La Real y Distinguida Orden Espa�ola de Carlos III fue fundada por el Rey del mismo nombre el 19 de septiembre de 1771, en celebridad del felic�simo nacimiento de su nieto el Infante Don Carlos Clemente, hijo de los Pr�ncipes de Asturias (Don Carlos, futuro Carlos IV y Do�a Mar�a Luisa de Parma). Para ello el monarca fundador tom� como inspiraci�n, en la creaci�n de la nueva Orden, la que estableci� en N�poles en 1738 bajo la protecci�n de San Jenaro y que vino a celebrar su matrimonio con la Reina Mar�a Amalia de Sajonia.
El lema de la nueva Orden fue �Virtute et Merito� lo cual marcaba los especiales servicios al monarca y a la religi�n que deb�an de tener los agraciados. El Rey puso a la Orden bajo la protecci�n de la Inmaculada Concepci�n de la que era extraordinariamente devoto, utiliz�ndose la imagen de la Virgen bajo esta advocaci�n en todas las insignias.
Los primitivos Estatutos as� como el Decreto de creaci�n llevan fecha de 24 de octubre de 1771, el primer d�a que la Princesa sali� a Misa tras el puerperio; en ellos se establec�an dos grados de caballeros dentro de la Orden: Grandes Cruces y los pensionados. Los primeros no exceder�an de sesenta y los segundos de doscientos, aunque el Rey siempre podr�a aumentarlos o disminuirlos a su voluntad. Todos ellos deb�an presentar sus correspondientes pruebas de nobleza. A estas dos primitivas clases se a�adir�a una tercera, en el a�o 1783, la de caballeros supernumerarios. El Pont�fice Clemente XIV aprob� esta Orden, confirm�ndola por Breve de 21 de febrero de 1772, y le concedi� gracias espirituales, que ampli� en otro Breve Su Santidad P�o VI, el 9 de diciembre de 1783.
Para el Gobierno de la Orden el rey cre� una Asamblea que entender�a los asuntos correspondientes a la misma, que se compon�a de un prelado, en funciones de Gran Canciller (que sol�a coincidir con el procapell�n mayor-limosnero de Palacio que era a su vez patriarca de las Indias Occidentales), y tres ministros seculares con los oficios de Secretario, Maestro de Ceremonias y Tesorero. Tres caballeros grandes cruces y tres pensionistas completaban los miembros integrantes de la Asamblea.
S.M. Don Carlos III primer jefe y Soberano de la Real y Distinguida Orden Espa�ola de Carlos III, ataviado con el manto y collar de la Orden. Anton Rafael Mengs. Palacio Real de Madrid.
El 12 de junio de 1804 Carlos IV reform� los primitivos estatutos en cuesti�n de insignias, vestiduras y otros honores (aunque las reformas ya se hab�an puesto en pr�ctica entre 1789 y 1792, como en lo relativo a la nueva banda, cruz de la Orden o al color de los mantos ceremoniales). A�adi� a la Asamblea un Contador y un Fiscal adem�s de un Caballero. Estos Estatutos van a ser la norma fundamental por los que se regir� la Orden, con algunas modificaciones, hasta 1931.
Los avatares de la Guerra de la Independencia obligaron al traslado de la Asamblea y dem�s oficinas a Sevilla y posteriormente a C�diz acompa�ando al Gobierno de la Naci�n. Mientras, era suprimida por el rey Jos� I, quien creaba por el Decreto de 18 de septiembre de 1809 la Orden Real de Caballer�a de Espa�a, de ef�mera vida como su reinado. Aunque en todo este tiempo no dej� de funcionar, podemos considerar el decreto del rey franc�s como la primera de las tres supresiones que la Orden sufri� en su historia.
El Rey Don Fernando VII, el 30 de septiembre de 1815, cre� una nueva placa para los Caballeros pensionistas, y el 29 de Abril de 1818 modific� el Estatuto X de las Constituciones, variando el sombrero, gola y zapatos que deben usar, seg�n su clase, los Caballeros de la Orden en las grandes solemnidades (cap�tulos). As� se mantuvo la Orden de Carlos III hasta que la Reina Gobernadora sustituy�, por Real orden de 13 de Enero de 1839, el juramento que prestaban los Caballeros m�s acorde con las nuevas instituciones constitucionales, que era as�:
Juro vivir y morir en vuestra sagrada religi�n y defender el misterio de la Inmaculada Concepci�n de la Virgen Mar�a; no emplearme directa ni indirectamente en nada contrario � la acendrada lealtad que debo � S.M . el Rey/Reina leg�timo de las Espa�as, (nombre del Soberano), Jefe y Soberano de la Orden; defender sus derechos y los de la naci�n consignados en la Constituci�n de la Monarqu�a; proteger � los leales y cuidar del auxilio de los pobres enfermos desvalidos, singularmente de los individuos de la Orden que hoy me admite en su seno.
Mientras que los extranjeros limitaban su juramento a vivir y morir en la Religi�n Cat�lica y defender el misterio de la Inmaculada Concepci�n de Mar�a Sant�sima.
Con la Reina Do�a Isabel II (primera mujer en ostentar la Orden como Gran Maestre), el 26 de julio de 1847, se establecieron nuevos reglas para la concesi�n de los diversos grados de la Orden incorpor�ndola al conjunto de las condecoraciones civiles que otorgaba el Estado. Se aumentaba el n�mero de los grados existentes de tres a cuatro. Estos eran: Caballeros Grandes Cruces (en n�mero de 120); los Caballeros pensionistas pasar�an a denominarse Comendadores de N�mero y los Caballeros Supernumerarios tomar�an la denominaci�n de Comendadores Ordinarios. Se creaba la figura del Caballero. Como originalidad se establec�a tambi�n una especie de escala de tal modo que no se pod�a alcanzar determinada categor�a sin antes haber alcanzado la inmediata anterior (de esta obligaci�n se exceptuaban a los ministros de la Corona, Presidentes de los Cuerpos Colegisladores, Capitanes Generales del Ej�rcito y de la Armada, Embajadores y Presidentes del Tribunal Supremo y los extranjeros). De esta medida quedaban excluidos los extranjeros. El art�culo 19 conten�a una medida innovadora al considerar suprimidas cualquier tipo de pruebas de nobleza para acceder a la Orden en todos sus grados, as� mismo quedaron suprimidas las pensiones que todav�a conservaban los antiguos Caballeros pensionistas. Se simplificaba de este modo el tr�mite y se facilitaba el acceso a la condecoraci�n de un mayor n�mero de personas.
S.M. la Reina Do�a Isabel II �nica soberana femenina que tuvo la Real Orden de Carlos III.
En el Real Decreto de 28 de octubre de 1851, la Reina mandaba que precediera siempre el acuerdo del Consejo de Ministros a la concesi�n de las Grandes Cruces y que los grados inferiores se otorgaran mediante propuesta del Ministro de Estado y o�do la Suprema Asamblea de la Orden, que informaba de las circunstancias de los candidatos propuestos a la condecoraci�n.
L�mina donde se representan las insignias de los distintos grados de la Real Orden de Carlos III (reinado de Isabel II).
No afectar�a a la Orden la ca�da en septiembre de 1868 de la Monarqu�a y la salida de Espa�a de Isabel II. Tanto los distintos gobiernos provisionales como la Monarqu�a de Don Amadeo I de Saboya respetaron su existencia y continua ron otorgando mercedes, con la llegada de la Primera Rep�blica en 1873 que las consider� a todas, sin excepci�n, extinguidas y disueltas sus Asambleas. El autor de tal supresi�n fue el ministro de Estado republicano don Emilio Castelar y Ripoll, mediante el Decreto de 29 de marzo de 1873, publicado en la Gaceta de Madrid de 2 de abril.
Con el restablecimiento de la Monarqu�a en la persona de Alfonso XII, vuelve la Corona a recuperar uno de sus �atributos esenciales�: �premiar los servicios extraordinarios prestados al Estado�. As� se estableci� por un Real Decreto de 7 de enero de 1875, publicado en la Gaceta de Madrid el 8 del mismo mes.
La gran novedad durante este periodo se produjo por Real decreto de 25 de septiembre de 1878 la creaci�n de un nuevo grado dentro del escalaf�n ya existente. Era �ste el de Caballeros del Collar de la Orden, cuyo n�mero qued� fijado en 60 mediando para su concesi�n la intervenci�n del Consejo de Ministros y no pudiendo acceder a esta categor�a quien no poseyera previamente la de Gran cruz, salvo si era extranjero en donde se impon�a razones de cortes�a. El n�mero de caballeros Grandes Cruces qued� fijado en 100 y el de Encomiendas de n�mero en 350. En 21 de Febrero de 1884, y previa consulta de la Asamblea, se dispuso de Real orden que los Caballeros agraciados con el Collar no puedan usar las insignias hasta que les sean impuestas por S. M. en el Cap�tulo que se celebra todos los a�os el d�a 7 de Diciembre, v�spera de la Pur�sima Concepci�n.
La Reina Regente con fecha 5 de enero de 1888 abund� en la normas del Real decreto de 1878 requiriendo tres a�os de permanencia, en general, en la clase inmediata inferior para poder ascender dentro de la Orden; y por otro Real Decreto de 13 de julio de 1896 dispuso que los caballeros investidos con el Collar usuran un distintivo propio consistente en una banda azul con los perfiles blancos, igual a la que el fundador de la Orden asign� a los caballeros Grandes Cruces en los Estatutos de 19 de septiembre de 1771.
Unas �ltimas disposiciones de 3 de abril de 1905 y 19 de enero de 1910, que se deben a S.M. el Rey Don Alfonso XIII, reforzaban las de 1888 y aclaraban algunos puntos de ellas, no as� se estableci� un cupo de los Collares a s�bditos espa�oles en 20, el de Grandes Cruces en 80 y de las Encomiendas con Placa en 250, con excepci�n de las concesiones hechas a persona de la Familia Real y a extranjeros que no estaban sometidas a ninguna limitaci�n. No obstante, hay que subrayar este �ltimo Decreto de 1910 porque �l ser� la norma fundamental por la que se rija la concesi�n de Cruces de la Orden de Carlos III.
S.M. Don Alfonso XIII con la placa y banda de la categor�a del Collar de laReal Orden de Carlos III (a�o 1902). Luis Garc�a Sampedro. Museo Nacional del Prado.
Hasta ese momento no podemos dejar de mencionar que la Orden de Carlos III fue suprimida -por tercera vez- al advenimiento de la Segunda Rep�blica Espa�ola por el Decreto de 24 de julio de 1931, permaneciendo en ese estado hasta el a�o de 1942 en que por Decreto de 10 de mayo de dicho a�o se restablec�a en los mismos t�rminos en que los estaba antes del 14 de abril, es decir el Reglamento de 1910 el cual se mantuvo en vigor hasta la aprobaci�n del nuevo Reglamento de la Orden el 11 de octubre de 2002.
Recordemos, que antes, por Real Decreto 2103/1983, de 4 de agosto, y en virtud de la buscar la equiparaci�n de derechos entre el hombre y la mujer que la Constituci�n Espa�ola de 1978 establece se dispuso que la concesi�n de la Real y Muy Distinguida Orden Espa�ola de Carlos III pudiera tener lugar a favor asimismo de las damas, en los grados que se determinasen, y no s�lo a hombres. Es de notar que ya se hab�a hecho una concesi�n de la Orden a mujeres no jefas la Orden de Carlos III a favor de S.A.R. la princesa Do�a Sof�a de Grecia en el a�o 1962 a la que se le otorg� la Gran Cruz, e incluso la categor�a del collar se otorg� (antes de esa modificaci�n de 1983), por primera vez, en el a�o 1980 a S.M. la Reina Margarita II de Dinamarca como pre�mbulo a la visita oficial que SS.MM. los Reyes de Espa�a realizaron a aquel pa�s.
SS.MM. los Reyes Don Juan Carlos I y Do�a Sof�a(S.M. el Rey luce la banda y placa de la categor�a del Collar y S.M la Reina la banda y placa de la categor�a de Gran Cruz de la Orden de Carlos III que les fueron otorgadas en 1962 por el general Francisco Franco con motivo de su enlace).
Para finalizar esta breve rese�a hist�rica hay que se�alar que la Real Orden de Carlos III se ha concedido tambi�n a t�tulo p�stumo a dos ex presidentes de Gobierno en el a�o 2008 a Don Leopoldo Calvo-Sotelo y Bustelo y en 2014 a Don Adolfo Su�rez Gonz�lez.
Acto de imposici�n a Don Adolfo Su�rez (a t�tulo p�stumo) del collar de la Orden de Carlos III (Congreso de los Diputados 24 de marzo de 2014).
Las insignias y grados de la Real y Distinguida Orden Espa�ola de Carlos III en la actualidad.
Las insignias de la Orden que son las actualmente vigentes desde 2002 para los distintos grados son:
Grado de Collar
Collar: estar� formado por la sucesi�n de piezas o eslabones siguiente: la cifra de oro del Monarca que da nombre a la Real Orden, orlada de palma y laurel de oro, esmaltados en verde y rojo; seguida, a ambos lados, por dos leones rampantes de oro vueltos hacia la cifra, seguidos cada uno por un castillo, tambi�n de oro, al que sucede un trofeo de guerra, compuesto por un casco de caballero de oro y dos banderas en aspa, la puesta en banda de oro, esmaltada en rojo, acompa�ada de un basto de oro, y la puesta en barra esmaltada en azul, acompa�ada por un haz de l�ctor de oro, todo orlado de hojas de laurel esmaltadas en verde. A esta secuencia seguir� otra de castillo, le�n, cifra, le�n, castillo, trofeo, hasta completar el total de eslabones que forman el collar, que ser� de 41. De la de la cifra, que figurar� como central, pender� la venera de la Orden, mediante dos cadenillas de oro.
Collar y uso del mismo por S.M. el Rey em�rito Don Juan Carlos I.
Venera: La venera de la Real Orden ser� una cruz de oro, formada por cuatro brazos iguales, sim�- tricos dos a dos, rematados por ocho esferas de oro, cuyo centro o llama ser� de esmalte azul a�il, contornado por una franja de esmalte blanco. En cada entrebrazo figurar� una flor de lis de oro pulido. En el anverso, en exergo, sobrepuesto un �valo de oro, orlado de esmalte azul, en cuyo centro llevar� la imagen de la Pur�sima Concepci�n en sus esmaltes. En el reverso, llevar�, en exergo, un �valo en cuyo centro, esmaltado en azul, con la cifra de Carlos III de oro, orlada con la leyenda �VIRTUTI ET MERITO� de oro, sobre esmalte blanco. Esta cruz ir� coronada por dos ramas de laurel de oro, anudadas por un lazo de esmalte azul. Sus dimensiones m�ximas son de 50 mil�metros de ancho por 75 mil�metros de alto, incluida la corona de laurel.
Gran Cruz del Collar: las personas que est�n en posesi�n del Collar podr�n usar, en actos cuyo ceremonial no requiera ostentar el mismo, una banda y una Gran Cruz cuyas caracter�sticas se describen a continuaci�n: Ser� la banda de seda, de 101 mil�metros de ancho, de color azul celeste, con dos franjas blancas, de seis mil�metros de ancho, que corren paralelas a cuatro mil�metros del borde de la cinta. Dicha banda se unir� en sus extremos mediante un roset�n picado, confeccionado con la misma tela que la banda, del cual pender� la venera de la Real Orden, cuyas dimensiones m�ximas ser�n de 50 por 75 mil�metros. Conjuntamente con la Banda se ostentar� una placa de plata abrillantada, de dimensiones m�ximas de 75 por 80 mil�metros, formada por cuatro brazos iguales con ocho puntas rematadas por sendas semiesferas lisas, sim�tricos dos a dos. En cada entrebrazo figurar� una flor de lis abrillantada, de oro. Como exergo, un �valo en cuyo centro llevar� la imagen de la Pur�sima Concepci�n en sus esmaltes y, a sus pies, la cifra de Carlos III, orlada de laurel, con el lema �VIRTUTI ET MERITO�, sobre una cartela esmaltada en blanco, orlada de una franja de esmalte azul. Cerrando el �valo, una franja de esmalte azul orlada de plata abrillantada.
Placa y banda de la Categor�a del Collar del Real Orden de Carlos III y uso de la misma en el retrato oficial de S.M. el Rey Don Felipe VI.
Grado de Gran Cruz
Utilizan una banda de seda de 101 mil�metros de ancho de color azul celeste con una franja central de color blanco de 33 mil�metros de ancho. Dicha banda se unir� en sus extremos mediante un roset�n picado, confeccionado con la misma tela que la banda, del cual pender� la venera de la Real Orden, cuyas dimensiones m�ximas ser�n 50 por 75 mil�metros.
Conjuntamente con la Banda ostentar� una placa de plata abrillantada, de dimensiones m�ximas de 75 por 80 mil�metros formada por cuatro brazos iguales con ocho puntas rematadas por senda semiesferas lisas, sim�tricos dos a dos. En cada antebrazo figurar� una flor de lis de plata abrillantada. Como exergo, un �valo en cuyo centro llevar� la imagen de la Pur�sima Concepci�n en sus esmaltes, y a su pies, la cifra de Carlos III, orlada de laurel, con el lema �VIRTUTI ET MERITO�, sobre una cartela esmaltada de blanco, orlada de una franja de esmalte azul. Cerrando el �valo, una franja de esmalte azul orlada de plata abrillantada.
Grado de Comendador de N�mero
Los Comendadores de N�mero llevar�n como insignia una placa de plata abrillantada, de dimensiones m�ximas de 75 por 80 mil�metros, formada por cuatro brazos iguales con ocho puntas rematadas por sendas semiesferas lisas, sim�tricos dos a dos, cuyo centro o llama ser� de esmalte azul. En cada entrebrazo figurar� una flor de lis de plata abrillantada. En exergo, un �valo en cuyo centro llevar� la cifra de Carlos III de oro, sobre esmalte azul, orlada por una corona de laurel, en sus esmaltes, todo ello calado y sobre un fondo de plata pulida.
Grado de Comendador
Los Comendadores llevar�n, pendiente del cuello con una cinta azul celeste de 45 mil�metros de ancho, con una franja central de color blanco de 15 mil�metros de anchura, una cruz de oro, de 52 mil�metros de di�metro, formada por cuatro brazos iguales, sim�tricos dos a dos, rematados por ocho esferas de oro, cuyo centro o llama ser� de esmalte azul a�il, contornado por una franja de esmalte blanco. En cada entrebrazo figurar� una flor de lis de oro pulido. En el anverso, en exergo, sobrepuesto un �valo de oro, orlado de esmalte azul, en cuyo centro llevar� la imagen de la Pur�sima Concepci�n en sus esmaltes. En el reverso, llevar�, en exergo, un �valo en cuyo centro, esmaltado en azul, con la cifra de Carlos III de oro, orlada con la leyenda �VIRTUTI ET MERITO� de oro, sobre esmalte blanco. Esta cruz ir� coronada por dos ramas de laurel de oro, anudadas por un lazo de esmalte azul, en cuya parte superior se encontrar� el ojal para el paso de la cinta.
Grado de Cruz
Llevar�n una cruz de oro, formada por cuatro brazos iguales, sim�tricos dos a dos, rematados por ocho esferas de oro, cuyo centro o llama ser� de esmalte azul a�il, contornado por una franja de esmalte blanco. En cada entrebrazo figurar� una flor de lis de oro pulido. En el anverso, en exergo, sobrepuesto un �valo de oro, orlado de esmalte azul, en cuyo centro llevar� la imagen de la Pur�sima Concepci�n en sus esmaltes. En el reverso, llevar�, en exergo, un �valo en cuyo centro, esmaltado en azul, con la cifra de Carlos III de oro, orlada con la leyenda �VIRTUTI ET MERITO� de oro, sobre esmalte blanco. Esta cruz ir� coronada por dos ramas de laurel de oro, anudadas por un lazo de esmalte azul. Sus dimensiones m�ximas son de 50 mil�metros de ancho por 75 mil�metros de alto, incluida la corona de laurel. Esta insignia se portar� mediante un pasador-hebilla de metal dorado, pendiente de una cinta de 30 mil�metros de anchura, de color azul celeste, con una franja en el centro de color blanco, de 10 mil�metros de anchura.
Dos variantes del uso por parte de S.M. la Reina Letizia la Real y Distinguida Orden Espa�ola de Carlos III para la categor�a Gran Cruz (banda y placa o lazo-insignia).
De todas estas distinciones y grados existen variantes adaptadas a las agraciadas de sexo femenino, tal y como se aprecia en el grado de Gran Cruz que le fue conferido el 21 de mayo de 2004 a la entonces Princesa de Asturias Do�a Letizia Ortiz Rocasolano (banda m�s estrecha).
Bibliograf�a
- Gaceta de Madrid.
- MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES (1960): Resumen hist�rico de la Real y Distinguida Orden de Carlos III.
- RAVINAMART�N, MANUEL: Inventario de los libros registrados de la Orden de Carlos III, Isabel la Cat�lica y Damas nobles de Mar�a Luisa, conservados en el Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores.- En: "Hidalgu�a", n� 226-227 (1991), p�gs. 369-399.
- Real Decreto 1051/2002 por el que se aprueba el Reglamento de la Real y Distinguida Orden Espa�ola de Carlos III (BOE del 12 de octubre de 2002).