
Mario Draghi dijo que los ahorradores no se verían penalizados y que podrían usar en su lugar el billete de 200 euros. “Las personas podrán continuar ahorrando con billetes de 200 euros”, dijo Mario Draghi a los diputados en el Parlamento Europeo, diciendo que los gobernadores de la entidad bancaria europea estaban considerando la iniciativa.
“El billete de 500 euros es considerado cada vez más como un instrumento para actividades ilegales”, dijo Draghi. "No tiene nada que ver con reducir el efectivo", agregó. La cantidad de efectivo en la zona euro subió a más de un billón de euros el año pasado, y más del 30% del total son billetes de 500 euros, reflejando los temores sobre los bancos además de la exasperación por la baja rentabilidad del ahorro.
Los ministros de Finanzas europeos pidieron al BCE que estudiase modos de limitar el acceso a estos billetes dentro de una iniciativa para cortar la financiación a la actividad insurgente.
El billete tiene un valor más de cinco veces superior al mayor billete en circulación en Estados Unidos: el de 100 dólares.

Alemania fue uno de los primeros defensores del billete de 500 euros, que igualaba el valor de su antiguo billete de 1.000 marcos y respondía a la preferencia tradicional de los alemanes al efectivo sobre el dinero electrónico.
El almacenamiento de efectivo se acentuó durante los años de crisis. Los controles de capitales prohibieron grandes retiros de efectivo en Grecia, donde los ahorristas han acumulado decenas de miles de millones, después de que los grandes depositantes perdieran dinero en el rescate financiero del país.

A este respecto, el ministro de Economía y Competitividad en funciones, Luis de Guindos, ha afirmado que el Gobierno español es favorable a la retirada de los billetes de 500 euros, una medida “adecuada en la lucha contra el blanqueo de capitales”.
De Guindos, a preguntas de los periodistas antes de participar en una encuentro con agentes del mundo empresarial de Navarra, ha recordado que apoyó esta iniciativa en el Ecofin, al considerar que se trata de “una medida adecuada desde el punto de vista de lo que es especialmente la lucha contra el blanqueo de capitales y todo lo que tenga que ver con corrupción”.
En este sentido, el ministro ha remarcado que “en estas cuestiones siempre se dice que el dinero tiene que cumplir tres funciones, es una unidad de cuenta, un depósito de valor y un medio de pago”, una función, que en su opinión, los billetes de 500 euros no cumplen.
Por tanto, agregó Luis de Guindos, el “Gobierno español está a favor de la retirada de los billetes de 500 euros”, después de que Mario Draghi confirmara que el Banco Central Europeo (BCE) está considerando retirar de la circulación estos billetes, por la creciente preocupación en la opinión pública de que están siendo utilizados para actividades delictivas, como la corrupción o la financiación del terrorismo.

El 75% del dinero en circulación que hay en España -45.528 millones de euros- corresponde a billetes de 500 euros, un porcentaje que se ha triplicado desde el primer año en que entró en vigor la moneda única en enero de 2002, cuando apenas representaban el 25,1% del total, según los Técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA) a partir de los datos del Banco Central Europeo (BCE) y del Banco de España.
El peso de los billetes grandes sobre el dinero total en España es más del doble que en la Euro Zona, donde actualmente suponen casi el 30% de los 1,1 billones de euros que hay en circulación, a pesar de que la mayoría de ciudadanos de la UE nunca ha visto de cerca uno de ellos. Si bien el BCE se plantea eliminarlos al ser considerados como instrumento masivo del fraude fiscal y de la delincuencia en estos últimos catorce años.
Los billetes de 500 euros que circulaban por España llegaron a suponer un cuarto del total de los que se movían por toda la Eurozona entre 2005 y 2007, en el cénit de la burbuja inmobiliaria en nuestro país. Si bien la crisis hizo que disminuyera su uso, hasta suponer actualmente el 11,1% de los billetes grandes de toda la Zona Euro. No obstante, su peso en el total del dinero en circulación en nuestro país no ha parado de crecer en los años de recesión, en contraste con el ligero descenso acontecido en la eurozona.