
El anverso de este billete está dividido en tres por medio de arcos carpaneles (o rebajados) que descansan sobre columnas en estípite coronadas con capiteles figurados. En el lado izquierdo vemos un retrato del marino español Juan Sebastián Elcano. En medio el valor del billete, la fecha de emisión, la firma del gobernador y la serie; y en el lado derecho la marca al agua con una cabeza de Neptuno con corona y tridente, el dios del mar.

En el reverso, en medio está el cuadro de Elías Salaverría “Desembarco de Elcano en Sevilla después de dar la vuelta al mundo” y en un luneto ovalado la nao “Victoria” sobre la que hay una cartela en la que se lee: Primus Circumdedisti me. Su tamaño es de 151 x 95 mm. y tuvo una tirada: 2.000.000. Se puso en circulación el 28 de enero de 1938 y se retiró al término de la Guerra Civil (1 de abril de 1939).
Juan Sebastián Elcano fue un navegante vasco que completó la primera vuelta al mundo junto con Fernando de Magallanes en el siglo XVI. Desde muy joven estuvo relacionado con el mar, participó en una expedición militar en Argel dirigida por el cardenal Cisneros y formó parte de una campaña en tierras italianas bajo el mando del Gran Capitán. El marino tuvo que hipotecar su embarcación para pagar los sueldos de los marineros y posteriormente vender la nave a los saboyanos, infringiendo una ley que prohibía vender una embarcación armada a extranjeros en tiempos de guerra. En esta situación estaba envuelto cuando oyó hablar de la Expedición de Magallanes, el portugués tenía dificultades para reclutar a la tripulación debido a lo incierto del viaje, así que Elcano no lo dudó y se alistó en 1519. Gracias a su experiencia se le dio el cargo de contramaestre (segundo de abordo) en la nave “Concepción”.
En ese mismo año ayudó a sofocar un motín en contra de Magallanes, pero participó un año más tarde en otra sublevación en contra del capitán portugués. Éste le relegó a un papel secundario, en vez de matarle, por considerarle imprescindible, hubo de enfrentarse a multitud de contratiempos, entre ellos los ataques de los indígenas de las tierras a las que arribaban, Magallanes falleció en una de estas luchas, el mando recae en los diferentes capitanes de los barcos que se disputan el poder. Finalmente, Elcano encabeza la expedición argumentando que los capitanes portugueses no habían querido llegar a las islas Molucas por no perjudicar a Portugal, que poseía el lucrativo comercio de las especias navegando alrededor de África y llegando a estas islas por el océano Indico.

En 1621 alcanzan las Molucas, y tras firmar los tratados oportunos en beneficio de Castilla y cargar de especias las naves, se disponen a regresar. La Trinidad, nave en la que marchaba Gonzalo Gómez de Espinosa, se quedó en puerto esperando a ser reparada, y Elcano al mando de la nao Victoria pone rumbo a tierras españolas, bordeando África por las rutas conocidas. El principal problema con el que se encuentran es que los puertos donde pueden fondear tienen acuerdos con los portugueses, por lo que no han de hacer escalas si no quieren se capturados. Llegan hasta Cabo Verde para repostar y donde varios tripulantes son apresados por el gobernador portugués, así que han de huir apresuradamente. Llega a Sanlúcar de Barrameda a principios de septiembre de 1522 con dieciocho supervivientes y en el único barco que había quedado en pie: la “Victoria”.
Murió como todo marino desea, embarcado en la nao que le había devuelto a España, en un nuevo viaje hacia las islas Molucas en 1626 por escorbuto. Carlos I le concedió una renta anual de 500 ducados en oro y como escudo una esfera con la leyenda en latín: Primus circumdedisti me (El primero que me circundaste). La Armada Española le puso su nombre al buque escuela botado en marzo de 1927 y todavía en activo.

Elías Salaverría Inchaurrandieta (1833-1952), pintor vasco en cuya producción predomina la temática costumbrista vasca. El realismo de sus obras es casi fotográfico, de marcada naturalidad y tintes intimistas, destaca por su técnica academicista contenida y sobria en la narración. Fue retratista de la famila real, de la nobleza y de personajes importantes del país, muchos de los cuales pueden verse hoy en día en despachos y salones señoriales.
El ilustre arquitecto Marqués de Cubas, quien era asiduo de los veraneos en San Sebastián y devoto del Cristo de Lezo, financia los estudios del futuro pintor que era monaguillo del santuario del Santo Cristo de Lezo. En la Escuela de Artes y Oficios donostiarra estudia con Juan Martínez, Alejandro Ferrant y Moreno Carbonero. La viuda del Marqués continua sufragando los estudios del joven, que se traslada a Madrid donde estudia con Luis Menéndez Pidal en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando (1897-1908). Obtuvo la mención honorífica en la Exposición de Bellas Artes de 1904 en la que se presentó con el nombre de Aniceto Vasconcellos a causa de la gran timidez del joven, posteriormente obtuvo terceras medallas en 1906 y 1908. Un año después se traslada a París, donde conoce las obras de Millet, Courbet y Daumier que le influyen en su posterior producción. Se presenta a la Exposición Universal de Buenos Aires consiguiendo una tercera medalla (1910), también concurrió a Munich (1913) o Panamá (1916), obteniendo un gran éxito de crítica que le anima a continuar su viaje por los paises hispanoamericanos.
Comienza la mejor etapa del pintor; la obra “La procesión del Corpus en Lezo”obtiene la medalla de Oro en la Exposición Nacional de Bellas Artes y en la Internacional de Bellas Artes de Munich. En 1922 la Diputación de Gipúzcoa le encarga un cuadro para conmemorar el quinto centenario de la vuelta al mundo realizado por Juan Sebastián Elcano. En 1934 fue nombrado profesos de la Escuela Superior de Pintura, Escultura y Grabado y en el 44 lee su discurso de ingreso como académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando con el título: “La pintura de historia”.
Falleció el 14 de julio de 1952 mientras trabajaba en la restauración de las pinturas del techo de la madrileña iglesia de San Francisco el Grande. Su cuerpo fue enterrado en el cementerio del Este de Madrid. En 1990 el Museo de San Telmo de San Sebastián realizó una amplia exposición del pintor.

Existen dos copias de este cuadro del “Desembarco de Elcano en Sevilla”, realizadas por el propio Salaverría: una se encuentra en la diputación de Guipúzcoa y la otra copia está en el Museo Naval de Madrid, fue donada en 1971 por su hija Igone Salaverría de Baladiez, marquesa de la Conquista Real, y tiene el número de catálogo 527. Se trata de un óleo sobre lienzo cuyo tamaño es de 254 x 239 cm.
La obra representa el momento en el que Elcano y los restos de su tripulación desembarcan en Sevilla, llevan cirios encendidos en las manos, para acudir a las iglesias de Nuestra Señora de la Victoria y Nuestra Señora de la Antigua a dar las gracias por haber completado su misión: la vuelta al Mundo. En los brazos y el rostro de los marineros se observan las huellas del escorbuto.
Cada cuatro años en la localidad de nacimiento de Elcano, Guetaria, se representa el desembarco del marino en la capital hispalense.
Bibliografía
A.A.V.V.: Catálogo especializado. Billetes de España. Editorial Edifil. 3ª Edición. Madrid, 2002.
Biografías y vidas
Juan Sebastián Elcano:
Enciclopedia Auñamendi
Elías Salaverría Inchaurrandieta:
CENTRO VIRTUAL CERVANTES. Museo Naval:
El Regreso de Juan Sebastián Elcano a Sevilla.
Por Vanessa Montesinos Muñoz.
Perito Antiques.