Tras la firma del Pacto de Familia con Francia en 1761, y en el marco de la Guerra de los Siete A�os, una enorme flota brit�nica al mando del almirante George Pocock, compuesta de 23 nav�os, 24 fragatas, 150 barcos de transporte y 14.000 soldados de asalto, m�s tarde reforzados por otros 4.000, atac� La Habana el 6 de junio del a�o siguiente. Los defensores espa�oles, unos 4.000 soldados regulares reforzados por 10.000 voluntarios y milicianos, ofrecieron una resistencia a ultranza a la invasi�n, principalmente la guarnici�n de El Morro, comandada por Luis de Velasco, un capit�n de nav�o curtido en la reconquista de Or�n y en la Guerra del Asiento, donde obtuvo fama y gloria por el apresamiento de varios buques brit�nicos de mayor tonelaje y bocas de fuego que la fragata que capitaneaba.

Asedio de las fuerzas navales brit�nicas al Castillo del Morro.
El asedio a la fortaleza del Castillo de los Tres Reyes del Morro, que protege la entrada de la Habana, dur� dos meses, en notorias condiciones de inferioridad. Cuentan las cr�nicas que el fuego que ca�a sobre �l le hac�a parecer un volc�n en erupci�n. Tras cuarenta y cuatro d�as de feroces combates, los brit�nicos consiguieron con una mina abrir una brecha en sus fortificaciones. El d�a 30 de julio fue herido de un balazo en el pecho el heroico Luis de Velasco, y poco despu�s cay� su segundo al mando, el marqu�s Vicente Gonz�lez.

Luis Vicente de Velasco. Museo Naval, Madrid.
Velasco fue trasladado a La Habana, al conceder los brit�nicos una tregua de veinticuatro horas para facilitar su cuidado, y fueron sus m�dicos quienes intentaron sin �xito salvar su vida, muriendo al d�a siguiente. Los brit�nicos respetaron su sepelio en el convento de San Francisco y contestaron desde su campamento a las salvas que en su honor dispararon las tropas espa�olas. Finalmente, la ciudad cay� el 13 de agosto, y en la misma permanecieron los brit�nicos hasta el 6 de julio del a�o siguiente, cuando en virtud de lo acordado en el Tratado de Versalles devolvieron la plaza a Espa�a.
Por esta acci�n, Carlos III mand� erigir una estatua en el pueblo natal de Velasco, Meruelo, en Cantabria, concedi� a su hermano ��igo Jos� un marquesado con una asignaci�n de 4.000 pesos anuales y le otorg� asimismo el mayor honor a que puede aspirar un marino, que siempre haya en la Armada espa�ola: un nav�o que lleve su nombre. Los brit�nicos, por su parte, levantaron un monumento en su memoria en la Abad�a de Westminster y guardaron la bandera tomada en El Morro en la Torre de Londres. Hasta comienzos del siglo XX, los buques de guerra brit�nicos disparaban salvas en su honor a su paso por su pueblo natal.

Grabador general de la Casa de la Moneda de Madrid, Tom�s Francisco Prieto.
Seg�n Juan Agust�n Ce�n Berm�dez, fue el propio Tom�s Francisco Prieto quien se ofreci� en 1763 a grabar la medalla conmemorativa de esta gloriosa defensa, con la que la Academia de San Fernando hab�a de premiar a los pintores y escultores que obtuviesen dos premios extraordinarios de primera clase. Dado que se hab�a de contar con el permiso real para su acu�aci�n, el propio monarca se implic� en su dise�o, como consta en las actas de la Academia y recoge Isabel Rodr�guez, y entre sus sugerencias estuvo la de incluir en la medalla a Vicente Gonz�lez, dado que en un principio estaba previsto que en la misma s�lo apareciese Luis de Velasco. En su dise�o intervinieron, adem�s de Prieto, algunos profesores de pintura y escultura de la Academia, y para el dise�o del castillo se copi� un plano del a�o 1737.
La medalla tiene un di�metro de 49,5 mil�metros, y el peso de la de plata es de 72,22 gramos y la de bronce de 52,44 gramos, en los ejemplares estudiados. Presenta en su anverso los bustos superpuestos de Luis de Velasco y Vicente Gonz�lez, de perfil a la derecha, imberbes, con peluca y coleta, casaca y manto. Vicente Gonz�lez lleva la cruz de Santiago colgada al cuello. En la parte superior aparece la leyenda LVDOVICO DE VELASCO ET VINCENTIO GONZALEZ. Debajo de los bustos aparece el apellido del grabador, PRIETO.

En su reverso recoge el castillo del Morro en el momento de la explosi�n de la mina en su costado, a su izquierda la escuadra inglesa y a la derecha una parte de las fortificaciones de la plaza y varios buques al fondo. En la parte superior aparece la leyenda IN MORRO VIT. GLOR. FVNCT (En el Morro fueron vencidos con gloria), y en exergo, en cuatro l�neas, la leyenda ARTIVM ACADEMIA CAROLO REGE CATHOL ANNVENTE CONS. A. MDCCLXIII (La Academia de Bellas Artes, con la aquiescencia del rey cat�lico Carlos, la consagra el a�o de 1763).
En abril de ese mismo a�o se solicit� permiso al Secretario de Hacienda para poder acu�ar en la Casa de Moneda esta medalla. En junta de 14 de abril de ese a�o se acord� la acu�aci�n de seis ejemplares en oro, destinados al monarca, el pr�ncipe, la reina madre, la familia de Velasco, la de Gonz�lez y otra para el archivo de la propia Academia, cien de plata y muchas de metal. Finalmente, y ante la fuerte demanda, se emitieron cuarenta y cuatro de oro, doscientas cincuenta de plata y ciento dos de cobre. Como recoge Marina Cano, de acuerdo con el acta de la asamblea de 21 de marzo de 1768 se vendieron al precio de 1.079 reales cada ejemplar las de oro, a 45 reales las de plata y a 12 las de cobre. Los troqueles de acero de esta medalla quedaron en la F�brica Nacional de Moneda y Timbre. En una sesi�n ordinaria del mismo a�o de la emisi�n de la Real Academia de la Historia consta que Francisco de Rivera entreg� un ejemplar de esta medalla, junto con otra mandada hacer por el Rey para colocarla en los cimientos de la nueva Casa de Correos, por un valor intr�nseco y de adquisici�n de 1.605 reales y 5 maraved�es.

Vista a�rea actual del Castillo del Morro, La Habana, Cuba.
Cuando en 1828 se construy� en La Habana el Templete, por acuerdo del Cabildo de la ciudad se deposit� en un arca de bronce a la que se llam� Caja de Memorias, junto a otras monedas, documentos y libros, un ejemplar de la misma. Esta arca se situ� en la base de la primera columna de la derecha, a la entrada del edificio, y all� sigue. Esta medalla fue puesta de ejemplo por Basilio Sebasti�n Castellanos en su Cartilla Numism�tica como representativa del t�rmino Ilustres, �las medallas acu�adas para perpetuar la memoria de los grandes hombres en todos g�neros, � de un acontecimiento extraordinario�.
Bibliograf�a
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La medalla dedicada a la defensa del Morro contra los ingleses. CubaMuseo.com
Galer�a On-line. Museo Nacional del Prado
Ficha de Cat�logo-Inventario. Fundaci�n L�zaro Galdiano