Ya hemos hablado de Fernández de Córdoba en el billete de 100 pesetas y de Zorrilla en el billete de 1.000. Hoy le toca el turno al billete de 50 protagonizado por el pintor madrileño Eduardo Rosales en el anverso y en el reverso vemos el grabado que realizó José María Galván Candela en 1874 del cuadro “La muerte de Lucrecia” de Rosales. En esta ocasión, la marca al agua es una cabeza femenina. El Banco de España encargó la litografía y calcografía a la firma británica Bradbury, Wilkinson and Company, siendo emitido el 25 de abril de 1931. Se fabricaron 10 millones de billetes con un tamaño de 131 x 85 mm. Empezaron a usarse el 15 de febrero de 1937 sólo en el bando republicano, por lo que cuando finalizó la guerra fueron retirados de la circulación.
Pareja correlativa de anversos del billete de 50 pesetas de 1931.
Pareja correlativa de reversos del billete de 50 pesetas de 1931.
José María Galván Candela fue un pintor y grabador madrileño que comenzó sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Destacó por su labor en el grabado más que en la pintura, de temática religiosa, que fue la que practicó. El Museo del Prado posee más de setenta grabados suyos, en su mayoría basados en las obras de Francisco de Goya. Fue ganador de varias medallas en Exposiciones Nacionales de Bellas Artes. Trabajó como grabador en la Escuela de la Dirección de Hidrografía de la Armada, de la que había sido alumno y donde obtuvo el título de grabador de número y el cargo de profesor de dibujo y grabado topográfico; también colaboró en periódicos y semanarios, como “El Arte en España” y realizó láminas para la obra “Vida de Cervantes” de Jerónimo Morán. Sustituyó a Domingo Martínez, como profesor de grabado en la Escuela Especial de Pintura de Madrid, donde llegó a ser catedrático. Fue condecorado con la Cruz del Mérito Naval de primera clase y la de Carlos III. Fue fundador de la Sociedad de Aguafortistas Españoles, que impulsó la publicación de El grabador al aguafuerte. Colección de obras originales y copias de las más selectas de autores españoles grabadas y publicadas por una sociedad de artistas.
Fue el grabado que realizó de la obra de Rosales: La Muerte de Lucrecia el que se empleó para llevar a cabo el reverso del billete de 50 pesetas que nos ocupa. Este grabado se encuentra en la Escuela de Artes de Zaragoza, con el número de inventario Z0867, se trata de una estampa realizada en papel de tinta negra con la técnica de buril. Su emisor fue la Calcografía Nacional, en el ángulo inferior izquierdo se lee: Rosales, Pº y en el derecho: J. Galván, Gº. La altura de la estampa es de 33 cm y su anchura de 43,50 cm.
La Muerte de Lucrecia. Grabado de José María Galván.
Eduardo Rosales Gallinas nació en Madrid en 1836, fue el segundo hijo de un modesto funcionario. Estudió en el colegio de los Escolapios y luego en el Instituto de San Isidro. En 1851 ingresa en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, siendo discípulo de Federico Madrazo. Viajó a Roma como muchos de sus colegas, pero al carecer de ayuda oficial, le tuvieron que ayudar dos de sus amigos, los también pintores Vicente Palmaroli y Luis Álvarez Catalá. Allí conoció a Casado Alisal, Fortuny y Dióscoro de la Puebla, que se reunían en el Antico Caffé Greco, situado en la Via Condotti de Roma. Sus primeras obras se encuadran dentro del Purismo Nazareno, propio de la pintura Romántica Alemana, que pretendía revivir el carácter espiritual del arte cristiano medieval; entre sus obras destaca Tobías y el ángel.
En 1867 pinta su obra maestra: Doña Isabel la Católica dictando su testamento (hoy en el Museo del Prado), con el que ganó la medalla de oro para extranjeros en la Exposición Universal celebrada en París en 1867 y la Legión de Honor, título creado por Napoleón I en 1802, retomando las condecoraciones públicas abolidas durante la Revolución Francesa.
Padecía tuberculosis, por lo que viajó en busca de lugares con un clima propicio para su enfermedad: Panticosa, Madrid o Murcia fueron sus destinos. En 1869 pone su estudio en Madrid, dos años después pinta La Muerte de Lucrecia, que a pesar de ganar la Exposición Nacional, recibe tan malas críticas que, abatido, Rosales deja de pintar cuadros de gran formato.
Durante la I República (1873-1874) se le ofrecen diversos cargos institucionales, como director del Museo del Prado o de la Academia de España en Roma, pero hubo de rechazarlos a causa de su mal estado de salud. Fallece en Madrid el 13 de septiembre de 1873, fue enterrado en el Panteón de Hombres Ilustres de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, en la Sacramental de San Justo.
Rosales pintó acuarelas, dibujos y numerosos retratos, siendo los cuadros de temática histórica los más conocidos. Sus primeras obras se mantienen dentro del estilo purista, aunque no tardó en desarrollar una pintura más personal de pincelada suelta y abocetada. Fue un pintor reconocido que ganó menciones y medallas en diferentes exposiciones, tanto nacionales como internacionales. Hoy día podemos ver gran parte de sus obras en el Museo del Prado, que en 1973 realizó una obra monográfica sobre Rosales.
“La muerte de Lucrecia” fue pintado en 1871, Rosales lo consideró como su mejor trabajo, pero como ya hemos comentado anteriormente fue muy criticada por sus contemporáneos por ser una pintura excesivamente moderna para lo que se hacía en aquellos años. La obra se encuadra en el interior de las estancias del matrimonio, Lucrecia se da muerte tras haber sido violada por el hijo del último rey de Roma, Sexto Tarquinio; ante ella están su esposo Colatino, su padre Lucrecio Triciptino y otros amigos de la familia. La patricia saca un cuchillo de entre sus ropas y se lo clava en el pecho. Todos quedan espantados por los terribles hechos, sólo Bruto es capaz de coger el puñal y, alzándolo al aire, clama venganza. Estos sucesos ocurren en el 510 a. C. y serían los desencadenantes de la caída de la monarquía y la llegada de la República Romana.
Relacionado con su anterior cuadro “El Testamento de Isabel la Católica” (1867) en cuanto a la elección del fallecimiento de un personaje femenino como protagonista de un hecho que cambiaría la historia, al contrario que en la primera pintura donde la quietud y tranquilidad emanan de la obra, en este lienzo el dramatismo y la violencia de los hechos son patentes.
Está pintado al óleo sobre un lienzo de 257 x 347 cm., su número de inventario es el P04613. Procede del Museo de Arte Moderno, cuyas obras pasaron al Museo del Prado en 1882. Fue una de las obras escogidas para la exposición La Pintura de Historia del siglo XIX que se celebró en los meses de octubre, noviembre y diciembre de 1992. Hoy en día lo podemos ver en las salas dedicadas a la Pintura Española (061B).
“La Muerte de Lucrecia” de Eduardo Rosales.
Bibliografía:
- A.A.V.V.: Catálogo especializado. Billetes de España. Editorial Edifil. 3ª Edición. Madrid, 2002.
CERES. MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE. Ceres:
José María Galván y Candelas: http://servicios3.aragon.es/reddigitalA/pages/ResultSearch?txtSimpleSearch=Muerte%20de%20Lucrecia&simpleSearch=0&hipertextSearch=1&search=simple&MuseumsSearch=&MuseumsRolSearch=1&listaMuseos=null
MUSEO DEL PRADO. Enciclopedia:
Eduardo Rosales Gallinas: aprende/enciclopedia/voz/rosales-gallinas-eduardo/7b0c5096-d31d-4614-b37b-5ac8c6acb86d
“La Muerte de Lucrecia”: coleccion/obra-de-arte/la-muerte-de-lucrecia/f20d8314-3cfa-4f12-88eb-0aed3d521ed1
Por Vanessa Montesinos Muñoz.
Perito Antiques.