El blíster del set ha sido diseñado por A. Michelioudaki y el anverso nacional de la moneda conmemorativa de 2 euros por G. Stamatopoulos.

El reverso es el común a todos los países de la zona Euro obra de Luc Luycx de la Real Fábrica de Monedas de Bélgica.: un gran dígito “2” correspondiente al valor nominal, con un mapa que reproduce los 28 países de la Unión Europea y sus territorios de ultramar, con 12 estrellas y barras, como si formaran banderas de los países que iniciaron la UE.

El anverso, obra de G. Stamatopoulos, muestra una representación simbólica de la lucha de Creta contra los otomanos por la unión con Grecia: varios cretenses ondean una bandera griega, rodeados por vegetación típica de la isla. La imagen central está rodeada por la leyenda con el nombre del país emisor “ΕΛΛΗΝΙΚΉ ΔΗΜΟΚΡΑΤΊΑ” (República Helénica), los años de la conmemoración “1913-2013”, la marca de la Ceca de Halandri y la leyenda en caracteres griegos de la conmemoración “100 ΧΡΟΝΙΑ ΑΠΟ ΤΗΕΝ ΕΝΩΣΗ ΜΕ ΤΗΕΝ ΕΛΛΑΔΑ (100 años de la unión de Creta con Grecia).

Creta es la isla más grande de Grecia y la quinta en tamaño del Mar Mediterráneo. El archipiélago cretense conforma una de las 13 periferias y una de las 7 administraciones descentralizadas de Grecia. Hasta principios del siglo XX también se la conoció con el nombre de Candía, topónimo que deriva del latín candidus (blanco) y que le aplicaron los marinos y comerciantes italianos del Medievo. Posee una superficie de 8.300 kilómetros cuadrados, una costa de 1.040 kilómetros, y una población de unos 600.000 habitantes. Su capital es Heraclión.
Creta fue antiguamente el centro de la civilización minoica (2700–1420 a d.C.), considerada la más antigua civilización de la que se tengan registros en Europa.
El declive que se inició con la completa dominación otomana, estuvo jalonado por revueltas que estallaron a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Durante el periodo de 1832 a 1840 la isla estuvo bajo control del gobierno egipcio y conoció una cierta mejora que no se consolidó al volver a la tutela turca.

Tras el estatuto de 1868, respaldado por el congreso de Berlín de 1878, y a consecuencia de una nueva revuelta de la población griega, se firmó el “Pacto de Halepa” que supuso un cierto avance hacia la autonomía y un gobierno representativo, bajo la supervisión de las potencias europeas. Sin embargo, la mala gestión de las autoridades turcas encabezadas por el gobernador Turhan Pashë Përmeti provocó en 1897 un nuevo levantamiento, esta vez general, que contó con el apoyo militar de Grecia. Aunque el levantamiento acabó siendo aplastado, la intervención de las grandes potencias obligó a las tropas turcas a abandonar la isla en 1898 y a concederle el estatuto de principado autónomo, regido por el príncipe Jorge de Grecia, bajo soberanía otomana. A cambio Grecia hubo de renunciar a sus aspiraciones con respecto a Creta.

Una nueva revuelta que aspiraba a la unión con Grecia se produjo en 1905, liderada por Eleftherios Venizelos, que culminó en la expulsión del príncipe Jorge. En 1908, los diputados cretenses proclamaron la unión con la Grecia continental. Dicha unión no se formalizó hasta el final de las Guerras Balcánicas en 1913, momento desde el que Creta forma parte del estado griego.