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La Monnaie de Paris

Nuréyev y la Ópera Garnier en el “Arte de la Danza”

Nuréyev y la Ópera Garnier en el “Arte de la Danza”
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:47h

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ND© Una nueva serie se suma a las emitidas por la Monnaie de Paris (Casa de la Moneda de Francia, ceca de Paris) dedicada en esta ocasión al mundo del Arte, en concreto a las siete disciplinas artísticas: la danza, la música, la arquitectura, el cine, la escultura, la poesía y la pintura. Habrá sólo una emisión anual durante siete años, y las monedas contarán con una disciplina artística, un artista y un lugar. Esta primera edición cuenta con el Arte de la Danza, con el bailarín Rudolf Nuréyev, y con la Ópera Garnier u Ópera de Paris. (Leer +)


Esta primera emisión cuenta con una versión en plata de 900 milésimas, con un peso de 22’20 gr., diámetro de 37 mm., 10.000 ejemplares de tirada y valor facial de 10 euros. También se ha acuñado una versión en oro de 920 milésimas, con un peso de 8,45 g. y un diámetro de 22 mm. y una tirada de 2.000 monedas. El valor facial es de 50 euros. Ambas monedas han sido diseñadas por Christian Lacroix.



El anverso reproduce el retrato de Rudolf Nuréyev, a los 25 años de edad con un fondo decorado con un Kilim (alfombra de lana bordada), al que el artista era particularmente aficionado y hoy decora su tumba. Sobre el fondo las leyendas “10 Euro”, “Rudolf Noureev” y el país emisor “RF” (República Francesa).



El reverso muestra al bailarín y coreógrafo Rudolf Nuréyev ejercitando una de sus danzas clásicas y al fondo la fachada de la Ópera Garnier u Ópera de Paris, de la que fue director desde 1983 a 1989. Como leyendas, el título de la emisión “La Danse” (La Danza) y el año e emisión “2013”.



Rudolf Jamétovich Nuréyev nació en la Unión Soviética el 17 de marzo de 1938, nombrado por muchos críticos como el mejor bailarín del siglo XX, y posiblemente, el mejor que jamás haya existido.
De niño fue alentado a bailar danzas folclóricas bashkirias, siendo un bailarín precozmente destacado. Debido a la interrupción de la vida multicultural soviética causada por la Segunda Guerra Mundial, Nuréyev no pudo comenzar sus estudios en una buena escuela de ballet hasta 1955, cuando fue enviado al Instituto Coreográfico de Vagánova, dependiente del Ballet Kírov en Leningrado. Al cabo de dos años Nuréyev ya era uno de los bailarines rusos más conocidos.

En 1961 su vida cambió. El principal bailarín del Kírov, Konstantín Serguéyev, sufrió un accidente y Nuréyev fue elegido para sustituirlo en París. Allí, su actuación impresionó al público y a la crítica. Desertó de la URSS y solicitó asilo político en Francia, nunca más volvió a pisar suelo ruso. Su dramática deserción y su talento excepcional lo convirtieron en una estrella internacional.



Durante una gira en Dinamarca conoció a Erik Bruhn, un bailarín diez años mayor que él, que se convertiría en su amante, su mejor amigo y su protector durante varios años. Nuréyev conoció a Margot Fonteyn, la principal bailarina británica de su época, con la que tuvo una relación profesional y amistosa. Ella lo introdujo en el Royal Ballet de Londres, que se convertiría en su base de operaciones durante el resto de su carrera artística.

Nuréyev fue inmediatamente solicitado por cineastas, y en 1962 hizo su debut cinematográfico en una versión de Les Sylphides (Las Sílfides). Comenzó con danza moderna en el ballet nacional de los Holanda en 1968 y en 1972, Robert Helpmann lo invitó a una gira por Australia con su propia producción de Don Quijote, haciendo allí su debut como director.

En 1983 fue nombrado director del Ballet de la Ópera de París, donde además de ejercer de director también continuó bailando. A pesar de su avanzada enfermedad hacia el final de su cargo, trabajó incansablemente produciendo algunas de las obras coreográficas más revolucionarias de su época.



Cuando el sida apareció en Francia alrededor de 1982, Nuréyev, al igual que muchos otros homosexuales franceses, ignoró la seriedad de la enfermedad. Supuestamente contrajo el VIH durante el comienzo de los años 1980. Finalmente, sin embargo, tuvo que aceptar el hecho de que estaba muriendo. Ganó la admiración de muchos de sus detractores por su coraje durante este período, y continuó apareciendo públicamente a pesar de su empeoramiento físico. En su última aparición, en 1992 en el Palacio Garnier de París, Nuréyev recibió una emocionante ovación del público. El ministro francés de cultura, Jack Lang, le hizo entrega del mayor trofeo cultural de Francia, el de “Caballero de la Orden de las Artes y Letras”. Murió meses más tarde, a la edad de 54 años, en la ciudad de París.

Recibió sepultura días más tarde en el cementerio de Saint-Geneviéve-des-Bois, el día 13 de enero de 1993, a tan sólo una veintena de metros de la tumba del coreógrafo Serge Lifar.
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