Calor, sí, en Sevilla y más en verano (agosto ya es el súmmun), se derriten hasta los hierros del Puente de Isabel II o Puente de Triana, como prefieran. Pero, por fortuna de la naturaleza, en estos días se puede pasear hasta con corbata al cuello, y no se acaba en Urgencias. Al menos, el que suscribe, ha pasado la prueba y aquí estamos, dándole al teclado del portátil.
Suerte de los sevillanos el poder vivir en la Tierra de María Santísima y para los foráneos que podemos disfrutarla, aunque no sea turísticamente, que eso son ya palabras mayores, y envidia desgarradora, de los que nos conformamos con el ir y venir por la capital del Guadalquivir, devorando visualmente cada rincón desde la ventanilla de un taxi.
Al lío, señores, que dicen por acá. ¿Han visto ustedes que historia tan idílica, diplomática y ejemplarizante nos dio Marco Aurelio hace 1.855 años? Sí, casi dos mil años, cuando el nuevo emperador Marco Aurelio, sucesor a la muerte de Antonino Pio, decide en el año 161 d.C. que los destinos de la Roma imperial (más de medio mundo conocido en esa época) debían ser gobernados a la par por su “hermano” de adopción Lucio Vero (más alto, más guapo y con los ojos más azules) y por él mismo.
Marco Aurelio da una lección de historia, de diplomacia, de política y de sabiduría, que ya quisieran los políticos de ahora que debaten en el Congreso de los Diputados si habrá gobierno o terceras elecciones con villancicos y peladillas. Es cuestión de miras de alto nivel y de corazón potente, que sopesa más la calidad de futuro de un gran país (entonces Roma), que la futilidad del “No” permanente y bizco con finalidades propias y partidistas. “Pues con ese no juego y me llevo la pelota, que aunque nos es mía no puedo vivir si ella”…
Si supieran lo que piensan aquí en Sevilla… Susana Díaz, la presidenta andaluza, no para de ir de la Vírgen de la Esperanza de Triana a la Vírgen de la Macarena, encendiendo velas y rezando para que a uno propio se le caiga la venda de los ojos y se deposite en su boca…
Pero, por desgracia, Marco Aurelio sólo hubo uno, al igual que Lucio Vero, que quiso plasmar su paso por el capitolio romano dejando constancia de la audaz apuesta de un gobierno conjunto. Esa moneda, fiel testigo de la historia, un áureo, nos deja marcado en su reverso cómo hay que hacer política y gobierno: estrechándose las manos.
En Destacada “Numismático Digital” les cuenta cómo Heritage Auctions, desde la californiana Long Beach, saca a subasta una auténtica joya numismática e histórica, este áureo de Lucio Vero, que puede llegar a alcanzar en remate 40.000 dólares o más.
Si diera tiempo, “ND” haría una cuestación popular, con hucha y todo, para comprarla y regalar la pieza después a los máximos contendientes hispanos, para que se empaparan de imagen y contenido.
Pero además, “ND” les ofrece esta semana sus siempre interesantes noticias sobre la actualidad numismática de todos los rincones. Desde la siempre querida Argentina y su próximo VIII Encuentro Buenos Aires 2016; hasta la nueva emisión a nombre de Islas Cook (¿sabrán allí que cada dos por tres se hacen monedas para coleccionistas a su nombre?), que muestra una estatua del siglo XVII con un Cupido mostrando su culete de mármol en el anverso.
También hallarán información sobre la medalla estadounidense recién emitida por la US Mint, dedicada a la “American Liberty”; o el nuevo billete conmemorativo del Banco Nacional de Ucrania dedicado a su más famoso escritor, Iván Franko.
Y muchas cosas más…