En esta ocasión, el honor de acuñar la primera moneda ha correspondido al joven de Sydney, de 16 años, Luke Marshall, quien llevaba cuatro años intentándolo. Marshall disfrutó del honor de accionar el primero la prensa de visitantes de la Casa de la Moneda australiana y acuñar la primera moneda del año en el mundo.

Esta primera moneda, además, sirve para conmemorar el centenario del ferrocarril Trans-Australiano, cuya línea entre Kalgoorlie y Port Augusta se inauguró en 1917 y sirvió para conectar el este y el oeste del país. El diseño, como cada año, se mantuvo en secreto por parte de la Royal Australian Mint hasta el mismo día de Año Nuevo.
Este ferrocarril fue la obra de ingeniería de mayor envergadura acometida hasta ese momento en Australia. La construcción se inició en 1912 y concluyó en 1917. El viaje inaugural, entre las estaciones de Port Augusta y Kalgoorlie, se realizó el 17 de octubre de 1917.
El trazado, de 1.682 km. de longitud, se construyó a través de uno de los entornos naturales más desolados. Ello supuso tener que construir al mismo tiempo la infraestructura logística necesaria para atender a los más de 3.000 trabajadores, además de la maquinaria de construcción y los materiales, que cada vez se hallabn más alejados de la base.

Entre los diversos récords que ostenta esta construcción está el de contar con el tramo de vía recto más largo del mundo: 478 kilómetros y 193 metros.
Para muchos australianos, este ferrocarril simboliza la unificación del continente, la unión entre el este y el oeste. Su puesta en funcionamiento tuvo repercusiones no sólo políticas, sino también culturales y, por supuesto económicas. De hecho, muchas empresas radicadas en Perth cambiaron la forma de transportar sus mercancías, hasta entonces por vía marítima. Ello supuso un ahorro de costes y de tiempo.

La moneda se ha acuñado en tres versiones: aluminio y bronce, plata y oro. La de oro, de diez dólares australianos de valor facial, es de oro de 999,9 milésimas de pureza, calidad prueba. Pesa 1/10 de onza y mide 17,53 mm. de diámetro. Su emisión está limitada a 1.000 unidades.
La moneda de plata tiene un valor facial de 1 dólar australiano. Está acuñada en plata de 999 milésimas, también calidad prueba. Pesa 11,66 gr. y mide 255 mm. de diámetro. Su emisión se limita a 4.500 unidades.
Por último, la moneda de aleación de aluminio y bronce tiene un valor facial de 1 dólar australiano, calidad BU (brillante sin circular). Pesa 9 gr. y mide 25 mm. Forma parte de una emisión limitada a 15.000 unidades.

En los tres casos, el diseño es el mismo. En el anverso aparece el retrato de la reina Isabel II de Inglaterra realizado por el escultor británico Ian Rank-Broadley, cuyas iniciales “IRB” figuran, como es habitual, bajo el retrato de la soberana.A su alrededor aparece el nombre de la reina, “Elizabeth II”, el país emisor, "Australia", el año de emisión “2017” y el valor facial: “1 Dollar” (1 Dólar australiano, en las monedas de aluminio/bronce y plata), y “10 Dollars” (10 Dólares australianos, en la moneda de oro).

El reverso está diseñado por Tony Dean. Muestra una estilizada versión del tren que realizó el viaje inaugural de la línea: una locomotora de vapor clase G, que arrastra un vagón de carbón, el vagón de servicio y dos vagones dormitorio.El tren divide el campo de la moneda, longitudinalmente, en dos mitades iguales. En la mitad superior, a la derecha, aparece el sol y a la izquierda, el cielo. Ambos travesaños por las volutas de una columna de vapor que asciende desde la chimenea de la locomotora. En la columna de humo aparecen las iniciales “TD” del diseñador, Tony Dean.
Debajo del tren, en la mitad inferior, aparece la leyenda “Trans-Australian Railway Centenary” (Centenario del Ferrocarril Trans-Australiano). En el semicírculo inferior, se puede ver una cenefa que representa el trazado de las vías. Y a la derecha, la marca “C” de la ceca de Canberra, que aparece en las acuñaciones realizadas por los visitantes el día de Año Nuevo.
Cada uno de los 100 primeros visitantes recibe un certificado de la Royal Australian Mint. Y el primero de ellos recibe también una pieza de aluminio/bronce y una de plata, junto con el certificado que le acredita con el número uno.
Sin duda, una bonita tradición para atraer al público al coleccionismo y a la numismática.
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