Comprendo que, en su editorial del pasado 4 de noviembre, el director de Numism�tico Digital critique el hecho que la Sra. Marta Campo demostrara, en su parlamento del pasado 29 de octubre, en el marco del XV Congreso Nacional de Numism�tica, desconocer muchas de las revistas numism�ticas que se publican en Espa�a. Tal vez incluso yo comparta esa cr�tica, que tambi�n har�a extensiva, seg�n mi experiencia, a buena parte de los historiadores y catedr�ticos de universidad que desconocen, no solamente qu� revistas numism�ticas se publican en Espa�a, sino gran parte de los art�culos y libros que se editan, y que, cuando hablan sobre moneda, a menudo se remiten a obras antiguas y cl�sicas sobradamente superadas y corregidas.
Sin embargo, no puedo evitar que me chirr�en las neuronas cuando el director de la revista excede el �mbito de la numism�tica y aborda, adem�s con muy poco tacto, un tema mucho m�s sensible. No entiendo que �salte una alerta� porque la sra. Campo afirme que en las exposiciones del Gabinet Numism�tic de Catalunya (GNC) la rotulaci�n est� �nicamente en catal�n, ni que termine su valoraci�n con la apostilla �y se qued� tan pancha�. Parece que el Sr. director opina que rotular (y, por extensi�n, escribir, al menos as� lo siento yo) �nicamente en catal�n sea poco menos que un crimen, un atentado a la convivencia y una desconsideraci�n hacia todos aquellos que no lo tienen como idioma propio.
En realidad, los comentarios del sr. director no hacen m�s que confirmarme la postura tan extendida en territorio espa�ol (y tambi�n tan negada por aquellos que la practican) de infravalorar (cuando no despreciar) los textos escritos en una de las lenguas habladas en Espa�a diferentes al castellano (por cierto, al sr. director le conviene leerse la definici�n de �castellano� contenida en el DRAE, accesible desde rae.es; comprobar� que lo de llamar �castellano� al �castellano� no es una �man�a�, como afirma en su editorial). Algunos no parecen entender que los textos en catal�n no se escriben para fastidiar a nadie, sino por otros motivos m�s amables. En el caso del GNC, imagino que se debe al hecho de que el catal�n es el idioma propio de su circunscripci�n pol�tica e hist�rica y porque una de sus funciones es su promoci�n, quiz� entre otros motivos.
En mi caso concreto, escribo sobre numism�tica en catal�n porque es mi lengua materna, porque considero que us�ndola contribuyo a su conservaci�n y porque, simplemente, me da la gana, pero no por ello rechazo el castellano, idioma que respeto y que domino, y en el cual tambi�n he escrito y he le�do muchos textos. Los comentarios del sr. director me recuerdan a otros que he visto en algunos foros numism�ticos, donde algunos foreros de �reas castellanohablantes rechazaban, no ya adquirir, sino siquiera esforzarse en leer obras interesantes por el mero hecho de estar escritas en catal�n (seguro que algunos de esos usuarios han le�do m�s de una obra en ingl�s o en otros idiomas latinos� o quiz� no). Esa decisi�n, a mi modo de ver nada constructiva, refleja una indudable carga de prejuicios y conlleva la asunci�n de un grado importante de ignorancia por rechazar una fuente de conocimiento, a veces relevante, que perjudica sobretodo a quien la adopta.
A m� lo que me preocupa es que esa actitud est� tan extendida y tan asumida en el pa�s del que tengo la nacionalidad y que, encima, aquellos que tienen un altavoz para hacerse o�r, hurguen en esa anomal�a en lugar de intentar paliarla; y me preocupa que, en lugar de asumir como propia una lengua que se habla dentro de los l�mites fronterizos de su pa�s, critiquen su uso como si les fuera totalmente ajena. Luego se sorprenden de ciertas reacciones y consecuencias, tambi�n de las que se dan fuera del �mbito de la numism�tica.
Jaume Boada Salom (Palma, islas Baleares). Investigador numism�tico.