Caricatura de época del pacto entre la Alemania nazi de Hitler y la Unión Soviética de Stalin para repartirse los países bálticos.
En Estonia, Letonia y Lituania, el anhelo de libertad encontró una poderosa expresión al final de la década de 1980. Los pueblos bálticos estaban unidos por un objetivo común: sacudirse las cadenas del imperio totalitario soviético, que había significado el sometimiento de medio siglo y que se había originado en el Pacto Molotov-Ribbentrop. Este mutuo pacto de no agresión firmado el 23 de agosto 1939 por la URSS y Alemania fue complementado por un protocolo secreto, que de hecho significó la división de los seis estados europeos independientes en esferas de influencia y la ocupación.
El Pacto Molotov-Ribbentrop preparó e inició la Segunda Guerra Mundial. La URSS, un aliado activo de la Alemania nazi, ocupó los países bálticos en el verano de 1940 como consecuencia directa del pacto. Las órdenes sociales y económicos se han cambiado por la fuerza, de acuerdo con los intereses de la URSS y los sujetos a la dictadura de la ideología comunista y el régimen. Los Estados bálticos se incorporaron en esta superpotencia, experimentando las deportaciones y el asesinato de sus ciudadanos, de nacionalización y colectivización, de terror político y de la vida detrás del telón de acero en el aislamiento del mundo.
Cincuenta años después de que el Pacto Molotov-Ribbentrop se firmó, el 23 de agosto de 1989 a las 7’00h. cerca de dos millones de habitantes de los países bálticos se unieron formando una cadena humana de 600 kilómetros de longitud, que unió a las capitales bálticas Tallin, Riga y Vilna durante 15 minutos. Esta acción única llamó la atención de todo el mundo, poniendo de relieve la injusticia histórica y afirmando que la idea de la libertad y la independencia estaba muy viva en las mentes y los corazones de las tres naciones bálticas. En el léxico de la lucha no violenta, el mensaje del Despertar, Frente Popular y la Revolución Cantada fue completado por otra llamativa entrada: la Vía Báltica. Era como un referéndum informal que demostró el poder de ocupación cómo unidos los países bálticos estaban en su deseo de recuperar su libertad y renovar su independencia. El Camino Báltico demostró la eficacia de la lucha no violenta y el poder de la unidad.
En 1991, los países bálticos recuperaron la independencia. La retirada de las tropas de ocupación, el ingreso de los países bálticos a las Naciones Unidas y más tarde a la Unión Europea, la OTAN y muchas organizaciones internacionales fueron hitos naturales en su viaje posterior. El 30 de julio de 2009, la UNESCO incluyó los testimonios documentales de la Vía Báltica en el Registro Internacional “Memoria del Mundo”.
La moneda conmemorativa ha sido acuñada en la Koninklijke Nederlandse Munt (Real Casa de la Moneda de Holanda, Ceca de Utrech), en plata de 925 milésimas, calidad proof, a 7 colores, cuenta con un valor nominal de 5 euros, peso de 22 gr., diámetro de 35 mm. La tirada es de 10.000 ejemplares. El diseño gráfico ha sido realizado por el artista Visvaldis Asaris y el modelado por Ligita Franckeviča.
El diseño del anverso lleno de simbolismo representa una trenza en un campo abierto con los colores entretejidos de las banderas nacionales de los tres países bálticos. La Leyenda con el valor nominal “5 euro” y a la derecha la leyenda principal “Baltijas Ceļš 1989” (Camino Báltico 1989) y la fecha "2014".
El reverso muestra la imagen de un tronco de árbol con tres grandes raíces, una por cada país báltico. Las leyendas aparecen en un semicírculo “Atmostas Baltija” (Despertar países bálticos) a la izquierda y “Lietuva Latvija Eesti” (Lituania Letonia Estonia) a la derecha.
El canto liso incluye las leyendas “Latvijas Banka” (Banco de Letonia) y Latvijas Republika” (República de Letonia), separadas por puntos romboides.
