Contexto histórico-numismático emeritense
El lugar elegido para la implantación urbana de la colonia Augusta Emerita, presenta un gran hiato entre su última ocupación, en la segunda mitad del siglo VIII a.C., y la creación de la nueva ciudad. Está se inscribe en un contexto de Pax, tras la sumisión del reducto cántabro y astur en las campañas llevadas por Augusto y sus lugartenientes. Oficialmente, la conquista del Noroeste termina el 25 a.C. y es en dicha fecha cuando el emperador toma la decisión de otorgar una deductio para los veteranos de las guerras cántabras.
Como recompensa a la victoria, un primer contingente formado por veteranos de las legiones V Alaudae y X Gemina se instalan en Mérida al mando del legado de Augusto Publio Carisio. La elección de este emplazamiento, al borde del Guadiana medio, viene condicionada por la existencia de un lugar de cruce situado entre el río Anas y el eje norte-sur que une la Hispaniameridional con el noroeste, cuya conquista estaba a punto de terminar. Venía a llenar un vacío entre las colonias más antiguas de Norba al norte, Metellinum al este y Pax Iulia al suroeste. Durante la primera etapa se procedió a la localización y a la mensuratio de los terrenos de instalación propiamente dichos. En aquel momento, sólo había dos provincias en Hispania, la Citerior y la Ulterior, cuya frontera pasaba aproximadamente al este del territorio de Metellinum.
Mapa de Hispania con ubicación de la Colonia Emerita Augusta.
La reforma territorial augustea, que dibujará una nueva Hispania, toma forma en el año 16 a.C. en el segundo viaje de Augusto a Hispania, una vez finalizados los últimos intentos militares cántabros sofocados por M. Agripa dos años antes. Esta reforma implicará la formación de dos provincias la Lusitania y la Baetica que vienen a unirse a la Tarraconense para conformar la Tabula Hispana. Esta repartición territorial fue una ocasión para que la ciudad de Emerita ocupara un lugar particular que quizás ya estaba pensado, accediendo al estatuto de capital provincial entre el año 16 y el 13 a.C. Es seguramente cuando se promueva el rango de colonia y tome el nombre de Colonia Augusta Emerita.
Otra de las reformas que afectará directamente a la Mérida romana, será la reforma monetaria llevada a cabo por Augusto dentro de la Lex Iulia, en ella se específica un cambio de patrón metrológico a10,92 gr. en los ases, es decir, de 1/30 de la libra romana. Esta reforma también se realizó en las mismas fechas en Asia Menor (27-23 a.C.), si bien no se incorporará a Roma hasta más adelante, siendo, por tanto, Emérita la primera colonia occidental en implantarla en sus emisiones.
Este contexto histórico abre el camino para las emisiones imperiales de la ciudad, junto a las series locales de época augustea analizadas con más profundidad por la bibliografía numismática emeritense Frente a las emisiones comentadas las de época Tiberiana son plenamente series adaptadas al nuevo patrón y que testimonian la capitalidad provincial en sus leyendas, así como el culto a Augusto y la exaltación de la familia imperial en sus seis series que hemos podido establecer.
La iconografía elegida por la colonia
Las representaciones de la consorte de Augusto y madre de Tiberio en los dupondios de Emerita Augusta se dividen en dos tipos: de cabeza en anverso y su representación sedente en reverso. Todas ellas realizadas en época tiberiana, hemos querido englobarlos en el mismo apartado aunque su estudio lo realizaremos de manera diferenciada.
Cabeza de Livia
Contamos con E. Bartman que realizó un trabajo en torno a los retratos de la mujer de Augusto, en cuanto a la escultura se refiere, sin entrar en la imagen monetal de Livia. Esto nos va a servir de base para poder hacer una comparación en cuanto a los parecidos formales de diversas técnicas y así poder calibrar los conocimientos que los abridores de cuños tuvieron en torno a la imagen escultórica de los miembros de la familia Julio-Claudia.
Busto de Livia hallado en Azaila (MAN).
De lo que no nos cabe ninguna duda es que una de las mujeres más famosas y bellas del Saeculum Aureum fue Livia, mujer de Augusto y madre de Tiberio. Las representaciones escultóricas y glípticas la retratan, en tiempos de Tiberio, como una mujer de facciones regulares y con unas características comunes en todos los géneros: es destacable su peinado en nodus -tupé alto sobre la frente, aladares de ondas laterales, banda de pelo liso sobre el cráneo y moño grueso bajo-; como rasgos fisionómicos más significativos destacan los ojos grandes, los pómulos anchos, boca pequeña y mentón corto. Su imagen escultórica más lograda la tenemos en la Gliptoteca Ny Carlsberg, procedente del Fayum, pero en Hispania también encontramos otros ejemplos con características provinciales en Cádiz y Córdoba. Por lo que respecta a las representaciones en glíptica los parecidos formales, tanto como en la escultura como en moneda, son grandes lo que nos hace pensar en un tipo que triunfó en su momento y se reprodujo en todas las técnicas artísticas (incluso en las que no se han conservado, como la pintura) y que en algunos casos recuerda a la imagen helenística de Cleopatra VII de Egipto; el mejor ejemplo lo tenemos en un camafeo conservado en la Biblioteca Nacional de París.
Cabeza de Livia E. Florez.
En los cuños numismáticos de Roma, se representa a Livia tanto en moneda como en medallones e incluso sirve su cara de modelo para diosas y personificaciones. Del mismo modo en Hispania aparece la diosa sedente aparecida en Iponuba (Baena, Córdoba) con la imagen de Livia. Las imágenes de Salus, Pietas y de la Iustitia (RIC, I2, 47, 43, 46) tienen unos rasgos idénticos a los de la mujer de Augusto, imágenes que fueron analizadas por W. Gross, L. Winkler y M. Grant. El primero acepta que sean retratos de Livia y que el referido a la salud se refiere a la enfermedad padecida y sanada en el año 20 d. C.; el segundo, acepta la identificación del retrato con Livia pero no la relación con su enfermedad y el tercero, adscribe la moneda referida a Salus Augusta como Livia sacerdotisa de Augusto. M. P. García-Bellido retoma este punto y aporta su criterio indicándonos una diferencia de contenido entre las monedas de la ceca de Roma, en cuanto a la que representa a Salus Augusta que, no lleva diadema y es retrato de Livia, al contrario que las otras dos.
Para el conjunto de las cecas occidentales la difusión de este tipo es reducida. Encontramos un ejemplo en una ceca incierta gala (RPC, 538) de época tiberiana. En las cecas de las provincias hispanas se representa la cabeza de Livia en Romula y Emerita. En la primera responde a un esquema idealizado con el apelativo: genetrix orbis. En Mérida nos la encontramos en anversos de los duplos de la emisión décima (RPC, 38 y 39) y en los reversos de los ases de la emisión undécima (RPC, 40). Responde su imagen a lo ya antes comentado sobre sus bellas facciones y a su peinado de nodus que debió ser uno de sus rasgos más distintivos. En cuanto a los dupondios hemos encontrado dos variantes del tipo Livia: el primero cabeza a derecha y el segundo busto a derecha. En los ases todas las cabezas se corresponden con un estilo cuidado y siguiendo las directrices del modelo del retrato.
Livia sedente
Otra manera de representar a Livia es en la posición entronizada. Tenemos varios ejemplos escultóricos como son el encontrado en Rusellae (Grosseto, Italia) realizado en época de su nieto Claudio I o ya en Hispania el hallado en Iponuba (Baena, Córdoba); según P. León, el ejemplar cordobés responde a una representación de una deidad con los rasgos de Livia.
As de Emérita con Tiberio y Livia, E. Florez.
Este tipo numismático no va a aparecer en Roma hasta unos cuarenta años después, ya sobre emisiones de época de Claudio I (RIC, I2, 94). Para las cecas del occidente europeo la difusión de este tipo se concentra en Hispania y África. Para encontrar paralelos hemos de mirar en el norte occidental de África en las cecas de época tiberiana de Lepcis Magna (RPC, 849/1 y 8), Hippo Regius (RPC, 711), Lepti Minus (RPC, 795) y Utica (RPC, 732); como vemos un destacado número de emisiones que por supuesto nos reitera la idea de conexión entre las cecas hispánicas y las del norte de África. En Hispania, la representación numismática sedente de la mujer de Augusto encontramos en Emerita en primer lugar. Que esta es una muestra temprana en incorporar la imagen de Livia desde época de su hijo Tiberio es una prueba más del auge hispano de culto imperial que R. Étienne analizó en cuanto a las representaciones de Livia y de adhesión a la familia imperial, como ha visto P. León en su estudio sobre la escultura de Iponuba, antes mencionada.
En las cecas tiberianas hispanas se produce este hecho de reservar los reversos a la figura sedente de Livia en las cecas de Italica, con pátera (RPC, 66/1-2, 67), Caesaraugusta con pátera (RPC, 341) y Emerita con espigas (RPC, 39). Para la primera, la representación de Livia, en reversos de dupondios, está formalmente muy próxima a la emeritense en cuanto a la decoración del sillón y al cetro largo, que en este caso cruza el tipo descansando en el hombro de la figura, y al elemento que porta en su mano derecha que se ha creído ver como un manojo de espigas, al mismo modo que tiene Emerita y que F. Chaves afirma en su estudio sobre la ceca de Itálica con interrogante. L. Villaronga en su estudio “Numismática Antigua de Hispania” describe este tipo con pátera; a tenor de las dos propuestas y examinando los ejemplares publicados, las dos líneas gruesas que salen de la mano de Livia nos recuerdan más al instrumento sacro señalado (pátera) que a las espigas que porta la imagen de Emerita.
En Caesaraugusta Livia se encuentra sobre reversos de as. Allí hallamos una representación sedente más estilizada, sin respaldo en el sillón, con cetro largo y recto con respecto a la línea de exergo, donde descansa el tipo, y en la mano izquierda presenta la misma pátera que en Itálica. Ambas representaciones de Livia -en Italica y Caesaraugusta- nos hacen pensar que tienen un significado cultual, de la misma manera que Augusto divinizado también aparece en Caesaraugusta (RPC, 344) en la misma pose y con los mismos atributos (cetro largo y pátera).
Livia Sedente E. Florez.
Con esta representación emeritense vamos a comentar las leyendas que acompañan las imágenes de las tres cecas que emplean este tipo, a saber: ivlia avgvsta mvn italic, para Italica; ivlia avgvsta c c a, para Caesaraugusta e ivlia avgvsta c a e, para Emerita. Perfectamente percibimos que las tres leyendas responden a un mismo esquema: nombre y título de Livia y las abreviaturas de las ciudades que las acuñan, en los casos de Mérida y Zaragoza, colonias, y en el de Itálica, municipio, por lo que podemos llegar a pensar que en los tres casos responden a una misma finalidad, el homenaje de las tres ciudades a Livia. Pero creemos que el caso de Mérida que nos ocupa responde a una realidad diferente, ya que los reversos italicense y caesaraugustano están supeditados a la imagen y títulos de Tiberio en el anverso y en Emerita no ocurre así.
Livia sedente (MAN).
Creemos que el trasfondo que nos aparece en Emerita Augusta es diferente, ya que aquí no existe subordinación con el anverso, en el que aparece el busto de Livia y la leyenda perm avgvsti salvs avgvsta y nos inclinamos a pensar de manera diferente a los casos anteriores, como una posible adaptación de cultos anteriores enraizados en la mentalidad colectiva de los habitantes del territorio emeritense. Este aspecto lo ha tratado recientemente M. P. García-Bellido, donde expone cómo Livia es evocada como Salus o Ceres Augusta, homologándola con la anterior divinidad territorial. Además, la propuesta iconográfica es diferente a los casos anteriores, ya que lo que porta en su mano es un manojo de espigas de trigo, lo que la vincula a la fecundidad y por ello a la diosa Ceres con carácter de una Magna Mater, aunque es llamada Salus por su vinculación con el agua. En Roma encontramos paralelos monetales en época de Claudio personificada como el tipo que comentamos (RIC, I2, 110), imágenes cincuenta años posteriores a las emeritenses que tienen sus paralelos en el norte de África.