
La administración ordinaria de la Iglesia queda en manos del Camarlengo, que desde finales del período medieval siempre ha sido un cardenal, siendo una de sus misiones mantener la acuñación de moneda, que hace utilizando su heráldica personal sobre una cruz de Malta, así como la propia de su oficio, un “padiglione” sobre las llaves cruzadas de San Pedro y con el capelo cardenalicio, con 6 borlas a cada lado.
Un claro ejemplo podemos verlo en esta piastra acuñada por el cardenal Camarlengo Paluzo Paluzzi Altieri degli Albertoni, durante la sede vacante que se produjo entre el 12 de agosto y el 6 de octubre de 1689, tras el fallecimiento del Papa Inocencio XI y la elección del Papa Alejandro VIII. En el anverso de esa moneda de sede vacante el Espíritu Santo aparece dominando el anverso, indicando su papel crucial en la elección papal.
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