¡Pues claro que me ha dado! ¡La de regalices Zara de los que me privé de chico por guardar las pesetas “del unito” como llamábamos a las de 1944! Pero tuve una mala experiencia: robaron en mi casa y se llevaron mi pobre “cole” de monedas y billetes mientras que dejaron tirados por los suelos mis álbumes de sellos, que eran mucho más valiosos. Luego he coleccionado billetes locales andaluces, y ahora soy ya todoterreno.
¿Cuándo sumó la numismática como producto de venta en su establecimiento “Subastas Sevilla”?
La verdad es que desde sus orígenes, especialmente en el mundo de los billetes. Desde hace dos o tres años estamos intentando potenciarla al máximo.
¿Qué tipo de piezas numismáticas y notafílicas suele tener a la venta?
Acaso por nuestros filatélicos orígenes, y porque el filatélico es lo que más demanda acostumbrado a las “novedades”, el Centenario de la Peseta, tanto en moneda como en billete. En los últimos tiempos ya hemos generalizado, como nos sucede en los otros coleccionismos, a España en su totalidad, sin renunciar por supuesto a piezas interesantes de otros países.
¿Y en sus subastas, cuándo incorporó lotes numismáticos?
Como ya le decía, desde sus orígenes prácticamente, aunque fueran pequeñas secciones, al principio de los 90.
Desde su punto de vista, desde que España comenzó a padecer la “no crisis” en 2007, ¿cómo se ha comportado el sector numismático respecto al filatélico?
Pues muy similarmente. Somos sectores que compartimos muchísimo más de lo que nos separa. Por un lado, la crisis se ha cebado muy especialmente en sectores terciarios como el nuestro: primero la gente come, luego se viste, paga colegios y mil y una cosa más, y si por fin le queda algo en el bolsillo lo gasta en sus aficiones como los sellos o las monedas. Por otro lado, ha pasado lo mismo que en otros sectores de la sociedad, y lo bueno es tan bueno o más mientras que lo malo es más malo que nunca. Es decir, un piso en La Castellana vale un potosí y siempre tendrá un comprador mientras que en medio del campo a 50 km. de Madrid… En nuestro sector pasa algo parecido: han bajado de precio prácticamente todos los coleccionables de posguerra, mientras que un billete clásico, una pieza soberbia con antigüedad, rareza o calidad ha aguantado muchísimo mejor el embate de la crisis.
Desde su posición como presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Filatelia y Numismática ANFIL, cuántos establecimientos filatélicos lo son también numismáticos en nuestro país.
Yo diría que en torno al 50%, pero lo cierto es que vamos a la tienda total, a la tienda multi-coleccionismo. Luego cada profesional tendrá su área de especialización, pero sin renunciar a otras posibilidades de negocio.
¿Se mantiene esa relación fuera de España?
Es similar a España. Hay negocios 100% filatelia o 100% numismáticos, y otros que comparten preferencias, incluso con otros muchos coleccionables.
Y hablando de relaciones, ¿qué grado de acercamiento tiene usted con el presidente de la Asociación Española de Numismáticos Profesionales AENP, Adolfo Cayón?
Inmejorables. Trabajar con Adolfo ha sido y es un placer. Siempre hemos tenido desde que ambos llegamos a las presidencias unas relaciones fenomenales y pleno apoyo mutuo en cuanto hemos emprendido.
¿En alguna ocasión, reciente o pasada, se han planteado ANFIL-AENP o viceversa algún tipo de “arrejuntamiento”, que diría nuestro querido Paco Martínez Soria?
Pues la verdad es que también desde que accedí a la presidencia de ANFIL ha sido uno de los objetivos de nuestra junta directiva. Somos del pensamiento que sólo desde la unión se logra la fuerza. La palabra “arrejuntamiento” que sugiere es acaso la más apropiada para definir los intentos que hemos ofrecido a AENP. No sé la fórmula jurídica que sería viable (federación, confederación, fusión etc..) pero lo cierto es que desde la AENP (y a nosotros nos parece fenomenal) quieren mantener su propia idiosincrasia. Nosotros hemos ofrecido compartir instalaciones, proyectos, etc., manteniendo nuestras instituciones ambos. En fin, es un tema a desarrollar y a continuar trabajando.
Más de un numismático profesional, por un lado, y más de un filatélico profesional, por otro, coinciden en que son sectores paralelos pero imposibles de que se crucen, ¿cuál es su opinión al respecto?
Yo respeto esa opinión pero discrepo. En un parlamento caben las formaciones más dispares. ¿Por qué no en una asociación de empresarios que se dedican a los bienes de colección? Nos afectan muchas cosas comunes: desde bienes culturales, regímenes especiales de I.V.A. de coleccionismo, regulación de patrimonio histórico… y además no somos un millar de empresas siquiera: somos dos o trescientos profesionales llamados al entendimiento.
Cómo es posible que cientos de asociaciones de coleccionistas (Asociación Filatélica y Numismática de …), convivan con los dos sectores en sus senos y las entidades asociativas del comercio no se sientan oficialmente ni a tomar café…
Hombre.. ¡Claro que me siento a tomar café! En eso andamos. Y de hecho creo que es el camino como ya digo. Por lo que toca a ANFIL incluso modificamos nuestros estatutos para dar cabida o federarnos con otras asociaciones de numismática y coleccionismo y a sus miembros en base a acuerdos concretos.
¿Son muy diferentes los problemas que tienen los comerciantes filatélicos a los de igual rango pero numismáticos?
Son bastante similares. Luego cada uno tiene sus peculiaridades: el control o la especial fiscalidad del oro, la expertización, omnipresente en el mundo filatélico en pieza de enjundia y prácticamente ausente en la numismática, las propias organizaciones en sí pues mientras que nosotros organizamos desde arriba, desde ANFIL, dos o tres grandes ferias anuales, los numismáticos son más digamos “cooperativos”: AENP recoge las propuestas de sus socios para organizar convenciones casi semanales a lo largo de todo el país. ¿Cuál es el mejor modelo? ¿Por qué no consensuar un programa conjunto que atraiga más público a nuestras ferias y a las convenciones numismáticas?
¿Cuáles son los principales problemas con los que se encuentran actualmente los profesionales filatélicos?
Llegar a fin de mes. ¿Y usted? Ya sin bromas, aunque haya cierta verdad en mi rotunda afirmación, por otro lado general a todo desde 2007. Parece que vamos saliendo de la crisis, se aprecia otra alegría en las ventas en las tiendas y en las subastas. Pero uno de los grandes problemas de la Filatelia es la proliferación de emisiones y la subida de los faciales frente al desuso de los mismos por otros sistemas de franqueo. Problema que por cierto es similar al numismático con las series de colección, en mi opinión. Por otro lado, ambos sectores han sufrido una fuerte descapitalización. Pero soy optimista: el hombre es un animal que colecciona. Coleccionaba desde los romanos y coleccionará. Coleccionar aporta cultura (y mucha), orden, serenidad, y encima se trata de una forma de ocio que constituye sin duda una forma de ahorro e inversión.
Como presidente de ANFIL y como profesional del mundo de las subastas qué opina de Internet, ¿ayuda al coleccionismo o hace daño?
Si se refiere al comercio por internet, una botella de buen vino te provoca placer. Mucho vino y de una vez te emborracha. El comercio filatélico y numismático ha llegado tarde al mundo de Internet dejando un hueco que ha sido rellenado en muchos casos por chamarileros que han vendido y venden material falso, reparado, etc… sin la menor garantía. Es como ir a comprar un diamante al Rastro… No es el sitio. Pero desde hace ya tiempo, las principales firmas de ambos sectores se están posicionando bien con sus propias webs, muchas realmente interesantes y atractivas, y a través de las plataformas tradicionales de venta o subasta de internet. El coleccionista está volviendo al lugar lógico de compra: el profesional, aunque sea ahora por Internet, que es el que le garantiza lo que le vende.
Por otro lado, es tal el cúmulo de información que nos aporta Internet sobre nuestra afición, a través de páginas de estudios, blogs, periódicos digitales como el suyo, foros etc., que no podemos sino felicitarnos por ello.
¿Han desaparecido las fronteras comerciales con Internet?
A título personal le diré que nunca he tenido una frontera comercial, pero si se refiere al libre acceso a empresas o casas de subastas de todo el mundo podría decir que sí. Antes se enviaban pesados catálogos a escogidos clientes a nivel mundial. Ahora todo el mundo tiene acceso a las subastas u ofertas de firmas de todo el mundo a partir de un simple email.
¿Es fiable esa vía comercial un tanto incontrolada?
Ya comento que hay que recurrir al profesional siempre, ya sea en sus propias webs o a través de plataformas comerciales, para una pieza de siquiera de mediano precio. Ello le evitará disgustos.
En la Plaza Mayor de Madrid, o en la Plaza Real de Barcelona van desapareciendo poco a poco puestos o paradas con exclusivo producto filatélico, mientras ocupan sus lugares vendedores numismáticos. ¿Ocurre igual en la Plaza del Cabildo de Sevilla? ¿A qué se debe: jubilaciones, falta de clientes…?
No he apreciado yo esa circunstancia. Si he apreciado la generalización a otros coleccionismos: pasaron, pasan y pasarán las tarjetas de teléfono, la lotería, los pins, las placas de cava y mil y un coleccionismos más, pero la Filatelia y la Numismática son los reyes del coleccionismo, las que congregan a millones de personas en todo el mundo.
Usted decía recientemente en una entrevista que “a la Filatelia le faltan niños”, me imagino que refiriéndose al recambio generacional. ¿Realmente es preocupante la falta de continuidad en el coleccionismo?
Se colecciona lo que se palpa, lo que se mama desde chiquitito. Y esta juventud viene muy “digitalizada”: su ocio lo completa con videojuegos de ordenador, móviles etc. Y a mí me da pena por lo que se están perdiendo. ¿Cómo explicarles lo feliz que uno se puede sentir cuando encuentras esa pieza que llevabas buscando años, con ese descubrimiento que has hecho estudiando el tema que coleccionas, con lo que aprendes de nuestra historia, de nuestra cultura? Yo estoy apreciando una savia nueva “treintañera”, gente que no ha coleccionado de niño, pero que una vez establecido en la vida, casado y con sus hijos en marcha, se incorpora al mundo de coleccionismo, a lo mejor ahíto del mundo digital y deseoso de pertenecer a nuestro club, que a mí me gusta llamar “el club de los últimos románticos”.
¿Seguirá usted apostando por la numismática, como complemento en sus subastas filatélicas y como producto de venta en su establecimiento?
Sin dudarlo.
Respuesta contundente de Mario Mirmán que sale literalmente “disparado” hacia Londres donde le esperan varios encuentros comerciales, tanto filatélicos como numismáticos, a los que sacar provecho. Mientras tanto, nos preguntamos: ¿Será verdad que, además de sentarse a tomar café, puede haber acciones de futuro entre ANFIL y AENP?