�El presidente Comit� Ol�mpico Nacional de San Marino, Gian Primo Giardi,�� �particip� en la presentaci�n de la moneda, como m�ximo representante del deporte de San Marino, rindiendo homenaje al inolvidable campe�n del deporte del ciclismo mundial en la reuni�n celebrada en el Palacio Begni que tambi�n cont� con la presencia de Andrea Bartali, el hijo del tres veces ganador del Giro de Italia y dos veces ganador del Tour de Francia.
�La moneda acu�ada por el Istituto Poligrafico e Zecca dello Stato (Casa de la Moneda de Italia, Ceca de Roma), se ha realizado a partir del boceto de Valerio De Seta, dise�ada por Frantisek Chochola (anverso) y Luc Luycx (reverso), siendo el autor del grabado Ettore Lorenzo Frapiccini. Cuenta con un valor nominal de 5 euros, acu�ada en plata de 925 mil�simas, con 18 gr. de peso, 32 mm. de di�metro y 20.000 ejemplares de tirada.
�El reverso muestra una imagen de Gino Bartali ya en su etapa de leyenda hist�rica, rodeado por la leyenda con su nombre. A la derecha del busto la marca de Ceca �R� de Roma, y el a�o de su nacimiento �1914� y el de la emisi�n �2014�;� la izquierda el valor nominal de �5 Euro�
�El anverso reproduce la imagen del ciclista Gino Bartali, apodado�il Ginettaccio, montado en su bicicleta cl�sica, con el maillot que le encumbro a los m�s altos podios, y de fondo las siluestas de las famosas torres de San Marino�sobre las escarpadas cumbres que tantas veces conquist�. Rodea la leyenda con el nombre del pa�s emisor �Repubblica Di San Marino� y la firma �V de Seta� del autor del boceto.
Gino Bartali�(naci� el�18 de julio�de�1914�en�Ponte a Ema�(Florencia) - falleci� el�5 de mayo�de�2000), apodado�il Ginettaccio�fue un ciclista�italiano, profesional entre los a�os1935�y�1954, durante los cuales consigui� 91 victorias.
En�1936, con un�Giro de Italia�ya ganado, Bartali estuvo a punto de abandonar el ciclismo a causa de la muerte de su hermano Giulio. Afortunadamente para todos los aficionados al ciclismo, Bartali continu� compitiendo.
Gino Bartali muri� en el a�o 2000 sin que nadie supiese su verdadera historia, la del corredor grandioso que dedic� dos a�os de su existencia a salvar la vida de ochocientos�jud�os. Para ello se vali� de su bicicleta donde escond�a la documentaci�n necesaria para sacarlos de�Italia. Y as�, bajo la apariencia de simples entrenamientos, llevaba los papeles de un lado a otro. Nadie sospechaba en aquel momento de uno de los grandes mitos del deporte italiano, del hombre que hab�a conseguido darle a�Mussolini�el�Tour de Francia en 1938.
Gino Bartali escondi� un secreto durante casi sesenta a�os. En el a�o 2000 se fue a la tumba con �l y s�lo un descubrimiento casual permiti� conocer la dimensi�n humana que uno de los grandes ciclistas del siglo XX alcanz� durante la�II Guerra Mundial. Nacido en la Toscana, en el seno de una familia humilde que se dedicaba a trabajar el campo, Bartali comenz� a correr gracias a que su padre le encontr� trabajo en un taller de reparaci�n de bicicletas. Su due�o, contento por el trabajo de Gino, le regal� una y le anim� a que se entrenase. A partir de ah� las escarpadas carreteras de la regi�n fueron su espacio natural.
Pero antes de que el Campionissimo de la historia del ciclismo Bartali estaba considerado como el ciclista del r�gimen de�Mussolini. El Duce, en su delirio, so�aba con ver a un italiano derrotando a los franceses en el Tour y todas las miradas se volvieron hacia Bartali, que en 1936 ya se hab�a adjudicado el Giro y era una celebridad en todo el pa�s. En 1937 una ca�da frustr� su misi�n.
Lo que nadie imaginaba es que en aquellos a�os oscuros Bartali, uno de los s�mbolos del�Partido Nacional Fascista, era en realidad uno de los personajes claves de una organizaci�n dedicada a salvar la vida de los jud�os italianos a los que los alemanes quer�an enviar a sus hornos crematorios. Gino Bartali segu�a por las carreteras de la�Toscana�o�Umbr�a. Nadie pod�a suponer que en el cuadro de su bicicleta o debajo de su sill�n transportaba documentos y pasaportes destinados a los jud�os que se escond�an en algunos de los monasterios italianos.
Bartali no despertaba demasiadas sospechas pese a que la guerra imped�a cualquier competici�n y resultaba extra�o ver a alguien entren�ndose en aquel ambiente. Corr�a con ropa en la que se pod�a leer su nombre lo que le permit�a recorrer kil�metros recibiendo los saludos efusivos de los soldados italianos, para los que era un aut�ntico �dolo. Era el correo perfecto.
Varios arzobispos se dedicaban a elaborar los pasaportes destinados a salvar la vida de cientos de jud�os, que Bartali transportaba jug�ndose la vida en aquellos viajes por las carreteras que conoc�a como nadie. Durante 1943 y 1944 el corredor toscano, el beato Bartali, se dedic� a esa misi�n sin que nadie le delatase. Acab� la guerra y aquellos entrenamientos kil�metros a�n le valieron en su carrera deportiva porque con 32 a�os pudo ganar en�1946 el Giroy en�1948, con 34, se apunt� el Tour de Francia en una demostraci�n colosal en la monta�a ya que se impuso en siete etapas de aquella edici�n.
Bartali se retir� a su tierra, a�Florencia, y durante cincuenta a�os no dijo nada de su trabajo para ayudar a los jud�os que habitaban Italia. Durante d�cadas qued� sobre �l la etiqueta de haber sido el corredor de los fascistas. No le import�. Se muri� en el a�o 2000. El mundo s�lo descubri� su magnitud en 2003 cuando los hijos de Giorgio Nissim encontraron un viejo diario de su padre en el que detallaba la forma en que funcion� la red clandestina dedicada a conseguir documentos que salvasen la vida de los jud�os.
All�, en aquellos papelajos, se explicaban minuciosamente los viajes que hac�a Bartali, los kil�metros que recorr�a, los papeles que escond�a su bicicleta y, sobre todo, lo abnegado de su dedicaci�n a la causa. Los Nissin contaron lo que su padre escribi� y entonces empez� a cobrar sentido tanto entrenamiento en una �poca en la que costaba ver a un ciclista recorrer una carretera italiana. Italia descubri� a uno de sus grandes h�roes. Los Nissin tambi�n contaron el dato m�s importante que escond�a el diario de su padre: 800 jud�os evitaron el viaje a alg�n campo de concentraci�n de los alemanes gracias a las piernas de Gino Bartali.
No es sorprendente que haya sido declarado "Justo entre las Naciones" por Yad Vashem, memorial oficial de Israel de las v�ctimas del Holocausto establecido en 1953.�