Mientras tanto, su afición le llevó al estudio y la investigación, publicando artículos y libros sobre numismática uruguaya.
¿Desde cuándo es usted aficionado la numismática?
Casualmente en el año 1967 estando de Jefe en el Destacamento de Bomberos de Paysandú, ciudad ubicada al noroeste y a unos 400 Km. de Montevideo, litoral del Río Uruguay y en el limite con Argentina, un vecino me obsequió una pequeña caja de metal conteniendo unas 10 monedas de cobre de 40 centavos de 1857, esto me llevó al cambio de actividad, y de allí en adelante me incliné por la numismática, haciéndome socio activo del Instituto Uruguayo de Numismática IUN.
¿Qué tipo de monedas colecciona?
Las colecciones que realizo son la de billetes y monedas de Uruguay, así como los billetes reposición o sustitución (replacement) a nivel universal.
¿Por qué inicio su labor investigadora?
La labor de investigación la inicie una vez finalizada mi carrera profesional, ya que al tener más tiempo disponible empecé a interesarme por algunos temas que me resultaron interesantes. Sobre todo al lograr algunas piezas únicas de época, como las monedas de fines del siglo XIX, así como piezas con “giros reversos” del monetario uruguayo.
¿Cuándo comenzó a preparar la edición de este libro “El Peso falso en las monedas de 1895”?
Empecé a preparar la idea de hacer un trabajo sobre los Pesos Falsos hace un par de años, cuando puede acceder a varias piezas falsas de esta emisión, logrando una cantidad importante de éstas, cosa que no es común y además teniéndolas en mi poder, me facilitaba la tarea del estudio, comparación de cada una de ellas. Fui entonces madurando la idea y al ver que podía escribir el libro profundicé el trabajo y logré hacerlo realidad.
¿Por qué sobre el Peso Falso uruguayo de 1895?
En esa época, hubo varias falsificaciones del monetario uruguayo, quizás el bajo costo y la facilidad de lograr el “metal” por medio de monedas que estaban siendo dejadas de circular por el Estado (monedas de plata argentinas, brasileras, bolivianas, etc), y el valor del peso monetario era bastante fuerte, hizo que los falsificadores comenzaran a actuar. Pero lo más destacable de esta moneda es que se considera una de las más falsificadas del monetario uruguayo.
¿Qué aporta de novedad esta obra de investigación?
Como menciono en esta obra, dos colegas numismáticos han realizado trabajos similares con anterioridad: me refiero a los Sres. Gustavo Pigurina y Marcos Silvera Antúnez, los que fueron publicados en sendos Boletines del Instituto Uruguayo de Numismática oportunamente. Pero creo que la novedad más importante de la obra publicada son las imágenes (anverso y reverso) de cada “variante” en color, en tamaño de 14 cm de diámetro, lo que permite a los lectores poder apreciar las distintas diferencias en cada pieza, así como la comparación de “sectores” de las piezas.
¿Ha contado con algún apoyo para la edición de este libro?
Los apoyos que logré para este trabajo son dos: de documentos de la época sobre todo de la prensa, y algunas consultas sobre dudas del propio trabajo, fueron cedidos gentilmente por el compañero numismático Don Marcos Silvera Antúnez; y parte del apoyo económico, sobre todo para el comienzo de la producción, lo logré en base a la colaboración en avisos publicitarios de casas de comercio del ramo.
¿Está preparando alguna otra edición?
Por el momento no, salvo ideas que poseo para complementar este trabajo en lo que tiene que ver con la falsificación de las monedas de 50 centavos de 1894 y de un peso de 1893, que de acuerdo a los estudios de antecedentes al respecto, y sobre todo de la prensa de época, fueron los mismos falsificadores que se mencionan en este libro.
Sr. Rodríguez Hernández, ¿se falsificaba más en el siglo XIX o en el actual siglo XXI?
De acuerdo al conocimiento e información que poseo, sí, en el XIX. Sobre todo por la disponibilidad del metal (plata) y al valor económico que tenía la moneda uruguaya, que se dice tenía más valor que el dólar de los Estados Unidos.
Por último, ¿cómo mantiene su vocación numismática?
Siempre mantuve la vocación numismática, lo que una vez retirado de la actividad ejecutiva, me dediqué de lleno a esta tarea. Estuve cuatro años de secretario del I.U.N. Siempre tuve curiosidad por las variantes, errores en monedas y billetes, y giros reversos. Pude editar tres libros con el actual: en el año 2007, “Algunos Trabajos de Nuestro Hobby Numismático” (agotado), de 144 páginas, en este trabajo se muestran imágenes color de algunas variantes poco comunes, errores en billetes y monedas, variantes de giro, etc.; y en 2008 edito el primer “Catalogo de Variantes de Firmas en Billetes del Banco Central del Uruguay (1967-2008)”, (agotado) edición de 76 páginas, aquí se cataloga las distintas variantes de firmas en los billetes emitidos por el B.C.U, en ese período y donde por primera vez se catalogan y exhiben imágenes de las “reposiciones” o sustituciones emitidas por el Banco.
