la cabeza de Aretusa mirando a la izquierda, con collar y pendientes, los cabellos recogidos con una redecilla decorada de estrellas; detrás de la nuca, un grano de trigo y rodeando su figura

Qué belleza, qué serenidad en el rostro, qué relieve en sus pómulos; otra vez contrastamos la belleza con la acción...
Veamos el reverso: Heracles (Hércules), desnudo, asfixiando al león de Nemea. Se trata de la representación del primero de los doce trabajos de Heracles que debía matar al león y despojarle de su piel. El león había estado aterrorizando los alrededores de Nemea y tenía una piel tan gruesa que resultaba impenetrable a las armas. Heracles se enfrentó a él por primera vez usando su arco y sus flechas, un garrote (garrote que podemos ver al pie de la escena) hecho de un olivo (que él mismo había arrancado de la tierra) y una espada de bronce; todas las armas resultaron inútiles. La morada del animal tenía dos entradas: Hércules lo azuzó hasta que el animal penetró en ella, taponó una de las entradas y acorralándolo por la otra lo atrapó y lo estranguló.
Heracles empleó horas intentando desollar al león sin éxito. Por fin Atenea, disfrazada de vieja bruja, ayudó a Heracles indicándole que las mejores herramientas para cortar la piel eran las propias garras del león. De esta forma, con una pequeña intervención divina, consiguió la piel del león que desde entonces vistió a modo de armadura.
Veamos la moneda a su tamaño real:

Nota: Datos de adquisición. Las dos primeras monedas fueron subastadas en noviembre de 2010. La Estátera de Cícico se adjudicó en 621.000 euros. La Estátera de Panticapea fue adjudicada en 124.200 euros. La última moneda, el doble decadracma siracusano, se subastó en enero de 2011 en 35.500 euros.
Rafael Tauler Fesser
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