Nacido en Santa Cruz de Tenerife, el 25 de enero de 1990. En términos académicos soy Graduado en A.D.E (2014) y Máster MBA (2015). He trabajado en varias empresas del sector económico-financiero en Canarias, como Guillén Asesores, Renta 4 Banco, OVB AllFinanz y CaixaBank, donde me encuentro en la actualidad.
Autor de algunos trabajos de investigación publicados en el suplemento La Prensa, del periódico “El Día”, sobre historia, economía y numismática. Además he participado en Jornadas y Congresos divulgativos y cursos de formación y especialización en estas y otras disciplinas complementarias.

Preguntas:
1.- ¿De dónde proviene tu afición por el coleccionismo de monedas?
Desde pequeño he crecido rodeado de todo tipo de objetos antiguos, pues la casa de mi abuela es un ejemplo de la arquitectura campestre tradicional canaria, siempre jugaba con ellos y despertaron en mi un interés muy temprano. Recuerdo que un día mi abuela se puso a hacer limpieza en un cajón y sacó una enorme bolsa llena de monedas de todo tipo, donde particularmente me impresionaron aquellas de gran módulo como duros de los Alfonsos e incluso aquellas monedas de 5 Pesetas de níquel con la efigie de Franco. Sobre la marcha me contó algunas curiosidades de la época y sobre el uso de aquellas monedas y me dijo que si me gustaban serían mías cuando tuviera unos años más. Poco después mi abuelo hizo lo propio, mostrándome una vieja caja de puros con más monedas que tenía en una antigua barbería donde pelaba a los clientes.
2.- ¿Tienes algún familiar o alguien próximo a ti que también le guste la numismática?
Desde luego, sin duda aquí destaco la figura de mi padre, pues de joven empezó coleccionando réplicas de billetes mundiales que, según me ha contado, se compraban en el quiosco en sobres, como los cromos de fútbol de hoy, junto con su correspondiente álbum y luego empezó una pequeña colección de monedas mundiales con ejemplares de curso legal y algún billete representativo de cada país. Yo “heredé” esa colección también de pequeño (8-9 años) y ahí empecé a darme cuenta que todo aquello requería de una cierta organización y material para facilitar su conservación.
3.- ¿Cuáles fueron tus primeras adquisiciones?
Mis primeras adquisiciones llegaron ya un poco después, con 16 años pues fue en ese momento cuando empecé a descargar algunas hojas de catálogos online y a comprar pequeñas ediciones de bolsillo en la filatelia de la ciudad. Principalmente mis primeras compras las hice en “Numismática Medina” (Santa Cruz de Tenerife) y a un señor que acudía al rastro de la ciudad todos los domingos y tenía álbumes repletos de monedas de todos los países y numerarios. Por un lado, compré la moneda de 12€ de Cristóbal Colón (2006) en la mencionada numismática y, posteriormente, empecé a adquirir monedas españolas de circulación al citado señor del rastro, empezando por los 50 Céntimos de 1949 (*51) de las flechas invertidas.
4.- ¿Sabías qué tipo de piezas ibas a coleccionar?
Por aquella época no lo tenía nada claro, pues según iba descargando material de internet descubría nuevas monedas que resultaban fascinantes, sobre todo cuando conoces algunas de las curiosidades que rodearon el momento de su acuñación, por lo que en los inicios mi colección era un auténtico popurrí. Poco después empecé a considerar la posibilidad de centrarme en el numerario español, pues recogía algunas monedas emblemáticas como los Columnarios que tanto me gustaban o los duros alfonsinos que habían marcado mis primeras nociones sobre numismática. Hoy en día sigo esta misma línea aunque a veces no puedo evitar comprar de vez en cuando alguna moneda extranjera que me resulte especialmente llamativa, pero trato de centrarme lo más que pueda.
5.- ¿En qué año comenzaste a conformar tu colección?
Aproximadamente fue entre los años 1998 y 1999 (8-9 años de edad) cuando empecé a crear “formalmente” una colección, valiéndome de algunos estuches protectores que incluía la mencionada colección de mi padre y utilizando álbumes de fotos corrientes como alternativa para conservar aquellas monedas que se encontraban en mejor estado o que no habían circulado. Posteriormente, en el 2006 fue mi primera toma de contacto con profesionales de la numismática y empecé a comprar material especializado para monedas (álbumes con hojas de distinto diámetro, cartoncillos y cápsulas fundamentalmente), además de catálogos en formato papel, guantes de algodón, una lupa de mayor aumento y una pequeña pesa electrónica.
6.- ¿Cuánto tardaste en definir qué era lo que querías coleccionar?
Dado que recibía por parte de familiares monedas de todo tipo y de distintas partes del mundo, tarde bastantes años, pues según me fui documentando, mi interés por las monedas españolas se desarrolló más que el resto, todo ello unido a que ciertas monedas específicas tuvieron un impacto mayor en mi tierra (Canarias) tanto españolas como algunas extranjeras. En este contexto segmentaría mi colección hacia esta rama en el 2005 y comenzaría a desarrollarlo concienzudamente al año siguiente.
7.- ¿Qué tipo de piezas coleccionas? ¿Por qué te decantaste por ellas?
Aunque es un concepto bastante “global” y soy consciente de que abarca demasiados años, cecas y tipologías, colecciono fundamentalmente monedas españolas, sin hacer hincapié en ningún segmento temporal específico. Principalmente empecé centrándome en las piezas contemporáneas del Centenario de la Peseta pues hay abundante material bibliográfico y, al ser un periodo muy coleccionado, hay mucha facilidad para conseguir la mayoría de los ejemplares, independientemente de la calidad. No obstante, posteriormente empecé a ampliar el campo, primeramente hasta las acuñaciones de Isabel II y su padre, Fernando VII, para luego incluir monedas hasta los Reyes Católicos, donde descubrí una serie de resellos específicos que se realizaban en mi tierra, conocidos como bambas, además de otros realizados en 1559 sobre piezas de cobre acuñadas en Santo Domingo a nombre de estos Reyes Católicos y de Carlos I y Juana, de los que ya he hablado en recientes publicaciones. Últimamente he empezado a incluir algunas monedas medievales aragonesas y castellanas en mi colección, pero lo que sí es predominante son monedas de cobre españolas en altas conservaciones, pues la mayoría de la gente le presta más atención al numerario acuñado en oro o plata, sin tal vez darse cuenta, que un cobre que no ha circulado y que mantiene todo su brillo, puede llegar a ser mucho más bello visualmente hablando.
8.- ¿Cómo definirías tu colección? ¿Y a ti como coleccionista?
A mi colección la definiría como “un paseo por la historia de España”, pues he tratado que sea lo más representativa posible y que la formen piezas con cierta conservación, de ahí que, tal vez, no esté formada por muchas monedas. Excepcionalmente, aquellas que hacen referencia a Canarias son las que presentan un mayor desgaste, pues de acuerdo a la documentación histórica es una de sus características principales y he tratado de mantenerla a toda costa.
Como coleccionista, me definiría como alguien que “nunca deja de descubrir cosas nuevas”, que mima cada moneda como lo que es, una pequeña obra de arte, sin importar especialmente el módulo o la conservación, pues son testigos de la historia de cada país. Como coleccionista, también creo que tengo un deber con las monedas y con el futuro, pues al igual que estas monedas han llegado a mis manos de una forma u otra, es nuestra responsabilidad mantenerlas como mínimo, en el mismo estado que han llegado hasta mí, para que generaciones futuras puedan también redescubrirlas e ilusionarse con ellas, como yo he hecho desde que vi aquella bolsa de monedas antiguas por primera vez.
9.- ¿Qué opinas sobre la aparición de las nuevas tecnologías en el coleccionismo? ¿Crees que es bueno para el sector?
Claramente me parece algo muy positivo e, incluso, imprescindible para la evolución y difusión de la numismática tanto en la actualidad, donde la tecnología juega un papel importantísimo, hasta en los sectores más tradicionales de la economía, como para el futuro.
Es necesario señalar esta evolución pues hace años la única manera de aumentar una colección era acudiendo al profesional de tu ciudad o cambiando monedas con otros aficionados, pero esto sólo se daba en los casos en los que vivieran en grandes ciudades, resultando inaccesible para pequeños coleccionistas de regiones o pueblos pequeños donde no existían tiendas y donde la única manera de coleccionar era a través de las monedas que la familia o vecinos hubieran podido guardar en tiempos pasados.
La tecnología ha acercado el coleccionismo a todas las personas y traspasado fronteras, pues hoy viviendo en Tenerife por ejemplo, donde hay sólo 2 profesionales de cierta edad y pocos coleccionistas, puedo comprar monedas en Madrid o en Berlín, ya sea en un comercio electrónico o una casa de subastas, sin moverme de casa. Además de facilitar el flujo de información mediante comunidades y foros de discusión, compartiendo monedas y conocimientos y facilitando las buenas relaciones entre coleccionistas de distintas partes de España y del mundo.
10.- ¿Dónde sueles adquirir nuevas piezas para tu colección?
Como ya mencioné en un inicio, sigo adquiriendo monedas a aquel señor que vende monedas en el rastro de mi ciudad y a los 2 profesionales que tienen sus comercios en la capital de la isla, pero he de reconocer que, precisamente, las citadas tecnologías de la pregunta anterior han canalizado la mayoría de mis compras en la actualidad. Una parte sustancial de estas monedas proceden ahora de casas de subastas como Cayón o Aureo & Calicò, además de plataformas online como CataWiki y, en menor medida, eBay. Sin olvidar las compras y/o cambios con otros coleccionistas mediante foros y grupos cerrados y las adquisiciones que realizo en mis viajes.
11.- ¿Tienes alguna plataforma de venta favorita para hacer tus compras?
Empecé comprando en eBay, aunque gran parte de las compras han derivado hacia otras plataformas como Todocolección o CataWiki, pues en el primero de los casos había un buen número de falsificaciones y los vendedores muchas veces tienden a exagerar en gran medida el estado de conservación de las monedas, sin que los responsables de la web hagan el debido caso a las quejas contra las falsificaciones o no se impliquen lo suficiente para combatirlas. No obstante y aunque a algunos les pueda resultar llamativo, creo que esto me ha ayudado mucho, pues me ha obligado a saber identificar réplicas de todo tipo, además de ser exigente con las monedas a la hora de realizar una estimación real y sobre un estado de conservación, pues de no disponer de todo este material real, podría haber incurrido en errores de bulto en un futuro, que implicarían pérdidas económicas y que, en casos que conozco de primera mano, han llevado a la desilusión del coleccionista cuando éste descubre la verdad y han terminado abandonado la numismática.
Finalmente señalar que suelo frecuentar algunas webs de numismáticas tanto de la Península como de Alemania, además de las páginas de las casas de subastas que mencioné en la pregunta anterior.
12.- ¿Tienes algún referente dentro del sector de la numismática?
A nivel nacional, me gustaría destacar la labor de Doña Mª Teresa Sisó y los hermanos Cayón, pues han contribuido de una manera impagable a la innovación tecnológica en nuestro país y al estudio y difusión de la numismática, con nuevos datos producto de un estudio minucioso y descubriendo nuevas piezas prácticamente cada año, renovando el interés de muchos coleccionistas y remarcando con sus actos que, aunque hoy se sabe mucho sobre numismática, no todo está escrito y que todos podemos aportar nuestro granito de arena. En este último punto destaco la labor de D. Pablo Núñez Meneses (NN Coins) en su esfuerzo por buscar piezas cada vez mejor conservadas y en introducir el sistema americano promovido por empresas como NGC o PCGS en nuestro país, junto con D. Daniel Casal Fernández, ambos autores del “Jubia. Catálogo especializado” (publicado recientemente), pues han realizado una labor de investigación colosal y comparativa, tanto de documentación histórica como de monedas y remates relativos a piezas acuñadas en una ceca de la que, hasta ahora, sabíamos muy poco.
Finalmente y, a nivel local, destacar los trabajos de D. Jesús M. Lorenzo Arrocha, investigador y autor de diversas publicaciones y trabajos sobre numismática en Canarias y nuestra historia, dando a conocer unas monedas y particularidades que incluso a día de hoy, son prácticamente desconocidas en este sector y ha arrojado luz sobre aspectos de los que apenas se tienen referencias escritas por diversas razones adversas.
13.- ¿Qué piensas sobre el futuro de la numismática?
En este aspecto, pienso que el futuro es algo que hay que trabajarlo desde el presente. Como mencioné antes, los coleccionistas de hoy tenemos cierta responsabilidad con las monedas que compramos, pues debemos ser los garantes de que dichas piezas lleguen a generaciones futuras en las mejores condiciones posibles. No obstante, las autoridades deben implicarse un poco más en este aspecto y siempre pongo como referencia el caso americano, pues utilizan monedas de baja denominación, los llamados quarters o monedas de 25 centavos para lanzar sus series conmemorativas, casi a valor facial y a través de distintas organizaciones y eventos regulares a nivel nacional, donde además se hacen concursos para los más pequeños y se les despierta ese interés por la historia de su país y por el coleccionismo en general.
En Europa en un principio se trató de emular de alguna manera utilizando las monedas de 2 Euros como vehículo de difusión de la cultura europea y como elemento de coleccionismo, pero todo esto ha derivado hasta el punto de convertirse en un negocio cada vez más rentable para algunos, cobrando precios elevados por una simple moneda de circulación que puede llevar hasta los 5 y los 8 euros sin estar en perfectas condiciones y reduciendo las tiradas de algunos ejemplares para que los coleccionistas paguen verdaderas frioleras de dinero por algo que a mi juicio, no lo vale. La especulación con ciertos territorios europeos también ha ayudado a ver el mercado numismático como algo frío y distante, donde una serie de señores están dispuestos a pagar mucho dinero por unos pequeños objetos que los demás utilizan a diario. En este sentido nos queda mucho camino por recorrer y la difusión del conocimiento de una generación a otra, actividades culturales por parte de los organismos de los diferentes estados, el abaratamiento de precios en el circulante comunitario y las nuevas tecnologías deben ser los pilares sobre los que se cimente el coleccionismo del futuro. Alemania en este sentido lleva cierta ventaja, pues muchos lo ven como el segundo mayor mercado numismático de occidente, sólo por detrás de los EEUU; en España estamos aún lejos de conseguirlo, pues la tendencia es que cada vez hayan menos coleccionistas, por eso es necesario poner las bases cuanto antes, para hacer entender a los más jóvenes que las monedas antiguas son mucho más que piezas que vemos en algún museo.
14.- ¿Qué piensan tus amigos y familiares de tu afición?
En este aspecto, las opiniones y comentarios soy muy variopintos. Mis padres y mi familia cercana, están muy familiarizados con mi afición e incluso de vez en cuando me ayudan económicamente a la adquisición de algunas monedas y me regalan alguna pieza siempre que pueden, pero recordándome que se trata de una afición “cara” y que en la vida debo, con toda la razón del mundo, priorizar aquellos gastos que son ineludibles y que en último término irían los hobbies.
En el caso de mi pareja he de decir que he tenido mucha suerte, pues siempre que compro alguna moneda muestra interés y me pregunta por la “historia” de esa moneda en concreto y los sucesos relevantes (si los hubiera) que llevaron a la acuñación de la misma. Normalmente también me anima a seguir mejorando mi colección, pero con algún pequeño tirón de orejas si algún mes nos vemos más limitados por alguna de mis adquisiciones.
Finalmente, el caso de los amigos, yo creo que es bastante típico pues cuando hablas sobre monedas te miran con cara de cierta incredulidad, al no entender como soy capaz de pagar dinero por algo que, a su juicio, se utiliza simplemente para comprar bienes y servicios. Aquí he de destacar las 2 preguntas típicas que te suelen hacer: ¿cuántas monedas tienes en tu colección? y ¿cuál es la moneda más cara que tienes?
15.- ¿Cómo crees que se podría fomentar la numismática y el coleccionismo en los más jóvenes?
Esta es una cuestión bastante compleja, pues de no serlo, existirían más coleccionistas de los que hay hoy. Igualmente creo que he mencionado algunas consideraciones anteriormente. Por un lado familiarizar a los más jóvenes con las monedas utilizando piezas que puedan llamar su atención, sobre todo de gran módulo, que ellos “puedan ver y tocar”, además de comentar alguna referencia que pueda ser curiosa dependiendo de la edad. Regalar alguna de estas monedas en edades tempranas también ayuda a que los más jóvenes se interesen por la numismática y ayudarlos a construir pequeñas colecciones si finalmente muestran el debido interés. Todo esto constituye claramente medidas en el ámbito familiar, pero deben ir de la mano de eventos y actividades realizadas por las Administraciones, donde se utilicen las monedas como un vehículo de difusión y no como un sistema de “hacer caja”.
La numismática puede ser y, de hecho, lo es, un vehículo auxiliar de la historia, por lo que debe tener un hueco en las aulas como parte del proceso educativo, aunque sea a nivel muy básico y a determinadas edades. En este sentido la cultura es, en resumen, el elemento donde debemos hacer hincapié para que las monedas sean vistas como lo que son, supervivientes de la historia y pequeñas obras de arte a nuestro alcance, además de un medio para adquirir aquellas cosas que más nos gustan.

Jaime Alberto García González
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