Al a�o siguiente la mayor�a de ellas se uni� al Primer Imperio Mexicano, y, tras la abdicaci�n de Agust�n de Iturbide, formaron en 1823 las Provincias Unidas del Centro de Am�rica y en 1824 la Rep�blica Federal de Centroam�rica. Poco despu�s, comienzan las guerras civiles que provocan el nacimiento de cada uno de esos territorios como estados independientes.
A principios del siglo XIX Centro Am�rica formaba una capitan�a general, gobernada por el vasco Gabino Ga�nza. Se divid�a en las provincias de Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, El Salvador, Chiapas y Soconusco.
En 1821 M�xico logra la independencia con Iturbide, y Ga�nza simpatiza con ese hecho. En septiembre de ese a�o Ga�nza proclama la independencia de la capitan�a y se convierte en presidente de una Junta Provisional Consultiva con delegados que representaban a Chiapas, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica
La independencia como tal dura muy poco, por darse en condiciones desfavorable tanto econ�micas, como pol�ticas, ya que no todos estaban de acuerdo con ella, no s�lo a nivel local sino tambi�n en las diferentes provincias. Algunas deseaban conservar su autonom�a, otras quer�an la anexi�n a M�xico y algunas se mantuvieron fieles a la Corona Espa�ola.
�Qu� estatus tendr�a Guatemala respecto al reci�n creado Imperio de M�xico?
Iturbide, como emperador de M�xico, invita a Guatemala a formar parte del imperio mexicano, a la vez que despliega tropas que se acercan a la frontera de Guatemala.
Aprovechando la situaci�n reinante y despu�s de haber �invitado� a Centroam�rica a unirse al Imperio, Ga�nza y la Junta Provisional Consultiva declaran la uni�n del Reino de Guatemala al Imperio de M�xico en un acta firmada el 5 de enero de 1822 en Ciudad de Guatemala.
Pero no todas las provincias estaban de acuerdo. En febrero de 1822, fuerzas comandadas por Vicente Fil�sola, invaden Guatemala y anexan al imperio mexicano a las Provincias de Centroam�rica. Uni�n que dura hasta que el Imperio Mexicano cae, el 1 de febrero de 1823.
El 17 de diciembre de 1823, despu�s de tres meses de deliberaciones, la Asamblea publica las bases de la Constituci�n con gobierno republicano, representativo y federal, que estaba formado por las cuatro Intendencias de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua y la Gobernaci�n de Costa Rica.
Rep�blica Federal de Centroam�rica
La nueva naci�n tom� el t�tulo oficial de Rep�blica Federal de Centroam�rica. Se establec�a un Gobierno federal con residencia en Guatemala y un Gobierno particular en cada uno de los cinco Estados. Se separaban los tres poderes. No hab�a Hacienda propia del estado federal, con lo que los ingresos ven�an de cada provincia.
En tales condiciones era natural el desacuerdo permanente de los diferentes gobiernos y como consecuencia la guerra civil entre unas y otras provincias. Las provincias que no formaban parte de la federaci�n y que dudaban si pertenecer o no fueron invadidas por M�xico.
Tres guerras fueron el reflejo de la dificultad de los centroamericanos para buscar acuerdos. S�lo Costa Rica se mantuvo al margen de los conflictos. En 1837 la situaci�n era cr�tica. Una epidemia de c�lera afect� a la poblaci�n y provoc� perturbaciones en las actividades productivas y una agudizaci�n de la crisis fiscal y en el comercio. Los efectos m�s importantes fueron la sublevaci�n ind�gena y la anarqu�a.
Despu�s de un sinf�n de desencuentros, en 1842 se da un �ltimo intento para restablecer la Uni�n Federal. Los Estados de Nicaragua, Honduras y El Salvador enviaron de com�n acuerdo y con poderes suficientes sus delegados a la ciudad de Chinandega, donde establecieron te�ricamente la nueva Federaci�n. Pero los desacuerdos entre los tres Estados que formaban la Federaci�n fueron aumentando y la autoridad central se encontr� en situaci�n cr�tica, ya que nadie obedec�a sus �rdenes.
Resumen cronol�gico:
1821 � Independencia de Centro Am�rica
1822 � Anexi�n a M�xico
1823 � Gobierno de las Provincias Unidas
1834 � Rep�blica Federal CentroAmericana
1842 � Una vez separados, se forman las Rep�blicas
Situaci�n Econ�mica
A nivel econ�mico, cuando se dio la independencia, Centroam�rica estaba en bancarrota.
No se recaudaban impuestos. La explotaci�n minera hab�a bajado considerablemente. El paso de las tropas mexicanas hab�a dejado a cero a todas las instituciones estatales. El pa�s ven�a arrastrando una deuda colonial con M�xico que no se pod�a pagar. A pesar de que se abri� el comercio exterior, Centroam�rica ten�a poco que exportar. El comercio entre las provincias era casi inexistente y dif�cil de implementarlo por la falta de carreteras que las uniera entre s�. Las distintas luchas entre las provincias empeoraron la situaci�n econ�mica. La gente atesoraba las pocas monedas de oro y plata que todav�a exist�an, previniendo inestabilidades futuras y siendo �ste el �nico medio de ahorro seguro del que dispon�an. Con el tiempo y la carest�a, empezaron a aparecer gran cantidad de macacos coloniales que los ind�genas hab�an atesorado. Dichas piezas fueron contramarcadas por las autoridades junto con moneda extranjera que tambi�n entr� en circulaci�n. Asimismo, proliferaron macuquinas hechas en Honduras, las cuales el gobierno retir� de la circulaci�n.
Con la situaci�n econ�mica en contra y al dejar de existir la mano dura colonial, que al parecer era lo �nico que un�a a las cinco provincias de La Capitan�a General, empieza a surgir un fuerte localismo en cada una de ellas y que no fue contrarrestado por ning�n inter�s econ�mico, pol�tico o social en com�n. En un intento unionista se contrajo en 1828 la deuda "Inglesa" con el objetivo de invertir en infraestructura y generar riqueza, pero se utiliz� para pagar sueldos atrasados y deudas del estado. Los gastos de la uni�n as� como las deudas contra�das mientras esta dur�, las absorbi� b�sicamente Guatemala.
Emisi�n de moneda
Por todo ello, la Casa de Moneda de Guatemala hab�a estado pr�cticamente paralizada desde 1821.
Las primeras monedas de la Federaci�n fueron acu�adas en 1824; un Decreto, del 19 de abril de ese mismo a�o, autoriz� �nicamente a la Casa de Moneda de Guatemala la producci�n de piezas que circular�an en la Federaci�n.Muchas eran exportadas o sal�an del pa�s al pagar mercanc�as que se importaban. Para las acu�aciones fueron usados los pesos, m�dulos, cordoncillo y t�tulos del per�odo colonial diferenci�ndose �nicamente en el dise�o y el agregado de 10 dineros y 20 granos, en las monedas de plata y 21 quilates, en las de oro. Guatemala contin�o usando la �NG� como marca de ceca, salvo en los cuartillos que se us� �nicamente la �G�. Se realizaron tambi�n acu�aciones espor�dicas y s�lo en algunas denominaciones en las provincias de Honduras (�T� de Tegucigalpa) y Costa Rica (�CR�). Guatemala acu�� monedas de 1/4, 1/2, 1 y 8 reales en plata y de 1/2, 1, 2, 4 y 8 escudos en oro, aunque �nicamente las acu�aciones de cuartillos, 8 reales y 2 escudos, se realizaron de forma regular.
Se conocen dos ensayos o pruebas de 8 reales de 1824. Uno con el follaje de la ceiba m�s grande, en dos variedades, con canto estriado y con cordoncillo. Y el otro, con el sol en medio de los 5 volcanes, como se usaba en el dise�o de 8 escudos. En 1829, durante la ocupaci�n de Francisco Moraz�n, se acu�a la pieza provisional de 1 real del Estado de Guatemala. De 1838 a 1841, Guatemala resella por segunda vez monedas extranjeras y macacos locales.
La moneda que se presenta en la subasta de Numism�tica Lav�n es una pieza de 8 reales de plata, acu�ada en 1836, con el �rbol de la ceiba peque�a, y en el anverso, con 5 monta�as - volcanes que representan las 5 provincias de la Rep�blica Federal de Centroam�rica, y el sol con rayos por detr�s. La marca de ceca es NG, y aparece su peso en plata con las letras 10 Ds (10 dineros) 20 Gs (20 granos). El uso de la ceiba proviene de la creencia de los Mayas de que era un �rbol sagrado. La altura de este �rbol les hizo creer que sus ramas soportaban a los cielos, mientras que sus profundas ra�ces eran los medios de comunicaci�n entre el mundo de los vivos y el Inframundo. Adem�s abre sus ramas mayores hacia los cuatros puntos cardinales y de esta manera se une a la cu�druple deidad que rige los vientos y las lluvias.
